Capítulo 5: Pasado Mundano [CORREGIDO].

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Capítulo 5: "Pasado Mundano".

El duelo, esa etapa que atravesaron muchas personas a lo largo de su vida; un proceso doloroso, profundo, que se siente interminable, y que muchas veces parece consumir la alegría y vitalidad de uno.

Sólo uno mismo es capaz de explicar todo lo que sintió cuando perdió a un ser querido, una mascota o algo importante en su vida; esa conmoción intensa, ese bloqueo, esa desesperanza que te golpea dejándote paralizado, inmóvil. Esos pensamientos recurrentes que te van generando diversas emociones, como odio, angustia, culpa y negación.

Uno se va sumergiendo en un pozo profundo, uno tan profundo que da la sensación de no tener final y del cual parece que no lograrás salir. Hasta que finalmente llega esa luz, esa persona, esa situación que nos ayuda a salir adelante y nos muestra que es momento de avanzar, siempre a nuestro tiempo, para lograr la aceptación.

Quizás la herida pueda cicatrizar, pero esto no quiere decir que hay que olvidar, ya que siempre estará en nosotros, sino que lo importante es poder seguir viviendo con ello; atesorando el pasado, disfrutando el presente y creando el futuro.

No hay ejemplo más claro que la familia Halliwell, la cual atravesó por un momento demasiado difícil y que cambió para siempre sus vidas. Una situación inesperada los azotó fuertemente, y nunca más volvieron a ser los mismos.

Cuando Juliana tenía apenas nueve años, su padre Robert solía llevar siempre a su hermanito Maicol al jardín de 5 años, luego la pasaba a buscar a ella para llevarla a la primaria, ya que su mamá Aadya ingresaba a trabajar muy temprano como secretaria en una oficina de una empresa que quedaba en las afueras de Trasmoz, por lo cual tenía que viajar y se le hacía imposible poder acompañarlos a clases.

Un día, Robert le pidió a su hija que lo esperara ya que no tardaría mucho en llevar a su hermano, por lo menos unos diez minutos como máximo. Juliana le dijo que vaya con cuidado y que lo esperaría en el porche de la casa. Así pasaron lentamente los minutos; primero cinco, luego diez, quince y veinte minutos, pero su padre seguía sin volver.

Como la hora de entrada estaba a punto de llegar, Juliana enojada con su padre, decide ir caminando hasta su escuela que quedaba a unas diez cuadras de su casa, mientras rezongaba expresando que siempre le hacía lo mismo; volvía tarde y sus maestras después la regañaban por ser impuntual.

A tan solo algunas cuadras para llegar, el timbre comienza a sonar, por lo cual empieza a correr lo más rápido que pudo. Sin embargo, la intersección principal de Trasmoz estaba hecha un alboroto; se lograba escuchar la sirena de la patrulla y de la ambulancia a lo lejos. Por tal motivo, sintió mucha curiosidad de saber qué había pasado y por qué había tanto bochinche por la mañana. Es así que comienza a caminar apresuradamente hacia ese lugar. Desde la lejanía se lograba apreciar una patrulla, dos policías que estaban merodeando y una gran cantidad de humo que estorbaba un poco la visión; uno de ellos se adentra en el humo y luego de algunos segundos sale cargando a un hombre que se encontraba bastante lastimado.

Juliana al verlo, velozmente corre hacia él mientras gritaba llorando: "¡Papá! ¡Papi...! Los policías al percatarse de su presencia, la detienen expresando que no debería estar ahí. La pequeña les dice que es su papá y que necesita ayudarlo, aunque de igual manera le dijeron que era peligroso para ella y la retuvieron.

Maelmons - La Serie [CORREGIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora