Extra de San Valentin

11 1 0
                                    

Era una mierda de tradición, daba vueltas en la cama, heterosexualidades de mierda, la chica da chocolates, sonó el despertador, era la una; jodida imposición occidental, se levantó y estiró el cuerpo, no había dormido más que un par de horas, estaba nervioso; seguramente un maldito montón de extras le iba a dar jodidos chocolates; tomó una caja de cartón pequeña e intento salir en silencio de la habitación, camino  por el pasillo hasta las escaleras de servicio, era un jodida estupidez tomar el ascensor.

Mezclo los ingredientes, maldita sea, ¿por qué hago esto?, se preguntaba: harina, huevo, chocolate temperado, algo de leche. Batía con cuidado mientras seguía las instrucciones en el celular, gruñía mientras encendía el horno, batió un tiempo, un molde y al horno, joder, las chispas, y volvió al horno, sacó de nuevo el molde lo cubrió con trozos de chocolate y chispas; al horno de nuevo, eran las 2:30 am, limpio la cocina, busco en la caja una bolsa de plástico negra y un listón, la tarjeta blanca: "¡joder!, ¿qué se dice en esas cosas?"; checaba la hora en el celular mientras pensaba, diez minutos más, luego sacar, dejar enfriar, desmoldar, lavar, embolsar; por qué mierdas hacía todo en secreto en la maldita madrugada, era un jodido milagro que nadie hubiera despertado, dos malditos robots, dos veces lo vieron en cámara, tenía que explicar porque mierdas hacía malditos brownies a las jodidas dos de la mañana.

"Eres mi idiota. Te mato si no te gusta.

Te amo

Katz"

Escribió por fin el la tarjeta, desmoldo, corto, y lo escondió todo en la alacena, debía enfriarse un par de hora y tenía muchísimo sueño, se acurrucó en el sillón de la sala común y puso su alarma, media hora antes que todos despertaran para borrar la evidencia, jodida exportación de tradiciones que mierdas nadie entendía, pero en marzo se la iban a pagar, le iba a tener que dar un maldito regalo increíble.

Sonó la alarma del celular, corrió de vuelta a la cocina, lavo el molde, embolso los brownies: una bolsa a negra transparente con un listón negro y una tarjeta blanca oculta entre los brownies. Volvió a su habitación y se quedó pensando, no había dormido casi nada, pero aquel día no habría entrenamiento, maldijo de nuevo y miro con impaciencia todo lo que había pedido por internet, no tenía ni jodida idea de lo que estaba haciendo; era su primer maldito San Valentín juntos y su cerebro daba vueltas, mil búsquedas en internet por detalles que desconocía. Vamos; cómo mierdas no sabría cómo era, pero había cosas que asumió porque sí y otras que se pasó buscando en secreto, suspiro, miro la hora, tenia si acaso una hora y media, se tiro sobre la cama y puso de nuevo el despertador.

La mochila le pesaba como si tuviera ladrillos, tenía miedo, presentía celos y vaya que el escándalo le vino pronto, estaba en la puerta, una chica con el uniforme algo sucio lo miraba, era seguro de alguno de las malditas clases de técnicos,

-¿ha llegado Todoroki?-

-¿qué mierdas quieres con él?-

Le grito con el rostro deformado, sintió una mano cálida en el hombro,

-aquí estoy, ¿qué deseas?-

No lo dejo moverse, ¿el infeliz quería que viera?, no podía eliminar la cara de molestia, la chica apenas temblando estiró la mano con una barra de chocolate,

-perdón, estoy saliendo con alguien, y me temo que no le agradaría si recibiera chocolates de alguien más-

Dijo apenas sin inmutarse y volvió a su asiento, el calor en el hombro de Bakugou le corrió por la espalda, se sintió estúpido, pero después, con los ojos bien abiertos lo miro a la distancia, todo el maldito mundo había escuchado eso, que diría después, como mierda justificaría su "estoy saliendo con alguien", el silencio se hizo profundo entre sus amigos y los miro rodearlo, no pudo escuchar nada más que la voz ridículamente aguda de Izuku preguntarle de forma directa, no alcanzo a escuchar la respuesta, aquello se repitió una y otra vez hasta el almuerzo; Bakugo camino de vuelta a los dormitorios,

Just One Shot Stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora