Capítulo 30

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Hinata pov

Tobio me alejó de ese hombre al que solía llamar papá

Nos montamos en mi carro y el moreno condujo por mi, ya no estaba en condiciones de hacer nada

Apenas subimos al vehículo, nos pusimos el cinturón de seguridad y empecé a sentir el peso de sus palabras caer sobre mí.

Rompí en llanto...

Mi llanto comenzó bajo, hasta que gradualmente aumentó y ahora parecía un niño llorando.

Kageyama no dijo nada, solo condujo en silencio...

Cuando el pelinegro paró el auto, me di cuenta que no estábamos en mi casa sino en la de él.

Lo miré todavía derramando algunas lágrimas y nos quitó los cinturones de seguridad y me abrazó.

Lloré aún más mientras agarraba con fuerza su chaqueta, apretándola en mis manos.

Tobio acarició mi cabello mientras me daba leves palmaditas reconfortantes en la espalda.

Me sentí protegido por estar involucrado en este cálido abrazo, que tanto necesitaba

No sé exactamente cuándo, pero terminé siendo clamado por el delicioso perfume que llevaba el moreno, y terminé acomodándome en sus brazos, dejándome llevar por mi reciente sueño.

Me quedé dormido

Cuando me desperté, estaba en una habitación muy hermosa que conocía bien.

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba tirado en medio de la gran cama doble.

Me deshice de ese mar de mantas calentitas y me levanté de la cama, poniéndome unas pantuflas que me quedaban grande en los pies.

Y salí al porche, abrí la puerta de vidrio y salí, apoyándome en las rejas de seguridad.

Miré a mi alrededor y noté que estaba nublado, se acercaba la noche y se volvían a formar algunas nubes.

¿Llovió? ¿Cuánto tiempo dormí?- pensé intrigado.

Sentí una brisa helada golpearme, haciéndome temblar y enfriar mis piernas.

Cuando me miré, me di cuenta de que solo vestía una remera, casi un mini vestido

Me bajé de ese porche, me daría vergüenza que alguien me viera así enrojecido

Miré alrededor de la habitación y confirmé la sospecha...estaba solo

Cuando fui a caminar hacia la puerta, se abrió revelando a un moreno alto que llevaba una bandeja llena de comida deliciosa.

-No puedo creerlo... te despertaste antes de que hiciera la sorpresa-Kageyama hizo un puchero y yo me reí

- ¿Esto es todo para mí? Dormí demasiado, ¿verdad?

- No tanto, son las 8 de la tarde

Mis ojos se abrieron, habíamos ido al hospital alrededor de las 4 p. m., ¿así que dormí durante casi 3 horas?

- ¿Estás mejor? Preguntó dejando la bandeja encima de la mesita de noche.

- En lo posible - Sonreí un poco forzado

"¿Fuiste así al balcón?" preguntó mientras caminaba hacia él, cerrando la puerta de vidrio que olvidé abrir.

- ¡No sabía que estaba así, idiota! - se me puso la cara un poco roja

-Tranquilo jaja, solo te cambié porque se veía incómodo así, te juro que no hice nada más

- Te creo, tonto - Sonreí y me acerqué a la bandeja, tomando uno de los panecillos dulces que había en ella.

- Come los bocadillos también, hormiga - dijo Kageyama sentándose en la cama a mi lado.

- Ah, ¿llovió? - Pregunte alterando mientras mordía el pan dulce y uno salado

- Si, para que veas que cuando estas triste hasta el cielo llora

- Que exageración, Tobio

Me sonríe y yo hago lo mismo en respuesta.

Estábamos disfrutando de ese momento, que parecía único y eterno.

Hasta que el pelinegro rompe este silencio:

- Hinata, me gustaría hablar de algo contigo....

Tu prometido - Kagehina {Traducción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora