La reina

261 al 270

Capítulo 261: Se acerca una tormenta

“Sé que no ha vuelto”.

Su Cha sabía lo que estaba pasando en el momento en que salió.  Cuando vio a Ah Chen, una mirada profunda apareció en sus ojos.

Luego, miró hacia arriba.

No hubo movimiento.

Los aleros de un edificio tan alto no parecían fáciles de escalar.

La expresión de Ah Chen cambió ligeramente.  "Señorita Su, ¿hay algún problema?"

Su Cha curvó los labios.  "No es nada.  Voy a dar un paseo.

Con eso, pasó junto a Ah Chen y fue a otro patio.

No había restricciones para ella dentro del Mirador, por lo que podía entrar y salir sin escrúpulos.  En los últimos días, no había estado en ninguna otra parte del pabellón además de esta área y la de la anciana.

Mientras observaba la figura en retirada de Su Cha, los ojos de Ah Chen se oscurecieron.

Bai Kun apareció desde el otro lado y se sorprendió al ver a Ah Chen parado en la puerta.  "¿Por qué estás parado aquí?"

Ah Chen respondió directamente: "La señorita Su fue a visitar otros patios".

Bai Kun respondió: “Oh.  ¿No vas a ir con ella?

Ah Chen negó con la cabeza.  Finalmente hubo un ligero cambio en su cara de póquer.  "La señorita Su no es una persona común".

Bai Kun: "¿Por qué dices eso?"

“Estaba parado arriba mirando alrededor en este momento.  La señorita Su parecía haberlo notado.  Ella estaba en la habitación en ese momento.  Cuando salió, miró hacia arriba”.

Bai Kun levantó la cabeza para mirar el techo.  En silencio, midió la distancia entre el techo y el suelo y preguntó: "¿Hiciste un gran movimiento?"

Ah Chen frunció el ceño.  "No."

Estaba seguro de que no hizo ningún ruido, pero la señorita Su aún miraba hacia el techo, lo que para él era inexplicable.

Bai Kun estaba sumido en sus pensamientos.  "Piensas demasiado.  La señorita Su es solo una persona común”.

Incluso si Su Cha tuviera otras capacidades, todavía participaba en un programa de entretenimiento.

Había algunas cosas que ni siquiera su joven maestro le había contado, cosas que no eran adecuadas para que la señorita Su supiera.  Ya era un asunto inimaginable para la gente común, y la señorita Su sería aún más incapaz de aceptarlo.

Bai Kun también estaba al tanto de las habilidades de Ah Chen.  Sabía lo que estaba haciendo y era uno de los guardias secretos más fuertes del joven maestro.  La familia lo había criado desde que era joven y lo había enviado al servicio cuando se convirtió en adulto.

Ahora le habían asignado seguir a la señorita Su para protegerla, pero ella no pareció darse cuenta.  Bai Kun no creía que Su Cha pudiera detectar la existencia de Ah Chen.

Ah Chen probablemente estaba siendo demasiado sensible.

Ah Chen frunció el ceño.

No creyó las palabras de Bai Kun.

Los artistas marciales tenían los sentidos más agudos.  No fue fácil para él convertirse en el guardia secreto más fuerte del joven maestro.

Siempre había sentido que había algo mal con la señorita Su, pero ahora que ella estaba en buenas manos con el joven maestro, no podía decir nada sobre sus sospechas.  Aunque lo pensó, no lo diría en voz alta.