Heridas

Capítulo 10. ANBU

Disclaimer: Naruto le pertenece a Masashi Kishimoto, pero este fic es mío y fue creado sin fines de lucro.

Advertencias: Esta historia es para mayores de edad pues contiene momentos eróticos.

.

Hacía mucho calor.

Hinata intentaba tranquilizar su respiración pero las manos de aquel hombre de cabello plateado estrujaban su cabello mientras besaba sus senos con desesperación. Las embestidas le nublaban el juicio, no recordaba como había terminado en aquel lugar ni de esa manera, lo único que sabía era que sus piernas abrazaban la cintura de ese hombre y se aferraban a él como si fuera lo único que importara en la vida.

— Hinata... Hinata — murmuraba Kakashi mientras subía la mirada y la besaba de manera salvaje, mordía sus labios y con una mano apretaba sus senos mientras con la otra acariciaba su trasero.

— Kakashi... — respondió ella tratando de contener sus gemidos, pero es que se sentía morir de placer.

Hinata decidió soltar las sábanas y arañar la piel de ese hombre, intentando juntar aún más sus cuerpo, como si de esa manera pudieran fusionarse y ser uno mismo.

— Hinata... — le dijo mientras volvía a besar su cuello y a aumentar el ritmo de la penetración como si quisiera llegar hasta el fondo de ella, lo cual la hizo sentir cerca de llegar al climax.

— Kakashi, te extrañé mucho... 

Pero entonces el shinobi se detuvo y cuando ella parpadeó, se encontraba sola y desnuda en la cama mientras Kakashi, ya vestido y con su mascara de nuevo en su rostro, se alejaba en dirección a la puerta.

— ¿Qué...? 

— Lo siento Hinata, no hay un final feliz para nosotros — y se marchó de aquel lugar.

Y entonces Hinata abrió los ojos, sus manos se destensaron y detuvo el movimiento frenético de sus piernas, una capa de sudor la cubría y su respiración agitada delataba que no se encontraba del todo bien.

— Parece que has tenido un buen sueño — una voz burlona se dejó escuchar. Se trataba de su compañera de habitación desde que comenzó su entrenamiento ANBU.

— Más bien ha sido... una pesadilla — murmuró Hinata quien quitó el cabello que le caía de frente.

— Si claro, de tanto miedo comenzaste a gemir y jadear — ironizó la chica e hizo sonrojar a la Hyuuga — Pero despertaste a tiempo, la ceremonia de asignación de misiones comenzará pronto. 

— Hai, estaré lista en un momento.

Y entró rápidamente al baño para ducharse.

Aquel día Hinata conocería a los otros dos miembros de su nuevo equipo ANBU, se encontraba nerviosa pero estaba segura de que había hecho un buen papel en el entrenamiento final y esperaba haber podido entrar al equipo Chikara, el equipo de élite de Kirigakure.

Cuando Hinata estuvo lista, salió en dirección a la torre de la Mizukage acompañada de su compañera de cuarto quien no paraba de hacer comentarios inapropiados.

— Basta Meiko-san, no seré capaz de concentrarme si sigo pensando en ello. — djo muy sonrojada la chica de corto cabello peliazul y ojos negros como la noche.

— Lo siento Hinamori-san, pero en serio no puedo creerte que no tengas novio luego de todo lo que escuché hoy.

Pero antes de que la peliazul pudiera decir algo, el capitán ANBU apareció frente a ellas e hizo una reverencia.