- 02.

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El concierto en Liverpool fue genial, incluso Louis recuerda ese momento en que una fan intentó subirse al escenario para besar a Niall. Claro que a éste último le causó gracia, y le hubiera gustado tener la anécdota para contar en un futuro.

Ahora, los tres estaban terminando de subir sus cosas en su camión, con ayuda de su equipo. Zayn tenía el celular pegado a la oreja, usando su hombro de soporte, mientras guardaba un bolso en el compartimento debajo de su cama.

- Sí, mamá - dijo fastidiado. Niall y Louis se rieron a su lado - sí, Harry es una gran compañía - silencio un momento - no, no sé donde está ahora, le diré que te llame. Claro, adiós.

Cortó y guardó su teléfono, para segundos después escuchar la risa escandalosa del rizado que venía subiendo al camión con su mochila.

Louis suspiró lo más bajo que pudo al verlo, se veía tan lindo en esos jeans y ese top rojo que dejaba al descubierto su pancita. Quería enredar sus manos en esa preciosa cintura.

- Mamá llamó, ¿dónde estabas? - cuestionó el "hermano sobreprotector", logrando que Harry ruede los ojos.

- Un chico me invitó a salir - contestó, poniendo de los nervios a Louis, el cual intentó disimular tomando un bolso y llevándolo a su lugar. Niall lo miró extrañado, porque era su bolso. No dijo nada.

- ¿Y qué le dijiste? - Zayn se veía emocionado.

Era un hermano protector y lo cuidaba mucho, pero aún así le alegraba que Harry salga con quién quiera, sabía que era lo suficientemente inteligente para cuidar de si mismo y elegir con sabiduría con quién compartir su tiempo e intimidad.

- Que no, pues es de aquí - se alzó de hombros - da igual, no era mi tipo de todas maneras.

- ¿Cuál es tu tipo, Hazz? - preguntó Niall con curiosidad, simplemente para tener un tema de conversación, mientras cerraba el estuche de su guitarra.

Nadie lo notó realmente, pero el rizado le echó una mirada sutil a Louis antes de contestar.

- No lo tengo claro aún, pero me gustan más grandes que yo - sonrió de lado y se fue dando saltitos hacía su cama dentro del camión, dejando confundidos a los tres muchachos.

(...)

Louis estaba fumando con la ventana abierta junto a su cama. Era de noche y estaban yendo a su próximo destino, el cual no tenía idea de cual era puesto que nunca le prestaba atención a su director de gira. Era Zayn quien siempre estaba al tanto.

El viento entraba y le enfriaba un poco la cara, le sacudía el pelo hacía atrás y lo hacía estremecerse, pero nada que no pudiera soportar.

Estaba enojado porque fumaba demasiado, era consiente de ello, pero era un vicio insoportable del que aún no lograba librarse.

Planeaba intentarlo cuando la gira termine, quizás. Conseguiría de esos parches de nicotina si era necesario.

Escuchó ruido pero no se giró a mirar, estaba concentrado en la Luna y las estrellas, en la oscuridad del cielo y en las nubes de humo que el tabaco entre sus dedos generaba.

Su cama se movió un poco y ahí fue cuando olió un perfume suave que, por el cigarrillo, pasaba levemente desapercibido.

Miró sobre su hombro y vió dos ojitos verdes brillantes que lo miraban fijo. Sonrió y apagó el cigarrillo contra el cenicero que se apoyaba en el colchón a su lado, aunque éste no se había consumido completo.

- ¿Por qué lo apagaste? - murmuró Harry, sentándose con sus piernitas cruzadas frente a Louis, y con un gesto de completa duda.

- ¿Qué haces aquí? - se acomodó para mirarlo, ignorando su pregunta. Harry sonrió tiernamente.

- Niall ronca y duerme junto a mi cama, y Zayn está muy dormido como para molestarlo - contestó con burla - me aburro.

- Son las dos de la mañana, ¿no vas a intentar dormir? - le dió una mirada cálida. El rizado negó con la cabeza moviendo suavemente sus rulos, aquellos que eran una debilidad para Louis.

- No tengo sueño - miró el cenicero - ¿por qué lo apagaste? - repitió con insistencia.

- Porque ya fumé mucho hoy - mintió, si era verdad pero no por eso lo había apagado - además, es feo ver a otro fumar.

- No lo es - inclino la cabeza y frunció el ceño, creyendo fuertemente en que eso era una vil mentira.

- ¿No? Creí que era desagradable - miró hacía afuera una vez más, solo por unos segundos, antes de enfocarse en esa dulce carita con hoyuelos. Gimió para sus adentros.

- A veces, sí - asintió de acuerdo - pero no contigo - murmuró. Louis sintió un cosquilleo.

- ¿Ah, sí? - quiso reír, algo perdido por el giro extraño que había tenido la conversación de un momento a otro. No entendía que estaba pasando.

- Sí - susurró y, disimuladamente, se acercó un poco - te hace ver... mayor.

Jugueteó con sus dedos, atreviéndose a tomar entre sus manitos dos de los dedos de Louis, los cuales antes sostenían un cigarrillo, para jugar con ellos. El ojiazul no lo apartó.

- Soy mayor - rió.

- Y maduro... - terminó la frase. Lo miró a los ojos desde abajo, con un gesto de falsa inocencia que puso los pelos de Louis de punta.

Se mantuvieron así unos instantes, incluso el ambiente empezó a ponerse pesado cuando ya habían pasado algunos largos minutos. Louis sintió los dedos del menor moviéndose por su brazo, pero no quitó sus ojos de los esmeraldas frente a él, dejándolo hacer lo que quiera.

Con habilidad, Harry sacó la cajetilla de cigarrillos que se escondía en el bolsillo de la camisa de Louis, y tomó uno, poniéndolo en la boca del mayor delicadamente. El ojiazul lo mantuvo ahí, presionado con suavidad entre sus labios, mientras Harry lo prendia con el encendedor que estaba tirado por algún lugar de la cama, sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos.

Louis ya estaba medio duro.

- No es bueno que fumes - susurró con la voz pesada - pero es tan caliente.

Louis dejó ir el humo en la cara del menor, el cual sonrió por ello, fascinado por la sensación.

Le dió una caricia en la cara, suave y tan relajante, que Louis cerró los ojos ante el tacto.

Cuando dejó de sentirlo, abrió sus azules y, confundido, miró a su alrededor, sacando el cigarrillo de su boca y soltando el humo por la ventana.

Harry se había ido en algún momento de su ensoñación, dejándolo duro y totalmente desconcertado.

(...)

Al siguiente día, ya en su destino, Louis se sentó a desayunar en la mesa junto a sus amigos y el rizado, el cual lo miró con una pequeña sonrisa y le guiñó el ojo, haciéndolo toser un poco.

Pensó que había sido un sueño, algo que solo estaba en su cabeza y que era culpa de su imaginación, pero ahora está seguro de que no lo fue.

No lo mencionaron más por el resto del día.

The Room Full Of Smoke [larry minific]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora