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“Decisión”

[Un mes después...]

El tiempo voló de manera relativamente rápida, al rededor de treinta días habían transcurrido desde la llegada de Lu Bu a la gran mansión, no le quedaba duda de que un solo y sencillo mes era mucho mejor que sus veinticinco años de vida hasta el momento.

Pero... A pesar de esto había algo en el lugar que le incomodaba, no sabía que era exactamente, solo trató de ignorarlo pero con el pasar de las semanas esta incomodidad se hacía más grande.

Este día el pelinegro se encontraba en el jardín esperando a Thor para iniciar una batalla mañanera, lo hacían temprano porque desde que Odín regresó necesitaba de la ayuda de su hijo en el trabajo y eso los dejaba con menos tiempo para estas cosas, así que aprovechaban cuando podían, mientras hacía hora comenzó a mirar con detalle los enormes muros que se extendían al rededor de toda la mansión, no podía ver más allá de eso... Ya estaba olvidando como se veía el exterior.

En el mes que había vivido allí ya conocía la gran casa como la palma de su mano y en realidad pocos lugares en ella lo entretenían lo suficiente, sino fuera por Thor ya habría muerto del aburrimiento literalmente.

Un bostezo aburrido salió de su boca mientras esperaba, le estaba resultando bastante molesto no poder ir a otros sitios, quería pelear con el pelirrojo en diferentes entornos no solamente en el Jardín que aunque era muy extenso ya le había hartado.

No sabía como el único hijo de Odín había vivido ahí por más de veinte años sin salir, eso seguramente a él lo hubiera vuelto loco en poco tiempo.
Estaba tan distraído en sus pensamientos que ni siquiera notó cuando el pelirrojo apareció y llegó cerca suyo, lo vio tan pensativo que se le hizo algo extraño y no pudo evitar preocuparse.

—Lamento la tardanza... ¿Ocurre algo?— Preguntó para llamar la atención del moreno.

—No... No es nada— Siguió mirando al frente.

Thor no le dio muchas vueltas al asunto y cuando la pelea finalmente dio inicio pudo ver a Lu Bu como siempre, con esa mirada feroz y esa sonrisa atrayente que tanto amaba... Deseaba verlas todos los días de su vida.

Una fría mañana se hacía presente, habían pasado la noche juntos como muchas otras veces, se suponía que estaba amaneciendo pero la luz del sol no entraba por las ventanas, como cosa extraña Lu Bu fue el primero en abrir los ojos, con cuidado de n...

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Una fría mañana se hacía presente, habían pasado la noche juntos como muchas otras veces, se suponía que estaba amaneciendo pero la luz del sol no entraba por las ventanas, como cosa extraña Lu Bu fue el primero en abrir los ojos, con cuidado de no despertar al otro se levantó lentamente de la cama y se acercó a la ventana.

La vista era de lo más deprimente para él, el bosque a las afueras estaba completamente blanco por la neblina, no se podía ver nada del exterior por más que lo intentara, recordó los enormes bosques en los que ha estado antes y las extensas llanuras y demás sitios como el mar... Lugares sumamente amplios y bellos, en sus viajes pudo apreciar mucho de la naturaleza y pensó que siempre sería así.

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