Just One Shot Stories.

El Vestido

Todo había cambiado desde la academia, los tiempos de soledad y aislamiento eran un recuerdo cada día más diluido; a estas alturas tenia amigos, y era la cuarta o quinta vez que celebraba su cumpleaños, al principio eran detalles pequeños, un pastel pequeño, realmente costoso, pequeños regalos, sonrisas; en esta ocasión todo era un poco más estruendoso, su primera fiesta real, este año podría beber legalmente, era oficialmente un adulto; le explicaron una y otra vez lo importante de la celebración pero siguió sin entenderlo, asintió y se preparo.  ese día se quedo frente al guardarropa y pensó por un buen rato que significaba "una fiesta real", después de dudarlo mucho tomo unos jeans  rotos, una camisa blanca y una chamarra negra, pensó un poco más, tal vez debería usar zapatos, pero no podía explicarse nada, tomo sus tenis, se perfumo y peino, miro en su cartera la foto de su "persona especial", por alguna razón cargaba esa credencial vieja de la academia en la cartera, era un detalle bobo, pero las intercambiaron al graduarse, salió de la habitación y atravesó la casa, seguía sumergido en un ambiente tradicional japonés, miró a su madre y se despidió de ella con un beso en la mejilla,

-volveré mañana-

-Shoto, ¿estás saliendo con alguien, cierto, te vas a quedar con esa persona?, debes cuidarte-

-lo hago, lo hago-

Dijo ya rumbo a la puerta, era difícil traer el tema, tenia todavía algo de miedo, pero era evidente que tenía a "alguien"; a veces pasaba fines de semana enteros fuera de casa, llegaba con el cabello revuelto, con marcas de mordidas en el cuello, se pegaba por largos ratos en el celular y se tomaba fotos casuales que enviaba mientras sonreía de forma discreta, Rei pensaba que pronto tendría que planear una boda; sus hermanos por el contrario eran algo más consientes de lo que pasaba, lo habían visto mirar con atención, con demasiada atención, casi con calentura las noticias de vez en cuando.

"No manejes" le había advertido, y ahí estaba esperando un auto de aplicación frente a la puerta, era un auto gris, el conductor lo saludo amable y le pregunto por la parada extra, Shoto sonrió,

-solo recogeremos a un amigo- dijo

La ciudad se veía encantadora de noche, iba mirando por la ventana las luces que se difuminaban con la velocidad del auto, la gente entre las calles, el ruido a veces sordo de la ciudad y el estruendo del cielo a ratos por algún héroe que volaba a gran velocidad. El auto se detuvo en una esquina poco transitada y de una calle brotó un chico de cabello verde oscuro, iba corriendo y sonriendo, no había crecido demasiado pero eran evidentes los años de entrenamiento; llevaba una chaqueta deportiva, tenis y jeans azules; Shoto se corrio al otro extremo del asiento  y espero, el click del seguro de la puerta fue inmediatamente seguido de un montón de perdones entre respiraciones agitadas,

-feliz cumpleaños Todoroki-kun-

-Gracias-

La situación lo puso un poco más nervioso, esa era la primera vez que algunos de sus amigos lo verían con su pareja, había sido un secreto muchísimo tiempo, dudaba de su respuesta, se ponía nervioso, una parte de él se preocupaba, tal vez lo felicitarían, tal vez se asustarían y lo juzgarían, tenía miedo de perderlos, pero se lo habían dicho mil veces "si no lo aceptan nunca fueron tus amigos", mil veces y una. El auto comenzó un trayecto raro entre calles angostos llenas de gente, de la bolsa de la chamarra tomo un cubrebocas negro y una gorra, tenían que ser cuidadosos con lo que pudiera llegar a los medios, a veces se sentía como un ídol, otras se cansaba de tener que esconderse.

El auto se detuvo en un callejón y por la ventanilla podía escucharse el ruido de la música, bajaron del auto y caminaron entre la gente hasta una puerta pequeña y negra, una mujer altísima de voz fuerte los saludo al entrar, nada más que una bandera arcoíris se veía sobre la puerta ondeando al ritmo del viento, Izuku la miro y lo pensó, lo re pensó un poco, estuvo a punto de preguntar cuando el ruido de la música lo aturdió, giro la cabeza y noto que Shoto se había detenido, se detuvo también y buscó entre la gente lo que su amigo miraba con tanta atención, un vestido negro recargado sobre la mesa.