Gotitas de Dolor: WEP Angstruary 2022

Día 2: Soulmate Not Destined/Almas Gemelas No Destinadas

Segundo día del reto #Angstruary

Tema: Soulmate Not Destined

Neiru x Ai
Momoe x Rika

✷✷✷

A los diecisiete años, la fecha en la que te enterabas en que momento sabrías cuál sería la persona que se quedará contigo por el resto de su existencia, aparecía, por lo general, en el antebrazo derecho. Y siempre solía ser el día de tú cumpleaños número veinte.

Cuando cumplías veinte años, ése mismo día, en el que llegabas a tal edad, justo a las doce de la noche, el nombre de tú persona especial aparecía en la parte superior de la palma derecha.

Aunado a ésto, el famoso hilo rojo del destino también se hacía visible por una hora y se extendía, dependiendo de lo cerca que estuviera ésa persona, desde unos pocos metros, hasta casi lo que parecía ser el infinito.

En realidad, éste llegaba hasta la posición de la persona junto a la cual estabas destinada a pasar el resto de tu vida y, tal como pasara con tú mano, el hilo se anudaría en el dedo meñique de esa persona también. 

Sólo era cuestión de seguirlo y ver hacia qué persona conducía antes de que la hora acabara y el hilo desapareciera.

Debido a la conexión que las cuatro amigas, Ai, Neiru, Rika y Momoe, habían desarrollado entre ellas con el paso de los años, la llegada de su fecha del destino fue algo especial.

Además de la conexión, también existía el factor de que tenían la misma edad y cumplían, prácticamente, la una detrás de la otra.

Por ende, la fecha en la que se manifiestaria este increíble fenómeno pudo apreciarse, escrita en un rojo brillante y, una pulcra y hermosa, caligrafía en los antebrazos de cada una de las chicas.

Dicha fecha coincidia con el cumpleaños de una de ellas, quien era la última en cumplir años.

Se trataba del cumpleaños de Ai.

Así que, todas se enterarian de quien era aquella persona especial el día del cumpleaños de Ai, justo a media noche.

Pero, cuando llegó el momento, era muy obvio de que todas pensaron, al mismo tiempo, que habría sido muchísimo mejor no haberlo sabido.

Ai estaba tan confundida como sus dos amigas y su novia. Después de todo, nada de eso tenía sentido.

El hilo rojo se extendía, desde el meñique de cada una y en sentido diagonal, hacia la persona que menos se imaginaban.

—Ésto debe de ser una broma, ¿verdad? —preguntó Rika con tanta amargura en su voz que, a diferencia de otras ocasiones en las que si bromeaba cuando decía algo como ésto, ésta vez supieron que la rubia no tenía intención alguna de sonar divertida.

La situación era más incómoda de lo que parecía a simple vista. Es decir, nunca se habrían podido imaginar que algo así ocurriría.

Las cuatro chicas se hallaban sentadas, distribuidas en forma pareja, entre dos enormes sillones que estaban frente a frente. Neiru y Ai se encontraban en uno y, frente a ellas, ocupando el otro sillón estaban Momoe y Rika.

—No creo que sea una broma, Rika. —opinó Momoe. El tono de su voz era igual o peor que el de su novia. Obviamente aquella situación no le hacía ninguna gracia—. No puedo creer que algo así sea posible.

—Yo tampoco —añadió Neiru. Su mirada, fría e indiferente, no dejaba ver sus emociones con facilidad—. Y creo que me opondré a ésto... —murmuró—. No quiero tener a Rika cerca de mí.

Resulta que, el dichoso hilo rojo que te mostraba a la persona que sería tú pareja, el mismo que determinaba quien sería la persona con la que pasarías el resto de tu vida, se había "equivocado", o eso pensaban las cuatro chicas al ver la voluntad del dichoso destino.

Apareciendo con un pequeño nudo atada al ya mencionado meñique y extendido diagonalmente, el hilo conectaba las manos de Neiru y Rika, así como las manos de Momoe y Ai, dando como resultado las parejas más disparejas que podrían existir en éste mundo.

Definitivamente, la situación no podía ser más incómoda.

—Tampoco es que seas un partidazo, cariño —respondió la rubia frente al comentario de la morena—. Además, ya yo tengo a mi Momo y no la cambiaré por nada del mundo. —se encogió de hombros—. ¡Me importa un soberano pepino lo que ése estúpido hilo tenga que decir...!

—Ése estúpido hilo, como tú lo acabas de llamar, Rika... —intervino Ai, quien no había opinado absolutamente nada desde que aquello del hilo diera inicio—. Acaba de tomar una decisión... —su voz se cortó por un momento. Al parecer, era la única que se tomaba la situación de ésa manera—. Y, sabemos de muy buena fuente, que su voluntad es absoluta...

—Si, sí... —interrumpió Rika con los brazos cruzados—. Pero yo no...

—¡¿Qué acaso no entiendes?! —explotó Ai, consiguiendo que, como muy pocas veces, su amiga guardara silencio y se le quedara mirando con estupefacción—. ¡¿Si sabes lo que pasará si no cumplimos con la voluntad del hilo rojo del destino?!

—Todos los que osen al hilo del destino desafiar... —comenzó Momoe con expresión repentinamente abatida y voz lúgubre.

—Una gran desgracia encima de ellos caerá... —completó Neiru con aire pensativo.

Y, con ésto último, el silencio fue lo que reinó en aquella aquella habitación durante los próximos minutos.

Sopesaban con sumo cuidado lo que implicaba desobedecer al destino mismo y hacer lo que se les viniera en gana.

Y era cierto. Cuando los implicados elegían no hacer caso alguno a la voluntad del hilo rojo, sobre ellos, en unos cinco años, enormes desgracias y mala suerte, se desbordaría y los cubriría como una enorme ola de oscuridad.

Por lo general, la mayoría no solía aguantar semejante castigo y, en ocasiones, podían expirar en medio de su lucha contra semejante adversidad.

Ahora, en el hipotético caso de que, por algún motivo, ya sea voluntad, fuerza o decisión, pusieras soportar semejante castigo, el cua solía extenderse por todo un año, la recompensa se manifiestaria en forma de una opción.

Una en la que, basándote en tus propias decisiones, elegirías a la persona que desearas y pasar el resto de tú existencia junto a ella.

Pero, ¿estarían ellas dispuestas a aceptar semejante carga por el amor que ellas elijan?

Al meditar todo esto, como si estuviesen coordinadas, las cuatro elevaron la mirada y se miraron con fijeza.

Definitivamente, tendrían que tomar una decisión...

Fin...