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Seoho miró la carta en su mano, luego al pasillo y finalmente se detuvo en el casillero de su amor platónico. Avanzó despacio con un pie detrás del otro mientras su mirada viajaba en la misma secuencia una y otra vez; se detuvo a la mitad del camino y alborotando su cabello dio media vuelta, refunfuñando con sus mejillas encendidas.
ㅡNo haré esto, ni siquiera sé porque escuché a Geonhak ㅡdijo volviendo a esconderse detrás de una pared, gritando asustado cuando una mano se posó en su hombro detrás de élㅡ. ¡Geonhak, casi me matas del susto! ㅡSeoho se llevó una mano a su pecho mirándolo enojadoㅡ, de cualquier forma, ¿Qué haces aquí? Aún es muy temprano para que empiece la clase.
ㅡVine para asegurarme que mi torpe amigo coloque la carta que tardamos toda la tarde de ayer en hacer en ese bendito casillero y que, por supuesto, no lo descubran en el proceso ㅡGeonhak cruzó sus brazos en su pecho mirando a Seoho con una ceja alzada, quien trataba de esconder con discreción el sobre de color rosita con un corazón en el medio detrás de él.
ㅡNo soy torpe ㅡdijo Seoho en un susurro haciendo un puchero cuando Geonhak rio con sarcasmo.
ㅡVamos a dejar esa carta, Seoho ㅡGeonhak tomó al mencionado del brazo, casi arrastrándolo hasta que estuvieron frente al casillero objetivo. Miraron hacia ambos lados del pasillo comprobando que nadie estuviera mirando, Geonhak asintió con la cabeza y Seoho metió su carta por una ranura del casillero y salió corriendo lo más rápido que pudo.
