Maelmons - La Serie [CORREGIDA]

Capítulo 10: PARTE 1 [CORREGIDO].

"El inicio del fin".

Luego de que pasara una semana de la muerte de la amiga de Jimin, sólo faltaba un día para su iniciación, aunque eso no era algo que lo estuviera atormentando, sino la pesadilla que tenía una y otra vez cada noche; en ella su amiga estaba siendo descuartizada por un Maelmons y este no podía hacer nada para salvarla. Cada día en la madrugada, se despertaba con un gran grito de sufrimiento, con el cuerpo totalmente transpirado, el corazón agitado y un gran dolor en su pecho, además de una inmensa tristeza, por lo cual le era inevitable no llorar o lagrimear. Cada vez que dormía, ese mismo sueño parecía ser mucho más vívido con el pasar de los días, pero en esta ocasión, para nada se sintió como un sueño.

Al escuchar los gritos de su sobrino, Rose asustada fue a ver lo que le estaba pasando, sin embargo, al entrar ve a Jimin en un mar de lágrimas. Atemorizada le pide que trate de tranquilizarse y lo abraza.

—Estoy cansado de tener una y otra vez la misma pesadilla. —Expresó Jimin agobiado, mientras que su tía sólo le daba palmadas en la espalda tratando de contenerlo. —No me puedo perdonar el hecho de no haberme despedido de Juliana. —Añadió. Con mucha tristeza los recuerdos sobre el velorio y entierro de su amiga comenzaron a hacerse presentes; Jimin y los demás estaban vestidos con trajes rosados tal y como su amiga había pedido, aunque él y Samael no fueron capaces de mirar ni de cerca su ataúd, no podían ver a su mejor amiga en esa condición. Luego en el entierro, la mamá de Juliana les pidió que digan algunas palabras para conmemorarla, por lo que ambos pasaron al frente, muy cerca del ataúd, pero por más que lo intentaron, las palabras parecían no salirles y simplemente repetían una y otra vez la misma frase, hasta que Samael sale corriendo con lágrimas en los ojos y Jimin lo sigue.

—¿Qué vamos a hacer sin ella? —Preguntó Samael agachado en el suelo en un llanto descontrolado. Jimin se agacha a su lado y lo abraza fuertemente.

—Sé cuánto la amas y todo lo que te gustaba, ella lo sabía y también tenía sentimientos por ti. Lo lamento mucho Samael, perdón por no haber podido hacer nada por ella. —Responde Jimin y comienza a llorar.

Regresando al presente, Rose insiste en que debían suspender su iniciación, pero su sobrino con firmeza le dijo que no, debido a que ya estaba cansado de seguir huyendo y de perder a las personas que más quiere, además de que Trasmoz se volvió un completo caos, y las personas ya no quieren ni salir de sus casas por miedo a que esos monstruos los asesinen como a las decenas de personas que mataron, destruyendo la vida de sus familias. Rose comprendió y le dijo que, si llegaba a cambiar de opinión, no dudara en avisarle.

‌Mientras tanto en la casa de los Dagger, Amelí se encontraba discutiendo fuertemente con su madre porque por culpa de sus horribles pesadillas sobre unos seres sombras, tuvieron que huir hace algunos años de Trasmoz perdiendo a una persona que en verdad la amaba. Siempre que tienen esa pesadilla deben huir para que nada malo pase, ya que la última vez que no huyeron, su padre murió despedazado, aunque ahora sentían que no estaban para nada seguros en este pueblo por todo lo que estaba ocurriendo, por lo que su madre nuevamente estaba pensando en mudarse lo más lejos posible, pero su hija parecía no acceder oponiéndose rotundamente a ella.

En cambio, en el hogar de los Chartier, Samael ya no estaba solo, sino que sus padres le estaban haciendo compañía, debido a que tuvieron que cancelar todos sus viajes por culpa de los temibles seres, aunque en vez de pasar tiempo con su hijo haciendo actividades que cualquier familia haría, simplemente estaban con sus computadoras atendiendo asuntos de sus trabajos. A pesar de eso, el sentimiento de soledad y tristeza que sentía Samael no se quitaba con nada; este no paraba de recordar el momento cuando enterraron a su amiga en el cementerio. Aunque, lo que más se lamentaba era no poder haberle confesado sus sentimientos, a pesar de que ella ya lo sabía, no tuvo el coraje necesario y eso no lo dejaba tranquilo. Él sabía que también esa sensación de estar flotando en el aire y ser un espectador de su propia vida, al parecer se quedaría por varios días, o incluso semanas.