Capítulo 2. ¿Qué es ser un practicante?

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El término practicante desde ya es un concepto complejo de definir; pues, si nos vamos a la red, encontramos un par de definiciones que abarcan ámbitos médicos, sociales y religiosos, es por esto, que tomaré un préstamo lingüístico desde el uso de otros países y definamos esta instancia como ser "pasante", pues la definición se refiere a un estudiante que realiza prácticas profesionales.

Desde esta definición, hablamos claramente de una situación nueva, esto es abrir campo de conocimiento y de experiencias, podríamos determinar que estas situaciones, son las más valiosas y significativas de la formación universitaria. Si bien, la teoría que se encuentra en cada malla programática de las carreras de pedagogía es valiosa, pues algo tienen que enseñar, no obstante, la línea de práctica es claramente la esencial, pues en esta debes demostrar y luego demostrarte que puedes desenvolverte en el área.

Ser practicante, es asumir que eres alguien nobel, alguien en formación y que se encuentra en evolución, pero lo más importante, el practicante es un ente que observa mucho y habla poco. Un gran consejo es manifestar absolutamente lo justo y necesario, esto puede aplicarse a nivel gradual, mientras más temprana sea la práctica, más observación, pues de esta podrás obtener los mejores aprendizajes.

Un tema importante es el siguiente, "no eres profesor" por lo tanto, no está dentro de tus responsabilidades hasta el momento llevar procesos educativos, a menos que tu práctica determine esa acción, sin embargo, gran parte de las prácticas son de acompañamiento u observación.

Por tanto, ser practicante puede entenderse como un profesional en formación que llega a un centro educativo con la finalidad de vivir experiencias significativas en un contexto real y controlado, en el que idealmente no intervenga sin autorización previa y/o siempre con la cautela de ser autorizado por el docente a cargo.

No es ser quisquilloso con lo anterior, claro, en la vida las cosas se dan como tal, pero, en educación, no debemos improvisar, si no estas apto para enseñar, no lo intentes, por eso toma todas las experiencias que puedas en cuenta, aunque sientas que estas listo, aunque tu corazón se salga de tu pecho por dar una lección, ten paciencia, ya llegará el momento, ahora observa, colabora con lo que puedas y por sobre todo anota y registra lo más importante, lo que no puedes olvidar.

Si vas a prácticas observacionales, evita anotar durante una clase, no solo distraerás a los estudiantes, sino que el docente que te recibe en su aula se puede ser en algún caso incómodo (puedes conversarlo con el docente previo a sus clases si tiene inconvenientes, siempre es mejor pedir permiso a pedir perdón).

Si ya te encuentras en prácticas intermedias en las que tienes que intervenir, no muestres más ansias de las necesarias, respeta los tiempos del docente y también los espacios que te da para intervenir, recuerda que el docente ha puesto de su disposición y sus clases para que puedas participar, sin embargo, los docentes deben rendir frente a una institución y no pueden darte todo el espacio del mundo para que practiques, pues debe asegurarse de que todo pueda funcionar. 

La Biblia del Practicante de PedagogíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora