El inicio de todo

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Era una noche fría, peligrosa y totalmente oscura, como todas las noches en esa ciudad, la odiabas terriblemente, no tenías mucho que hacer allí, sólo ir de tu trabajo a casa y de casa al trabajo, tu vida era totalmente aburrida, pero que más esperabas de una vida prestada por un alías con la intención de ocultar tu verdadera identidad.

- Oigan, ¿Les gustaría salir hoy? -preguntó Kate mientras organizaba unos papeles.

- ¡Sí, necesito diversión! -gritó con euforia Sandra- ¿Qué dices?

- no gracias, tengo cosas que hacer -respondiste cortante leyendo unos documentos antes de aprobarlos con un sello y guardarlos.

Por un error de Kate habían tenido que quedarse en la empresa para corregirlo.

- oh, vamos. Nunca sales, por favor -suplicó Kate- hazlo por nosotras, será divertido

- te traeremos el desayuno por una semana -propuso Sandra.

- acepto -dijiste sin pensarlo, si había comida involucrada obvio que lo harías- ¿A qué hora?

- vaya, ya sé que hacer cuando necesite algo de ti -bromeó Kate- ¿a las 12:00 pm les parece bien?

- no abuses -rodaste los ojos- ¿Vamos a ir directamente al bar?

- see -respondieron ambas.

- yo soy la que más tarda, así que luego me envían la dirección...

Dejaste de prestarles atención para seguir con tu trabajo, no tenías la intención de ir, pero bueno, una noche no te vendría mal.
Te quedaste hasta las 7:30 de la noche en la oficina, tenias mucho que corregir y no planeabas volver a tu casa tan pronto, un par de insistentes vibraciones provenientes de tu teléfono te alertaron que tu padre quería comunicarse contigo, ignoraste aquel intento de saber cómo estabas y seguiste con lo tuyo.
8:00 de la noche, decidiste irte a casa, buscaste tu auto en el estacionamiento y condujiste hasta tu "pequeño" hogar, buscaste algo en el refrigerador y lo calentaste en el microondas para poder descansar en tu sofá viendo Grey 's Anatomy.

Sabías que eso no duraría por mucho, sólo era cuestión de tiempo, alguien como tú no podía escapar de lo que era, y la soga atada a tu cuello era tu apellido.

- 9:31 pm -suspiraste al ver la hora, se te había pasado volando.

Fuiste acostarte un rato, necesitabas descansar si te ibas a trasnochar, 10: 30 pm despertaste, fuiste al baño, te diste una ducha y pasaste media hora más intentando encontrar qué vestido ponerte.
11:30 pm sólo te quedaba maquillarte, ya tenías tu atuendo y peinado, cuando acabaste miraste la hora, no había pasado ni media hora, suspiraste y fuiste a prepararte algo de cenar, algo rápido, seguiste viendo la serie y cuando quisiste acordar ya eran las 12:30 pm.

- ¡Carajo! -gritaste y te levantaste lo más rápido que pudiste, fuiste por tu bolso, teléfono y llaves.

Condujiste hasta el bar y aparcaste el auto en su estacionamiento, lo cerraste y te dirigiste hacia la puerta.
El ambiente era todo lo que odiabas, diversión, espacios pequeños, alcohol y personas, tomaste tu bolso con fuerza y buscaste con la mirada a tus amigas de oficio, al verlas te dirigiste a su mesa en lo que ellas pedían cervezas para comenzar.

- este lugar es una porquería -te quejaste.

- oh, vamos. No seas tan gruñona -rodo los ojos Kate.

Suspiraste pesadamente y luego les seguiste la corriente, a las pocas horas tus dos compañeras ya estaban algo alcoholizadas, intentaste negarles el alcohol, pero ellas querían seguir bebiendo, por lo que esta vez tú debiste ir a la barra.

Nuestra Ciudad (Matt Murdock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora