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El principio del Fin del Mundo

Lentamente, la puerta volvió a abrirse y por ella salió una figura tan alta y erguida como la muchacha, pero no tan esbelta. No llevaba candil pero de ella misma parecía surgir luz. Al acercarse más, Lucy vio que tenía el aspecto de un hombre anciano. La barba plateada descendía hasta sus pies descalzos por delante, la cabellera también plateada colgaba hasta sus talones por detrás y la túnica parecía confeccionada con lana de ovejas plateadas. Su aspecto era tan bondadoso y solemne a la vez que, de nuevo, todos se pusieron en pie y permanecieron en silencio.

Pero el anciano se aproximó sin hablar a los viajeros y fue a colocarse en el extremo de la mesa opuesto al de su hija; después, los dos alzaron los brazos ante ellos y se volvieron hacia el este, y en aquella posición empezaron a cantar. Me gustaría poder escribir esa canción, pero ninguno de los presentes pudo recordarla. Lucy dijo más tarde que era aguda, casi chillona, pero muy hermosa: «Un especie de canto frío, un canto de primera hora de la mañana».

Y mientras cantaban, las nubes grises desaparecieron del cielo oriental y las manchas blancas aumentaron de tamaño hasta que todo quedó blanco, y el mar empezó a brillar como si fuera de plata. Mucho después —aunque los dos no dejaron de cantar ni un momento— el este empezó a tornarse rojo y por fin, sin una nube, el sol surgió del mar y su largo rayo horizontal cayó a lo largo de toda la longitud de la mesa sobre las piezas de oro y de plata, y también sobre el Cuchillo de Piedra.

En una o dos ocasiones con anterioridad, los narnianos se habían preguntado si el sol al salir no parecía mayor en el mar que en casa. En aquella ocasión estuvieron seguros de que así era. No cabía la menor duda. Y la luminosidad de sus rayos sobre el rocío y la mesa estaba más allá de cualquier luminosidad matutina que hubieran visto jamás. Y como Edmund dijo luego: «Aunque sucedieron gran cantidad de cosas en aquel viaje que parecen más interesantes, aquel momento fue en verdad el más emocionante». Pues entonces supieron que de veras habían llegado al principio del Fin del Mundo.

Entonces algo pareció volar hacia ellos desde el centro mismo del sol: aunque, desde luego, no se podía mirar fijamente en aquella dirección para asegurarse. Pero al poco, el aire se llenó de voces; voces que hicieron suya la misma canción que la dama y su padre entonaban, pero con cadencias mucho más delirantes y en una lengua que nadie conocía. Y al poco rato se pudo divisar ya a los propietarios de aquellas voces. Eran pájaros, enormes y blancos, que venían a centenares y a miles, y se iban posando sobre todo lo que allí había; en la hierba, en el pavimento, sobre la mesa, sobre los hombros, en las manos, en la cabeza, hasta que pareció como si hubiera caído una fuerte nevada.

Pues, igual que la nieve, no sólo lo tornaron todo blanco, sino que desdibujaron y embotaron las formas. Mariam, mirando por entre las alas de las aves que la cubrían, vio que un pájaro volaba hasta el anciano con algo en el pico que parecía un fruto pequeño, a menos que fuera un carbón encendido, lo que podría haber sido, ya que era demasiado brillante para mirarlo. Y el pájaro lo depositó en la boca del anciano.

Entonces, las aves dejaron de cantar y parecieron estar muy ocupadas con los alimentos de la mesa. Cuando volvieron a levantarse de ella, todo lo bebible o comestible que había en la superficie había desaparecido, y las aves se elevaron de su comida a cientos y a miles y se llevaron todas las cosas que no se podían comer ni beber, como huesos, cáscaras y conchas, y volaron de regreso al sol naciente. Pero ahora, debido a que no cantaban, el zumbido de sus alas pareció estremecer el aire. Y allí quedó la mesa limpia y vacía, y con los tres lores de Narnia todavía profundamente dormidos.

En ese momento, el anciano se volvió por fin hacia los viajeros y les dio la bienvenida.

—Señor —dijo Caspian—, ¿nos diréis cómo deshacer el hechizo que mantiene a estos tres lores narnianos dormidos?

²𝗟𝗢 𝗤𝗨𝗘 𝗥𝗘𝗔𝗟𝗠𝗘𝗡𝗧𝗘 𝗙𝗨𝗜𝗠𝗢𝗦||ᴱᵈᵐᵘⁿᵈ ᴾᵉᵛᵉⁿˢⁱᵉ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora