Una vez planeó tener un romance conmigo, pero ese hombre se fue, y el mounstro en el que se convirtió solo tiene un propósito, un deseo, un impulso: arrancarme la ropa y poseerme una y otra vez.
Con mi cuerpo desnudo indefenso en su agarre áspero e...
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Doce horas antes...
"Olvidaste esto, Naruto."
Hinata sostiene mi bastón de roble tallado ornamentada hacia mí, sus delgados dedos envolvieron mi mayor fuente de vergüenza.
La amo.
Ella nunca lo sabrá. Nunca se lo diré. En parte debido a la forma en que ella me mira. Ella me compadece.
Mientras tomo el bastón, la ilusión de normalidad que construimos mientras nos sentamos se disipa. Sus ojos se suavizan, la comisura de boca se vuelve hacia abajo. Es la mujer más hermosa del mundo, pero cuando me mira comienza a derretirse de tristeza.
Ella es impresionante. Tiene cabello oscuro teñido naturalmente con reflejos violeta. Tiende a ser perfectamente lacio, a pesar de que ella lucha por darle forma onduladolo a veces. Sus ojos son lila pálido. El tipo de color que no vez a diario. Tiene un rostro adorablemente redondeado, labios que nunca hacen pucheros tiernos pero que son deliciosamente rosados, y su figura es perfectamente curvilínea, aunque también trata de luchar contra eso. Pidió la ensalada de nuevo hoy. Y luego comío todas mis papas fritas.
La conozco desde hace mucho tiempo. Salimos brevemente en la secundaria. Ahora somos amigos. Buenos amigos. Mejores amigos. Amigos con un pasado que hace que esa tristeza nuble su linda mirada cada vez que se acuerda de mí condición.
Quince años retroceden cada vez que veo esa expresión.
Estábamos juntos en mi auto la noche que chocamos. Ella salió de la colisión casi ilesa. Incluso borracha hasta la médula, era lo suficientemente inteligente como para usar su cinturón de seguridad, yo ni siquiera bebí un trago y fui el estúpido que no pudo salir completamente del camino de peligro cuando un conductor ebrio cruzó la línea central y convirtió el auto de mi padre en un chatarra. Y aunque suene estúpido, me alegro de no haberme puesto el cinturón, así pude usar mi cuerpo como una mejor barrera para Hinata.
Fue un largo camino desde ahí. Muchas cirugías. Mucho dolor. Pero lo logré.
Hinata no es mi novia, pero siempre será mi amiga, en realidad podría ser peor, como haber perdido el contacto con ella.
Pero puedo verla una vez a la semana para el almuerzo. Hago comentarios sobre cómo mi va la investigación. Ella escucha con esa dulce sonrisa y luego, inevitablemente, habla sobre el imbécil con el que está saliendo en este momento. Ella siempre elige a los chicos malos. Los que la tratan como basura.
La juzgaría por eso, si no hubiera estado en su casa cuando ella era una adolescente, y si no supiera precisamente por qué ansía la proteccion de un hombre. Si fuera más fuerte, la protegería. Pero ella piensa en mí como el hermanito que necesita cuidar. Porque lo único que nos une más que la amistad es suculpa.
Ella dice que la salvé esa noche en el auto. Pero no puedo salvarla de la sarta de pendejos que la ven como una cosa delicada, bonita y luego quieren tomarla para después botarla.
