¿Algunas vez has escuchado estas frases?...
"Los ojos son las ventanas del alma" o "una mirada dice más que mil palabras" ¿O incluso ambas?.
Pues un jóven oso de pelaje claro y unos bellos ojos azules aún que no se de cuenta su mirada estará habland...
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El día estaba lluvioso, para unos esos días son de los mejores debido a que el clima se disfruta con una taza de café, té o ya sea un chocolate caliente mientras observan la belleza del clima a través de la ventana, otros lo disfrutan sentados ya sea en el sillón o en la cama viendo algo en el televisor bien arropados, a otros no les gusta ese tipo de climas por infinidades de motivos pero... para algunos en ese momento provocaba que se volviera peor su día más de lo que ya estaba.
Eso, era lo que le estaba pasando a una joven de aproximadamente 12 años, su vista estaba clavada en un punto fijo mientras sentía un horrible dolor en el pecho que ni con palabras o gestos podría expresar aquello que sentía, las gotas de lluvia caían en su hermosa melena que le quitaban su brillo; sus bellos zapatos que hacían juego con el lindo vestido negro la hacían ver más alta estaban llenos de lodo; la joven temblaba debido al frío que empezaba a sentir en ese momento pero además del frío también era el sentimiento que estaba sintiendo en esos momentos.
El cual era tristeza.
Ella no podía creerse lo que estaba viendo aún le costaba procesar lo que estaba pasando en ese momento, sus lágrimas se sincronizaban con las gotas de lluvia que acariciaban gentilmente sus mejillas; su mente le hacía recordar una y otra vez el por qué se encontraba ahí, el por qué se encontraba en aquel lugar bajo la lluvia que le provocaba ese sentimiento de tristeza y a su vez... culpa.
Entre sus manos estaba una bellísima rosa blanca que le costaba mucho el soltar aquella flor para dejarla en aquel ataúd que tenía frente ella, la joven al estar tan metida en su mente no se precato que incrementaba su fuerza en las manos provocando que aquellas espinas de la bella flor lastimaran sus lindas y suaves manos, pero, alguien si se llegó a percatar de ello que fue a su lado para agarrarle el hombro logrando que la chica volviera a la realidad precatandose que la lluvia dejaba de caer sobre ella si no en algo más por el ruido que hacía; la chica volteó hacia su costado encontrándose con su mejor amiga de bella y larga melena grisácea quien veía con una sonrisa a la joven. La chica soltó un pequeño quejido debido al dolor que se hizo aún más fuerte en las palmas de sus manos provocando que soltara la rosa, intentó atraparla pero una pollo albina atrapo aquella rosa antes de que perdiera su belleza por el lodo.
- Estamos contigo, no sientas que estás sola en esto - dijo la loba del mechón verde con un tono de voz cariñoso - te ayudaremos a seguir adelante - comentó tratando de animar a su amiga mientras saca un pañuelo y limpiar la sangre de sus manos.
- También a que este dolor que sientes no dure por mucho tiempo - dijo su otra amiga de cabello blanco mientras le daba leves caricias al hombro de la joven y le devolvía la rosa.
Ante esas palabras de apoyo que le brindaron sus dos amigas la joven no pudo contenerse más y dejó salir aquellos sollozos que estuvo reteniendo por un largo rato, ambas abrazaron a su amiga transmitiendo le cariño, tranquilidad y calidez, ella continuaba llorando correspondiendo aquel abrazo cálido de ambas chicas tratando de calmarse; ambas la consolaban ayudando a que calmara su llanto, la albina puso la rosa entre las manos de la chica con gentileza para evitar que se lastimara más, ambas amigas sin importarles lo mojada que estaba su amiga la consolaban sabían que sería demasiado difícil lograr que se calmara en esos momentos ante aquella pérdida pero aún así lo estaban intentando.
