Capítulo 13. Esperanza

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Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, pero este fic es mío y fue creado sin fines de lucro.

Advertencias: Esta historia es para mayores de edad pues contiene momentos eróticos.

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Hinata salió del ambiente cálido del baño y tiritó al entrar a la habitación donde estaban los catres. Suponía que tendría que volver a enfriarse para que su cuerpo tolerara el clima de aquel lugar. Se sentó en el catre donde antes había estado acostada y se hechó encima la cobija. Por más que había buscado en su maleta de viaje, no había encontrado algo más abrigador que su uniforme ANBU. Suspiró. Quizás podría dormir un poquito más, aquel lugar era tan suave...

— Es hora de que conozcas las instalaciones — Saizo regresó a la habitación con un abrigo en cada mano. — apenas será medio día, necesito que me muestres tus avances — le arrojó unos de los abrigos. — Usarás esto mientras no estés entrenando, trabajarás con agua y no te gustará mojar tu único abrigo.

— Hai — respondió la chica, quien se puso de pie en cuanto la voz de su superior se dejó oír.

— Bien, sígueme.

Caminaron por un mal iluminado pasillo, había hielo por todas partes y el techo estaba lleno de carámbanos, los cuales son conos que se forman cuando el agua que gotea se congela.

— Pisa bien, no vayas a ... — pero la advertencia llegó muy tarde, Hinata ya estaba sentada en el piso al haber resbalado y caído. — Si te quedas mucho tiempo ahí, te quedarás pegada en el hielo. 

El peliblanco le ofreció una mano, la cual Hinata aceptó y logró ponerse de pie.

— Este lugar se ve muy antiguo. 

— Fue construido por los primeros habitantes de esta zona, aquí entrenaban a sus soldados y perfeccionaron el taijutsu de agua, viento y rayo.

Avanzaron hasta salir por una gran puerta de piedra que los condujo a un lugar abierto. Se trataba de un pequeño valle congelado, con un gran lago y montañas que custodiaban aquel lugar dando la impresión de estar en el fondo de un vaso.

— Bien, quiero que llegues al centro del lago y me muestres lo que puedes hacer — pero antes de que la chica pudiera dar un paso, su capitán le estiró la mano.

— ¿Q-qué sucede? 

— Tu abrigo. Si se moja no tendrás algo abrigador para pasar la noche, créeme que hace mucho más frío que ahora.

Hinata abrió grandes los ojos. Moriría de frío si llegaba a perder la concentración y caía dentro del agua. Miró con duda a Saizo.

— No tengo todo el día.

— B-bi...Bien — ella tartamudeó del frío. Se quito el pesado y cálido abrigo, y entonces sintió como el aterrador frío se pasaba por todo su cuerpo, lo único que vino a su mente fue el cálido tacto de Kakashi, con él siempre el calor cubría sus mejillas. En cambio en aquel lugar, la blanca nieve amenazaba con extinguir hasta el menor de sus suspiros.

— No te quedes como estatua, muévete o podría darte hipotermia — indicó el chico de cabello blanco, cuya palidez hacía que Hinata temiera perderlo de vista por un segundo y no volver a encontrar su ubicación.

— Ha-ce... 

— Ya sé que hace frío — señaló el lago. — Ve, moldea tu chakra y entra en calor.

Hinata suspiró. Cada paso era un dolor insoportable, sus extremidades empezaban a dejar de responder, no sentía su nariz y estaba segura de que ya estaba empapada por la nieve que comenzaba a cubrirla.

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