Día 9: Hanahaki

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Noveno día del reto #Angstruary

Tema: Hanahaki

Momoe x Rika

Aclaratoria: Ésta es una secuela directa del cuarto Shot de éste reto. Si han leído todo hasta aquí, sabrán a que me refiero.

✷✷✷

Había transcurrido ya un mes desde que Rika Kawaii, una joven que se hallaba perdidamente enamorada de la linda Momoe Sawaki, sufriera el rechazo por parte de ésta última luego de que la rubia la besara, sin su consentimiento y sabiendo que ella no jugaba para ése lado, en un banco del parque más cercano a sus casas.

Al verse rechazada y hasta golpeada, ya que Momoe le dejó un buen moretón en la mejilla como regalo por haber traicionado su confianza y haberla besado, Rika contrajo una extraña y poco conocida enfermedad llamada Hanahaki.

A partir de ése momento, en el que la infección se desarrolló y drenó, tanto su salud, como su tranquilidad, la chica vivió un verdadero infierno.

Día a día, la joven de la mirada azul como el agua se iba sintiendo peor.

La fiebre que la abatió no bajaba y, si ella ya era de piel clara naturalmente, cuando la enfermedad contraída se hizo más fuerte, la chica estaba tan pálida y lechosa como una nueva e inmaculada hoja de papel.

Los pétalos en su garganta fueron haciéndose cada vez más y más numerosos e incontenibles, hasta el punto en el que no sólo los expulsaba cuando tosía, sino que, al multiplicarse con una rapidez cada vez mayor, éstos conseguían acumularse en su garganta y boca de tal forma, que llegaban a ahogarla cuando dormía o en cualquier momento del día en el que no estuviera tosiendo.

Al ver como su hija era víctima de éste curioso y poco común padecimiento, Kawai Chiaki, su madre, se vió obligada a llevarla a un hospital.

La intervención quirúrgica fue casi inmediata. No podían esperar mucho, ésa era una emergencia. Rika estaba ya muy grave cuando la señora Chiaki la llevó hasta el hospital al hospital.

Por lo general, cuando se trataba de Hanahaki, los especialistas buscaban cualquier medio alterno para tratarla que no fuera la extracción de la infección por medio de cirugía.

Pero, de no intervenirla, la rubia habría pasado a mejor vida unas horas después de ingresada. Sin importar las consecuencias, ellos debían actuar.

Y así lo hicieron.

La joven se pudo salvar de milagro y, de hecho, en algunos momentos de la operación, parecía que no podría aguantar dicho procedimiento.

Pero, sus posibilidades de sobrevivir nunca llegaron a cero. De ésa manera, Rika Kawaii aguantó la operación y pudo salir de ésta exitosamente.

Más tarde, ése mismo día, Rika abrió los ojos con lentitud. La luz de los focos, potentes, brillantes y blancos como la leche, la escandilaban.

Tenía un fuerte dolor en la garganta, pero supuso que se debía a que el efecto de la anestesia ya estaba pasando, dejando ver que de verdad, acababan de abrir su garganta para actuar cómodamente.

De repente, al pensar en el hecho de que, toda la preocupación que le había causado a su madre y que se había causado a sí misma, había sido por amor, Rika se sorprendió de no sentirse deprimida o preocupada.

No sentía nada. Sólo pensaba y ya. Era como si el hecho de que hubiese estado al borde de la muerte y que su madre estuviese al borde del colapso por ella no le produjeran emoción alguna.

No reaccionaba an éste tipo de estímulos mentales como esperaba.

Estaba consciente de la suavidad de la sabana que la cubría, de que estaba descalza y que sus talones se hallaban apoyados en el mullido colchón, la bata que llevaba era muy fresca y ligera, apenas y se sentía.

También se hallaba al tanto del dolor que sentía en todo el cuerpo, del prurito mezclado con ardor que se presentaba en la zona externa de su cuello y dentro de su garganta, además de la pesadez con desorientación que experimentan aquellas personas que acaban de salir y despertar de una operación.

Pero, además del dolor que, poco a poco, iba creciendo en su maltratado cuerpo (la anestesia tiene efectos secundarios de cualquier tipo y depende de cada cuerpo el como vaya a afectarle), Rika no podía sentir nada más. Sólo se limitaba a dolores físicos y sensaciones de la misma índole.

Pensó en Momoe, en como ésta la había rechazado aquel día en el parque, cuando Rika la besó de improviso. Meditó acerca de como la había estado evitando, ignorándola a toda costa como consecuencia de sus acciones y en como, lentamente, fué desarrollando aquella extraña y dura enfermedad. Y, se sorprendió de que, en ése momento, todo aquello no le importara en lo más mínimo.

Que raro, era como si su capacidad de sentir algo más que no fueran reacciones físicas se hubiese esfumado.

Bostezó con despreocupacion. Ya tendría tiempo de pensar en su falta de sensibilidad. Ahora, lo que realmente le importaba era que ya estaba fuera de peligro.

De acuerdo, su garganta dolía y escocía horriblemente y se sentía como si la acabara de pasar un camión por encima. Pero, estaba muy segura de que todo éso era nada comparado con todo el malestar y sufrimiento por el que había tenido que pasar en días anteriores.

Ahora sólo debía descansar. Ya todo estaría bien... O éso era lo que ella, ingenuamente, creía...







Fin...

Gotitas de Dolor: WEP Angstruary 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora