Una vez planeó tener un romance conmigo, pero ese hombre se fue, y el mounstro en el que se convirtió solo tiene un propósito, un deseo, un impulso: arrancarme la ropa y poseerme una y otra vez.
Con mi cuerpo desnudo indefenso en su agarre áspero e...
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Nos despertamos con el amanecer pasando sobre las copas de los árboles. Hay comida para come y muy poco más que hacer que disfrutar el uno del otro. Es una mañana perfecta.
Lo veo agarrar su dosis. Es un líquido extraño. Brilla de una manera extraña. Él lo toma de un trago y luego bebe un poco de jugo de naranja.
"¿Cuánto de eso tienes?"
"Algunos", dice guardando el vial vacío junto con los demás.
"Así que..., ¿los robaste de la compañía?"
"Supongo que lo hice".
"Y eso te hace un... criminal, ¿verdad?"
"Supongo."
"Así que realmente somos criminales en fuga"
"Realmente te gusta esa idea, ¿no?", me sonríe. "Siempre estás encontra de la autoridad."
"No tengo problemas con la autoridad."
"Nunca escuchas a tu padre y a tus jefes tampoco…"
"Te escucho a ti."
"Eso es porque sabes que golpeare ese pequeño trasero si no lo haces".
"No creo que sea así…"
"Si yo te lo pidiera te portarias bien, de lo contrario habría castigos y no había más sexo."
Bufo y me río. "Esa droga te convierte en un macho misógino."
"No, solo digo la verdad. No importa, porque eres mía. Nadie más te va a poner una mano encima."
"Éstoy bien con eso."
Me mira y veo el animal en sus ojos. Esa droga desata algo en él, algo primitivo y sexy e incluso un poco atemorizante. Cuando toma una dosis, no le importa cómo debe comportarse. Él hace lo que quiere.
"Ven aquí y pon ese coño en mi polla". Una orden es tan grosera y lasciva, y le doy gusto obedeciéndola.
Antes de darme cuenta, estoy rebotado sobre su pene como si fuera un juguete. Él está recostado, sus manos en mis caderas, moviéndome arriba y abajo a lo largo de su eje duro. Jadeó entre gemidos, porque me ha estado follando durante lo que se siente como días. Mi pobre coño está empezando a doler de verdad, y no estoy segura que puedo soportarlo más.
"Oye, de verdad necesito un descanso".
Él no tarda en hacerme caso pero encuentra otra manera de tenerme. Me saca de su polla y me arrastra hacia arriba su cuerpo hasta que estoy sentado en su cara. Su lengua se sumerge entre mi mejillas, encuentra el pequeño brote apretado de mi culo y comienza a mover y lamiendo y trabajando su camino dentro de mí allí. Me mantienen erguido, vulnerable y expuesto, mi coño dolorido y vacío mientras prepara mi otro agujero.
Me lleva mucho tiempo meter la cabeza de su polla dentro de mí. Él tiene que sosténme en el lugar y empujar lentamente hasta que el apretado anillo de músculo ceda. Yo me retuerso y gimoteo, haciéndolo más difícil para él, pero quiero su polla en mi interior. Quiero que me demuestre que me tomará como le plazca, y que yo estoy aquí para su placer. Tal vez eso es retorcido, pero el pensamiento me llena de excitación y una sensación de profunda satisfacción que me envuelve incluso cuando él guía pacientemente mi trasero que se porta mal hacia su polla.
