Maelmons - La Serie [CORREGIDA]

Capítulo 1: Un sacrificio y un nuevo comienzo [CORREGIDO].

Capítulo 1: "Un sacrificio y un nuevo comienzo".

En Trasmoz se encuentra un pequeño y desolado pueblo, muy temido por las ciudades vecinas debido a su sombrío punto de inicio. Es un lugar atrapador, capaz de embrujar o maldecir a quien camine por sus estrechas y empinadas calles de adoquines. Esta es una de las razones que causaron la evacuación del lugar, dejando una cantidad de habitantes a la cual podría considerarse casi inexistente.

Otro motivo, es que diversos espíritus de brujas a quienes se les arrebató injustamente la vida, vagan por el pueblo en busca de aquellos que carguen deseos impuros en sus corazones, para atormentarlos de una forma lenta y dolorosa, que puede o no ser letal. La mayoría de las veces son dolores y sufrimientos que acompañan a la víctima hasta el final de sus días. Por esto, hay quienes creen que, cuando alguien fallece a causa de una enfermedad, es por obra de estos espíritus los cuales percibieron alguna deshonestidad en su ser.

Al igual que esto, en este pequeño pero oscuro pueblo se esconden otros peligros mucho más aterradores, y con métodos mucho más abominables que prefiero abstenerme a describir, al menos por el momento. Ya más adelante los descubrirás por ti mismo. Además, me parece la mejor manera de darte la bienvenida a esta inusual y oscura historia.

Quizás ahora te estarás preguntando: ¿Quién fundó Trasmoz? Sin embargo, la respuesta puede que no sea muy positiva:

Diversas leyendas cuentan que este pueblo fue fundado durante el siglo XVI por dos seres oscuros que trataban de esconderse y evitar su fin. Ambos, en su vetusto hogar, eran acusados de practicar brujería, un arte prohibido y reprendido muy severamente en aquel entonces, por lo que debían huir constantemente de la continua persecución y rechazo de los demás ciudadanos. Sus nombres eran Joseph Jones y Joan Wytte; dos jóvenes brujos, cuyo deseo simplemente era ayudar a los demás con sus dones innatos.

Todo el desastroso caos en su vida comenzó al tratar de salvar a un niño de una terrible enfermedad que lo debilitaba lenta y dolorosamente. Ellos hicieron todo lo que estaba a su alcance, explotando al máximo sus poderes, aunque no fue suficiente para resguardar la vida del joven, quien finalmente dio su último suspiro elevando su alma y dejando este mundo. Afligidos, le entregaron el cuerpo completamente frío a su familia; los ojos de la madre al verlo se llenaron de lágrimas, y con un horrible sufrimiento que se apoderó de su cuerpo, se desploma en el suelo negando la situación. El padre atónito miraba a su niño tratando de contenerse mientras le acariciaba las mejillas.

El ambiente se había tornado funesto, Wytte y Jones no podían ni siquiera mirar los ojos de los padres, estaban abrumados, y al cabo de unos segundos se despidieron de ellos dejándolos con su hijo. A los días siguientes, por la luctuosa pérdida y el gran vacío que les dejó saber que perdieron a su único hijo, se rebelaron en contra de ellos y decidieron entregarlos a los residentes del lugar, responsabilizándolos de la muerte de la pequeña criatura. Ante esto, la gente se atemorizó al creer que dos de sus vecinos, Joshep y Joan, eran hijos de la maldad de Érebo enviados para acabar con las personas, especialmente los niños puros e indefensos. Entonces juraron cazarlos y hacer que paguen con su aliento el daño que produjeron.

Los inculpados se fugaron y se escondieron por muchos años, pero ya agotados y fatigados por la manera en que tenían que vivir, decidieron utilizar sus poderes para crear un lugar donde no haya sufrimiento ni maldad, en el que puedan disfrutar tranquilamente de los años de vida que les quedaban, sin hacer uso de sus dones para no repetir su deplorable pasado. De esta forma, nace Trasmoz.

Por varios años vivieron tranquilos y en calma, aunque esa paz que lograron no duró mucho tiempo. Al fin y al cabo, fueron encontrados por quienes querían eliminarlos. Desesperados, Wytte y Jones suplicaron por sus vidas, tratando de convencerlos de que ellos no habían sacrificado al niño, sino que falleció por la enfermedad que lo dejó en una desmesurada condición, pero nadie quería oírlos.