Te encontrabas frente a las góndolas, analizando que vino iría bien con la comida que habías planificado en tu mente.
Unas desganas y frustración, no por no poder elegir, simplemente por el hecho de que tendrías a unos extraños en tu casa, no eras buena anfitriona, de hecho nunca habías sido anfitriona.- hija -la voz de tu padre se hizo presente en tu cabeza- ___ ven, querida... Preparé el desayuno
Negaste con la cabeza y quitaste ese pensamiento, intentando olvidar todas esos recuerdos que rondaban por tu mente.
Tomaste una botella de tinto, año 1990, no recordabas cuando probaste ese en particular, pero podías sentir ese sabor un toque ácido.
La metiste en el carrito y seguiste con las compras, mirando la lista que previamente hiciste, con la esperabas lograr los platillos ya planteados.- Vamos, no puedes quejarte de una clienta -reprocha Matt mientras ajustaba su corbata.
- ¡No me quejo!... es sólo que no tiene una buena actitud -mencionó la voz de Foggy a través del teléfono.
- Mala actitud o no defendió a una de sus colegas, arriesgando su puesto de trabajo
- Mmm... ¿Por qué la defiendes? -preguntó con tono pícaro- ¿Acaso hay Murdock interesado? ¿Te pareció atractiva?
- Foggy, ¿Cómo sabría? -se justifica- ¿A qué hora irás? -cambió de tema inmediatamente.
- Lo más tarde posible... No digo que pueda ser malo estar con ella a solas, pero no tendríamos temas de conversación
- ¿Desde cuándo el gran Foggy Nelson pone excusas tan tontas al tratarse de una mujer?
- No empieces... -suspiró- en fin, tengo que colgar para darme una ducha, al menos algo debo hacer
- Te veo allá, amigo -terminó riéndose de su propio sarcasmo.
Terminaste de buscar los alimentos que necesitarías entre las góndolas y empujaste el carrito hacia la caja para pagar, sacaste tu billetera y viste que el efectivo no alcanzaba ni para pagar la mitad de las cosas.
- Mierda -murmuraste con frustración- ¿Sabe si hay algún cajero por aquí?
- Sí, en la esquina hay uno -mencionó el empleado de supermercado.
Dejaste el carrito a un costado he informaste que irías a buscar dinero para pagar, antes de todo ese quilombo se te ocurrió la idea de sólo prepararles unos spaghetti con albóndigas, pero ya era tarde, pues la tarjeta, una que tenías bien oculta, había entrado en el sistema, lo que significaba que sea cual que sea del monto que extrajeras, ya sabrían que estás en Hell's Kitchen.
Retiraste el dinero y volviste al supermercado, pagaste todo y saliste ya con tus bolsas en la mano, tenías que tomar un taxi, pero en su lugar se paró un auto de lujo frente a ti, antes que pudieras cruzar.
Se abrió una puerta, revelando a un tipo que ya conocías, no lo suficientemente bien, pero sabías quién era, siempre de trajes y con lentes, dispuesto a mostrar la cara en los negocios de tu padre.- Dejaste difícil encontrarte -habló haciendo señas para que subieras.
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Nuestra Ciudad (Matt Murdock)
FanficHell 's Kitchen es una ciudad no muy bella, pero es un lindo lugar si le ves el lado positivo, la única peculiaridad que lo diferencia de cualquier otro lugar son tan sólo dos personas en específico, con máscaras a plena luz del día, él oculta que e...