Capítulo 3

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Al día siguiente...

Despertar con los sonidos de las aves, con el sonido de las olas es algo muy relajante.

Me levanté con cuidado de no hacer mucho ruido, y me asomé a la pequeña ventana del cuarto donde  podía ver el inmenso mar y el gran bosque, todo estaba en un completo silencio, solo el sonido de las aves y el mar se escuchaban.

Anoche había dormido con una camisa del señor desconocido, y un pantalón de pijamas de su hermana. 

Ahora que recuerdo...

¿Por qué no pregunté su nombre?
"Porque eres una idiota"

¡Cállate! Él dijo que no hablemos
"¿Le harás caso?"

¡Obvio, me está ayudando y tengo que obedecer!
"Qué aburrida, ve a desayunar para luego seguir excursionando la isla"

¡Oie! Tu a mí, no me das órdenes.
"¿Y ese desconocido si?"

¡Basta, nos puede estar leyendo la mente!
"Ok. Me callo"

—¡¡Es lo mejor que pudo haber hecho!!— habló el desconocido mientras entraba a la habitación. Su cara no mostraba ninguna expresión, él definitivamente era frío —Normalmente aquí no suele haber comida de la cual tu comes, pero encontré esto en el bolso de mi hermana— y me tiró un cereal con un chocolate y una botella de agua.

—Gracias—

El asintió y se fue.

Abrí el cereal y empecé a comerlo, ¿Por qué me trajo agua en vez de leche? ¿A caso cree que el cereal se come con agua?

"¿Eres boba?"
¿Por qué?

"Te dijo que no había comida de la cual comes"
Ah, ¡verdad! Entonces, ¿Qué clase de comida hay?

"Comida para raros"
¿Sabes qué? mejor cállate, porque nos puede estar escuchando en su mente.

Había terminado de hablar con mi mente cuando la puerta fue abierta de nuevo, dejando ver al desconocido con una mirada intensa.

—Cuando veas a mi hermana, pídele las cosas que deseas comer a ella— dijo mientras iba a cerrar la puerta.

—Espera— lo llamé. —Lamento si te molesta o te incomoda cuando hablo conmigo misma, pero es que no tengo con quien más hacerlo. Trataré de no molestarte tanto y en serio, gracias por esto— dije mientras señalaba el chocolate.

Su mirada dejó de ser tan intensa, pero no me la quitaba de encima, me estaba poniendo nerviosa, lo cual traté de sonreír y el solo asintió y se retiró cerrando la puerta de un solo golpe.

Abrí el chocolate y me llevé un buen pedazo a la boca. Estaba muy delicioso, su sabor era exquisito, no sabían como los chocolates comunes de mi pueblo.

Terminé de comer el cereal y el chocolate, pero aún seguía con hambre, eso a penas había llenado una tripa de mi estómago.

Así que decidí salir a recorrer la isla para encontrar alguna fruta.

Salí de la habitación y caminé despacio para no hacer tanto ruido, pasé por la habitación del señor desconocido y escuché unos murmullos.

—Es linda lo sé, y eso que no me agradan las rubias, pero ella... ella es especial— decía una voz de mujer.

¿Podría ser la hermana... Hablando de mi?

—No niego que es linda, pero es humana y no soporto que sea de ese mundo, no quiero que se me acerque, no me quiero vincular tanto con ella y estará aquí solo hasta que encuentre como irse—

Esa era la voz del señor desconocido y definitivamente estaban hablando de mí.

¿Por qué siento que soy un estorbo para todos? ¿Por qué me siento mal al escuchar aquello?

—¡No se puede ir!— volvía hablar su hermana —¿No sientes una conexión? Algo me dice que es ella la indi...—

—No me convencerás— la interrumpió él  —Será tu amiga si así lo quieres, pero mantenla alejada de mi—

Seguí mi camino, pero el piso de madera chilló, haciendo que los sujetos salieran enseguida.

—¡Daniela! ¿Qué..... que escuchaste?— preguntó su hermana.

—¿Estabas escuchando conversaciones ajenas?— preguntó él con brazos cruzados.

—Yo...— estaba nerviosa, no sabía que responder, me sentía mal por ser un estorbo —Solo pasaba y escuché todo— dije finalmente, quería llorar, quería llorar pero no quería hacerlo delante de ellos.

—Dani...— me llamó su hermana mientras se acercaba a mí. —No es lo que crees—

Agaché mi cabeza para ocultar mis ganas de llorar.

—¡Te dije que no te acerques a mi habitación!— me reclamó el tipo.

—Y NO ME ACERCARÉ MÁS, NI A TU HABITACIÓN, NI A TI... ¡¡MALDITO EXTRAÑO!!— grité furiosa, mientras corría escalera abajo.

—¿¡OYE NIÑA NO TE ENSEÑARON A RESPETAR!?— lo escuché decir mientras me retiraba de la cabaña.

Corrí sin dirección alguna, ni siquiera sabía a donde iba, mi cara estaba mojada de lágrimas, me sentía mal, me sentía jodidamente mal.

¿Dónde había llegado a parar?

Mis piernas empezaron a doler y me recosté en un árbol muy grande, mientras doblaba mis rodillas y lloraba en ellas.

Soy un jodido problema ¿verdad?
"Lo somos"

¿Por qué nadie nos quiere?
"La vida es dura con nosotras"

¿La muerte será nuestra solución, acaso?
"Podría ser"

Quedé pensando en la "solución", ¿en serio sería una solución?

**Zzzz**

Un sonido extraño hizo que despertara de mis pensamientos.

**Zzzz**

¿De dónde vendrá aquél sonido?, busque con la mirada y no encontré nada, pero el sonido seguía, bajé la mirada y era una serpiente bajando de un árbol que estaba frente a mí, como a 6 metros de distancia.

"Okey, en realidad lo de morir nunca fue en serio"
¿Queríamos morir? Bueno, aquí está.

"Era broma Daniela, así que por favor no te muevas. Hazme caso soy tu subconsciente"

Hice caso a la voz de mi mente, aquella culebra no me quitaba la mirada de encima y aunque estaba a varios metros lejos de mi, podía notar que se moría por inyectar su veneno en cualquier parte de mi cuerpo.

—¿Sabes? Puedes morderme, vivir en esta isla nunca fue una opción— susurré a la serpiente mientras veía como se acercaba.

No hacía nada, si tenía miedo pero me sentía mal y quizá lo mejor era que aquél animal acabara conmigo.

"Levántate despacio y retrocede a coger la piedra atras de tí"
No haré nada, así que cállate, por favor.

"¡Daniela, por favor! Hazme caso maldita sea!"

Di un largo suspiro de rendición, y le hice caso a mi mente. Me levanté despacio, y retrocedi dos pasos pero choque con la piedra y caí golpeándome en el trasero.

—¡¡Maldita sea!!— grité al sentir una picada en mi pierna derecha.

La serpiente me había mordido.

Todo empezó a darme vueltas, vi como aquél animal se fue después de morderme, y de repente se empezó a nublar mi vista.

Me sentía débil, sin fuerzas, de pronto alcancé a ver un lobo de pelaje café y ojos oscuros, muy oscuros.
Si no era alucinación debido a el veneno de la serpiente, entonces definitivamente este iba a ser mi fin.

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Nos leemos pronto, no se olviden de votar y muchas gracias por leerme <3

EL CORAZÓN DE UN VAMPIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora