Maldición de Sangre [Dekubowl]

Capítulo 2

— Convivir —

Gracias al incidente con el licántropo baboso Izuku no pudo llegar a casa, el sol estaba en pleno apogeo por ende terminaron yendo a la residencia más cercana y segura.

[Residencia Bakugou]

Inko tomó asiento en uno de los sofás del estudio.— Lamento ser una molestia Mitsuki. — Su expresión batallaba entre estar enojada o apenada.

Mitsuki mordió su lengua tratando de sonar convincente. -—No, Nunca lo serías.— Ella también batallaba contra la expresión en su rostro.— Digo que... — Tomó una pausa, tratando de pensar lo que diría.—Desde el principio ya te había propuesto vivir aquí, que decidas hacerlo ahora, mañana o cualquier otro día no sería una molestia.

El ambiente seguía incómodo, pero al menos las dos podían hablar con familiaridad.

—Gracias. — Inko sonrió.

—No hay nada que debas agradecer, yo podría darte inclu...so... Incluso más. — Mitsuki mordió su lengua de nuevo, pero está vez no pudo parecer tranquila.

Esa mujer en frente suyo era encantadora, hipnotizadora, terriblemente hermosa, podría darle la casa si se lo pidiera.

Cientos de pensamientos volaban mientras eran endulzados por un leve aroma que endulzaba el estudio.

En su corazón lloraba; sentía que mañana ya no podría ser una mujer casada, la quería a ella, más no la amaba. Un deseo indescriptible que no podía controlar brotó de su pecho y anido en sus colmillos.

Era una tentación que no podía alejar.

Como purasangre mantenía todo a sus pies y nada menos, podía querer o incluso amar algo desde en fondo de su corazón, pero cuando lo conseguía eventualmente se cansaría de ello. Ese era su defecto.

Inko lo sabía, Mitsuki era una mujer inalcanzable, guapa, rica y dedica. La amante perfecta, sino fuera por ese pequeño detalle.

El aroma se intensificó.

Inko se abstuvo de respirar, pronto la sangre formó color en su mejillas; un leve rubor color pastel en sus pómulos pálidos tomaba forma.

Inhala, exhala.

Pausa...

Inhala, exhala.

Pausa...

Usaba una técnica para sonrojos que aprendió en décadas posteriores, antes de su llegada a tierra de sangre vampírica.

Si Mitsuki no fuera de sangre fría, sin duda su rostro ganaría contra un fruto rojo ya maduro.— En fin, Izuku puede dormir con Katsuki. ¡Se llevan muy bien!— Terminó soltando cualquier cosa de su boca con tal de que no notarán su incomodidad, haría lo que sea.

Amaba a su esposo, lo amaba, pero está situación era difícil.

A Inko se le erizaron los vellos de la nuca, no le gustaba alejarse de su hijo definitivamente preferiría cualquier alternativa antes que hacer eso.

Mantuvo su sonrisa y cuerpo cohibido después de aguar los ojos.—Ehh... Mitsuki, no quiero ser una molestía. Déjame en unos de los cuartos del servicio y ya. — Ella parecía apenada por causar problemas, pero lo que le apenaba era tener que suplicar.

— No. Soy yo la que insiste en que te quedes aquí, déjame ofrecerte mí casa. Acabas de pasar por algo muy tétrico. — Mitsuki actuaba como si fuera la persona en peligro.— Además, a Izuku también le gustará quedarse con Katsuki.