Monster ||NaruHina|| ✓Completa✓

Cero

"¿Alguna vez has visto a un chico tan sexy que harías cualquier cosa que él dijera?" La pregunta se grita sobre música que suena bajo, algún joven dj está canturreando sus raras preguntas a las mujeres y esperando las reacciones después de un golpe de tambor.

"Oh, Dios mío", se ríe Sakura. "¿Has visto a Sasuke Uchiha de ¿Juego de tiburones? ¿Ese programa de vienes raíces de la realidad? ¡Le dejaría hacer cualquier cosa conmigo!"

Se ríe con su bebida y todas nos reímos con ella. Esto es una noche de chicas, y si no estás confesando tu enamoramiento por un hombre inalcanzable, ¿qué hacemos aquí?

"¿Sasuke segunda opción? Su hermano mayor es mejor, es más rico", dice Ino. "¡Y tiene mejor paquete!"

Todos nos quejamos de las sucias palabras de ella. La siempre típica Ino.
Realmente no estoy conectada a la conversación. No es que los chicos de los que hablamos no sean calientes, es que tengo una oportunidad nula de conocer a un tipo así.

Todas queremos un tipo con cinco por ciento de grasa corporal, muy alto, un toro musculoso y con rostro de galán, pero es más probable que terminemos siendo manoseadas por un banquero borracho en este bar cerca del distrito fnanciero.

Aquí es donde la gente viene a fingir que todavía veinte. Con casi treinta, ni siquiera puedo recordar cuando tenía veinte, excepto que estoy bastante segura de que mis jeans eran más ajustados entonces.

"¡Deberíamos ir a un club de striptease!" sugiere TenTen. Un trago y ella siempre quiere ir a un club de striptease.

Nunca vamos a uno, es una fuente constante de decepción para la pobre. Si alguna vez se casa, le conseguiremos un stripper para la despedida de soltera. Ese es el trato.

"¡Vamos a bailar!" El chillido se repite alrededor de mi pequeño grupo de amigas.

"Ustedes vayan. Yo vigilaré las bolsas."
Piensan que es una oferta generosa. No lo es. No estoy de humor para bailar.

"Heee ¡Podemos bailar!" grita Sakura.

Se van ruidosamente a la pista de baile. Pronto la música las reclama, y yo quedo sola como un cervatillo dentro de un pequeña cerca hecha de bolsos.

La atmósfera está llena de lujuria, el desesperado celo y las posibles parejas. Las mujeres se agrupan en pequeñas camarillas como la mía, riéndose y fingiendo no mirar a los hombres que acechan en los bordes de la habitación, los más atrevidos y borrachos haciendo movimientos, algunos de los cuales son aceptados, pero mucho otros no.

He estado bebiendo el mismo cóctel desde que llegué aquí, un destornillador. Es decente, sabe a jugo de naranja con un ligero toque de vodka. No estoy borracha. Apenas estoy entonada. A decir verdad, ni siquiera sé por qué vine esta noche.

No. Eso es mentira.

Sé exactamente por qué vine. La presión de grupo y el dolor entre mis muslos. Por está necesidad nunca puede ser realmente satisfecha por los juguetes y dedos He sido empujada aquí por el mismo impulso animal que trajo a todos los demás aquí. Necesito follar. Pero no con cualquiera.

Es probablemente injusto de mi parte descartar a cada chico que veo dentro de los 0.2 segundos de haber puesto los ojos en él.

Muy jóven...
Demasiado desgarbado...
Usa zapatillas de deporte...
Barba desaliñada...

Tengo tantas razones para rechazar a un hombre como hombres hay en el club.

Hasta que él entra.

Él es guapo. Muuy atractivo.
Su mandíbula es dura y cuadrada.
Sus mejillas son dos placas de músculo firmes. Su frente es fuerte y se eleva por encima de los ésos ojos indiscutiblemente azules pero tienen un aura tan oscura, como si el que mirará fuera una especie de depredador. Su cabello es un masculino rubio perfecto, una melena de cabello dorado espeso y brillante de aspecto desaliñado que lo hace lucir más salvaje. Tiene el cuerpo que ningún tipo de aquí podría llegar a tener en su vida.

Él está aquí por mí.

Delirante. Narcisista. Profético.
Como sea que lo llames, el pensamiento se aloja en mi mente. No sé cómo llegué a esa conclusión, se que es irracional, pero puedo sentir la verdad corriendo a través de mí, bombeando con cada latido de mi corazón.

Se mueve entre la multitud como si no estuviera allí. Él camina entre mesas, divide a los amigos que están hablando, ignora un pequeño mar de feminidad a su alrededor sólo para llegar a mí.

No es muy brillante en el club, y el parpadeo las luces hacen que sea más difícil verlo tan bien como me gustaría. Este es el tipo de hombre que necesita ser inspeccionado a la luz del día, solo para asegurarse de que realmente existe.

A medida que se acerca, veo que su ropa se ve un poco anticuada. Eso no importa. Un hombre como él podría estar usando un saco de papas y aun así lucir sexy.

Pero hay algo que llama la atención sobre su ropa, parece demasiado pequeña para él. Su camisa se tensa sobre su pecho de una manera que es indecentemente perfecto.

Cuanto más se acerca, más veo lo guapo que es. Es no solo su apariencia. Es su vibra.
Pura confianza.

Los chicos de hoy en día lo llamaría arrogancia. No es que a él le importaría siquiera oírlos, porque no parece ver u oír algo además de mí. Hay otros cien mujeres jóvenes escasamente vestidas en esta sala. Muchas de ellas son más jóvenes que yo. Algunos de ellas son más bonitas. Pero su mirada ni siquiera pasá sobre ellas. Está enfocado en mí, y permanece de esa manera mientras merodea de cerca mi mesa.

Me doy la vuelta y miro detrás de mí solo para asegurarme de que no hay alguna supermodelo detrás de mí.
Nop. Solo está la pared. Soy yo a quien está mirando.

De repente estoy demasiado nerviosa para saber qué hacer conmigo misma. Toda mi valentía se evapora cuando da la vuelta a la mesa, alcanza mi barbilla con con una mano, lo agarra suavemente con un toque que emana confianza y control.

No hay escapatoria a él, ni a la mirada que arde en sus ojos inciertos.

"Ven conmigo", dice con un ronco gruñido masculino. "Te voy a follar."

🙃 Yo también quiero que me diga éso ó: