Capitulo 25 - Reencuentro

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Con los primeros rayos del sol, comenzó a visualizar el pueblo que nombraban en la misión. El pueblo no era muy grande, pero tenía todas las comodidades que se podían desear de uno. En el centro se encontraban las personas comunes y un mercado creciente, y a los alrededores un poco más alejados, se encontraban las mansiones de las personas adineradas.

Estas personas, aunque no tenían un título noble o parecido, tenían una antigüedad familiar en el pueblo.

Mientras que un poco más apartado, se encontrar un área que se mantendría en silencio durante el día, pero que liberaría los deseos más profundos de las personas por las noches.

Habia partido de la secta el mismo día que le habían encargado la misión. No queriendo desperdiciar su valioso tiempo con cosas triviales como comer o dormir, tomo la ¨sabia¨ decisión de no detenerse hasta llegar hacia su destino.

Lo bueno era que la secta le proporciono un caballo para la misión. Sabía que era absurdo que, siendo cultivadores, usaran carruajes o caballos para viajar, teniendo las espadas para hacerlo. Pero prefería viajar en carruaje como su shizun, ya que era la mejor forma para mantenerse pulcro y evitar las miradas curiosas de la gente.

Montar a caballo era incómodo. El camino no era firme y el trotar del caballo lo hacía sentir mal. Si fuera un cultivador con más de 100 años, en donde ya no estuviera atado a las necesidades mundanas, no tendría problema. Pero el sentimiento de tener la cadera partida en dos le recordaba constantemente que no era así.

Al llegar, lo primero que hizo fue desmontar del caballo y tener la sensación de millones de hormigas mordisqueando sus piernas, aunque nunca lo demostró. Mantener su imagen siempre sería una prioridad.

Algunas personas que pasaban por allí lo observaron, para luego comenzar a cuchichiarse. Odiaba que hablaran de el a susurros. Prefería que se lo dijeran en la cara, ya que siempre sabia como contratacar con palabras sutiles, pero con significados mordaces.

No queriendo desperdiciar su tiempo con esas personas, elegido una al azar para preguntar por la mansión Ling.

Habia elegido a una anciana que habia sido la primera en cuchichiado sobre él. La anciana se habia asustado por su proximidad, pero como si tuviera demencia senil le dio una sonrisa aparentando la imagen de una anciana recta. Solo la miro y dio una sonrisa desdeñosa.

Joven cultivador, ¿en qué le puede ayudar esta anciana? – La anciana se inclinó ante él. Ella sabía lo que hacía. Podría parecer una pregunta normal, si no fuera que habia remarcado su posición de antigüedad como mayor.

cree que su antigüedad le ayudara. Si fuera mi maestro, una sola mirada de él podría hacer a la anciana tocar el suelo con la cabeza.

Podría ser joven, pero no significaba que podían manejarlo a su gusto. Solo mostraría respeto al que se lo diera primero. (y al que no fuera un idiota)

¿Podría decirme donde se encuentra la mansión Ling? La secta Cang Qiong ha aceptado una petición de este pueblo y este joven cultivador ha venido a resolver el problema.

Al caer mis palabras, la anciana palideció. Se habia dado cuenta de su error. La secta de la montaña Cang Qiong era muy famosa y muchos querían la oportunidad de entrar en ella. No podría saber si la anciana tenía a un familiar codiciando entrar como discípulo en la secta o no.

La anciana intentando mantener una sonrisa nerviosa, le decía – ¡OH SI! Joven cultivador, deje que esta humilde anciana le muestre el camino.

Mientras ella intentaba entrar en mi gracia, saqué mi abanico y cubrí mi sonrisa burlona detrás de este. - No es necesario, este joven no quiere causarle problemas. No podría dejar que una anciana tan débil y frágil como usted tenga que hacer una tarea tan laboriosa como esta. tal vez sus pobres huesos no lo soporten. Con tal que me señale la dirección, este joven le agradecería mucho.

Mi hermano villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora