capítulo 2

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Miraba de reojo al rubio y a sus amigos en una mesa cercana a donde él estaba, rodeado de chicas tratando de llamar su atención.

El chico parecía incómodo mirando a la reciente pareja, se le hacía tierno ese chico y le provocaban ganas de abrazarlo desde que lo venía observando.

Se paró de manera repentina y se acercó a él — Disculpa, ¿Jae? ¿Verdad? Quería hablar contigo — Eli le mostró una pequeña sonrisa.

El nombrado asintió dudoso y ambos salieron de la cafetería, el rubio siendo guiado por Eli, terminado al otro lado del instituto.

Ambos se miraron sin decir nada.

Jae tenía una mueca mostrado confusión, mientras Eli tenía unos ojos brillando en curiosidad.

El rubio bajo la mirada apenado por la mirada penetrante del más alto, solo por un par de centímetros.

— ¿Estás bien? — Una pregunta repentina formulada por Eli dejando sorprendido y extrañado al más bajo.

Asintió.

— Pareces incómodo al lado de tus amigos — El silencio se volvió a apoderar de el lugar creando tensión entre ambos.

Jae se preguntaba internamente por qué le importaba su estado a ese chico, al que jamás le hablo - aunque jamás hablo con nadie en la escuela - ni se relacionó.

Se alertó al sentir los brazos de su contrario al rededor de él, un abrazo; eso era lo que Eli le estaba dando.
Su corazón se aceleró y su cara se llenó de un calor inexplicable, no se negó al abrazo, lo necesitaba desde hace mucho.

Hundió su cara en el cuello del otro, avergonzado cada vez pero sin querer terminar aquel abrazo que tanto anhelaba de cualquier persona que tuviera el tiempo suficiente como para desperdiciarlo en él.

El timbre sonó asiendo enojar a uno y entristecer al otro.
Cada quien tomo su camino para su clase deseando estar otra ves abrazándose.

...

De su mente no salía aquel abrazo con el chico de pelo morado con mechones rosas, ¿Pensar en Hyung? Que va, lo dejo esa misma mañana, dónde un chico más alto que el le robó por completo la atención de forma repentina.

Rasco su cabeza mirando su reflejo en la televisión en negro, apagada.
Un par de ojos que no se veían totalmente bien por la distorsión, pero que la mayoría diría que eran preciosos; a él le resultaban asquerosos.

Una de las razones por las que se odiaba a si mismo, eran esos ojos de color azul cielo y color miel.
Se levantó para buscar a los cachorros, encontrando a uno en su cama y y al resto jugando.

Los alimento aún con la imagen del chico rondando por su cabeza.

Esa noche durmió mejor, aunque talvez no lo admitiera.

...

Salio sin paraguas a la lluvia y camino sin rumbo, llorando sin hacer ruido.
A pesar de la hora y la situación, había gente transitando el parque mirando al piso con su paraguas en mano a excepción de él, con mirada en frente, el agua de la lluvia y de sus ojos recorriendo su cuerpo y mejillas.

Talvez uno de los pocos momentos dónde se sentía libre.
Una ráfaga de viento hizo temblar su cuerpo, y estornudó.

Camino a una banca, sentándose se puso a pensar en lo que sucedió en los últimos meces, dónde sintió la peor persona del mundo.

Entonces todo paso lento, la lluvia paro solo donde él estaba y sintió a alguien sentarse al lado suyo.

– Te preguntaría qué es lo que piensas, pero dudo que me respondas, aunque tu silencio me gusta, estan... Misterioso–
Aun sorprendido, asintió; saco su teléfono de su chaqueta y empezó a escribir bajo la atenta y curiosa mirada del peli morado.

-«Las cosas son difíciles estos últimos meces»- Explico en su teléfono.

– Oh, creo que entiendo - respondió, mirando a Jae detenidamente - ¿Cuánto tiempo llevas bajo la lluvia? Te vas a enfermar –

El rubio asintió, por qué sabía que se enfermaría, no era la primera ni última vez que salía en un día lluvioso a llorar, para que el día siguiente se termine enfermando.

Otra ráfaga de viento, tembló y se abrazo a si mismo en busca de calor, hasta que sintió algo abrigando su cuerpo.

El abrigo blanco del peli morado lo cubrió, un sonrojo casi invisible se posó en sus mejillas, de manera rápida empezó a escribir en su teléfono de nueva cuenta.

-«Grácias»-

...

Mientras se secaba el pelo miraba el número en una hoja de papel.

"+82 xx xx xxxx, llámame y hablemos algún día" sabía de quién era el número por qué el mismo se lo entrego, pero ¿Hablar? ¿Una llamada?
Dudaba llamarlo alguna vez, talvez le escribiría pero no llamarlo.

Ahora su mirada se dirigió a la silla de su escritorio donde estaba el abrigo blanco empapado, Eli le insisto en que se llevará el paraguas y él se negó repetidas veces y al final el peli morado le convenció de llevar el abrigo.

Debería dárselo el próximo lunes de clases.

Reparando Corazones  [Jae Yeol y Eli Jang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora