II.- Conociendo a la Manada

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Thomas y Stuart miraban por las ventanas el paisaje, los árboles rodeaban todo el lugar y les recordaba a su hogar en Polonia. El clan siempre vivió en el bosque en un antiguo castillo donde no muchos entraban por las historias de terror que se contaban y ellos se esforzaban por mantener a los demás lejos. Mieczyslaw se mantenía tranquilo, miraba al frente a su padre y Peter. Podía notar como Noah sonreía cada vez que Peter acariciaba el dorso de su mano y como ambos parecían emocionados por llevarlos al pueblo.

- ¿Cómo están todos en Polonia? – preguntó Noah algo nervioso.

- Jarek cuidó bien de nosotros estos últimos días, quería venir pero tenía que quedarse con los demás. – dijo Thomas mientras tomaba la mano de Mieczyslaw, quien tomó el rostro de sus hermanos y colocó audífonos en sus orejas. No dejaría que sufrieran más.

- Mamá murió, Jarek dijo que te mandaría la información. – su mirada era seria – Según el testamente ella dejó escrito que debemos de vivir contigo, es por eso que ahora tienes la custodia. Por favor no menciones este asunto si mis hermanos están escuchando, ellos ya han sufrido lo suficiente. – le dijo Mieczyslaw.

- ¿Puedo saber cómo murió? – preguntó Noah con ligera tristeza.

- Estábamos en una misión, nos encargaron un nido de vampiros que estuvieron matando a adolescentes. Salimos victoriosos pero había uno escondido, ella reaccionó tarde y ese vampiro la asesinó.

- Lamento mucho su pérdida. Tu madre era especial, no había otra mujer como ella. – le dijo Noah.

- Esta bien, ahora nos toca vivir como ella hubiera querido aunque eso nos haya alejado de nuestro hogar.

El viaje fue en silencio después de eso, lo único que se alcanza a oír era la música de Thomas y Stuart quienes estaban inmersos en ella.

Llegaron al un edificio que se veía bastante viejo, el estacionamiento estaba lleno de autos y podía notar que en ese lugar solo vivía una persona.

- ¿Dónde estamos? – preguntó Thomas mientras bajaba del auto.

- Es el loft de mi sobrino. Hable con Noah y lo mejor era presentarles a la manada. – le explicó Peter con una ligera sonrisa.

- Eso estaría bien, podríamos mantener una alianza después de todo nos quedaremos en su territorio. – comentó Stuart mientras colocaba una mano en su barbilla.

- No sabía que los mercenarios hacían alianzas. – comentó Noah con interés. Quería involucrarse en la vida de sus hijos, habían pasado muchos sin que estuviera a su lado así que quería saber quienes eran, sus sueños, sus metas, sus miedos, todo. Puede que le lleve tiempo pero no va a rendirse.

- No muchos lo hacen ya que una de las reglas más importantes para los mercenarios es cumplir con el trabajo por el dinero pero nosotros somos diferentes y como no matamos solo por eso buscamos la manera de mantener buenas relaciones con las manadas. – les explicó Stiles con una ligera sonrisa en su rostro.

- Entonces vamos. – miró a los trillizos – Mi sobrino no tiene el mejor humor así que ténganle paciencia. – les advirtió Peter mientras negaba con la cabeza.

Los trillizos junto a los mayores subieron al loft, la puerta fue abierta por Peter dejando ver a 19 personas que giraron la cabeza para verlos. Los hermanos solo alzaron una ceja al mismo tiempo.

- Es algo espeluznante. – comentó Jackson mientras la mayoría asentía.

- Los clones existen. – susurró Liam impactado.

- Nos suelen decir eso bastante. – dijo Thomas mientras negaba con la cabeza.

- ¡Ellos debes de ser Thomas, Stuart y Stiles! Es un gusto conocerlos chicos, soy Melissa Argent. – se presentó la mujer latina con una gran sonrisa en su rostro. – Él es mi esposo Chris Argent. – señaló al rubio que sonreía ligeramente.

- Un gusto conocerlos. Ya saben nuestros nombres pero yo soy Thomas, el de la cicatriz en el labio es Stuart y el atractivo de la cicatriz en el ojo es Mieczyslaw o Stiles para ustedes. – presentó el chico mientras sus hermanos solo negaban con la cabeza, no le dejarían las presentaciones nunca más.

- Como dijo mi hermanos es un gusto conocerlos. Nos gustaría hablar con el alfa de la manada. – dijo Stuart mientras golpeaba ligeramente en el hombro a su hermano.

Stiles metió las manos dentro de sus bolsillos y sonrió cuando su mirada se posó en el hombre azabache de ojos verdes con motas grises. Todo en él gritaba ALFA.

- Soy Derek Hale, alfa de la manada. – dijo el azabache mientras se acercaba a los trillizos.

- Es un gusto conocerte alfa Hale. Somos parte del clan Gajos y nos gustaría tener una alianza con su manada. – dijo Stiles de manera seria mientras sus hermanos se paraban detrás de él mostrando un aura de respeto.

Derek sonrió, había algo en ese chico que le hacía emocionarse. No era como todos los humanos y no tenía nada que ver con los mercenarios que había conocido antes.

- No soy tonto para rechazar esa oferta, tener al clan Gajos de nuestro lado será un beneficio.

- También pedimos permiso para vivir en el territorio por ciertas circunstancias ahora debemos de quedarnos aquí. – le dijo Stiles mientras estiraba su mano para que el alfa la estrechara.

- Podrán quedarse aquí y seremos aliados. Será interesante trabajar con ustedes. – le dijo Derek mientras estrechaba la mano con el castaño.

- Presiento que esto nos traerá muchos problemas. – comentó Noah mientras su esposo reía divertido.

- Será algo divertido de ver.

- Con todo aclarado creo que deberíamos de presentarnos. – comentó un chico rubio castaño de ojos azules mientras a su lado se paraba un chico parecido de ojos avellana. – Nosotros somo Jordan y Newt, hijos adoptivos de Noah y Peter.

Thomas y Stuart abrieron los ojos impresionados mientras que Stiles solo frunció el ceño molesto mientras miraba al mayor.

- Interesante. Pensé que Noah no estaba listo para tener hijos o planeaba no tenerlos. Claro, eso fue lo que nuestra madre nos dijo. – comentó Stiles con un ligero toque de odio

Todos sintieron como si la temperatura bajara. 

Los Trillizos StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora