Capítulo 3

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- Conviviendo -

La luz se posaba por su piel pero él ni se inmutaba.

Por mero impulso Izuku jaló la gruesa cortina dejando posar el mortal sol en el cuerpo de su mejor -Único- amigo.

Katsuki había esperado que su piel hirviera tan pronto como vió la mano de Izuku tomando rumbo hacia la tela oscura.

El miedo lo consumió al ver a como Izuku se alejaba como si nada. Quería decir, no te vayas, pero el impacto de la situación sellaba sus labios.

Empezó a retroceder tres pasos pero era demasiado tarde.

La luz llegó sin piedad y al contrario de su imaginación no hirvió su sangre como lo había hecho en ocaciones anteriores, sino que causaba una ligera y casi nula irritación. La misma que sentiría un humano al caminar mucho tiempo bajo el sol ardiente.

Atónito se acercó quitando el seguro y deslizando el vidrio.

Sacó una de sus manos al esterior y tapar sus ojos con la otra. Pues, aunque no sufría quemaduras el constante brillo seguía siendo molesto para su inexperto cuerpo.

El cuerpo de Izuku hizo movimientos que no fueron consentidos, solo sus ojos reflejaban el miedo que sentía al enloquecer sus pupilas. Su mano se movió sola al momento de abrir y dar paso a al muerte de su mejor amigo.

Temía que pudiera pasar de ahora en adelante, ni siquiera veía lo que sucedía tres pasos detrás suyo con Katsuki. Su cuerpo seguía sin responderle y solo sus ojos mostraban su alteración derramando cascadas de lágrimas por sus mejillas.

Podía sentir el aire pasar por sus fosas nasales, pero no llegar a sus pulmones.

La sangre acumulada en su cabeza hacía un embrollo de dudas y la calentura de su pequeño cerebro no podía con la sobre-estimulacion que había vivido tan solo el día de hoy.

El miedo inundaba su conciencia; cuando trató de hablar, cuando quiso mover sus brazos y cuando sus pies avanzaron y se alejaban cada más de Kacchan.

No supo que hacer.

Su expresión era muy fea, pero el resto de su cuerpo irradiaba elegancia y seguridad junto con la suave brisa del verano. Como si fuera una orgullosa doncella despidiéndose de lo que no podía ser.

Izuku no lo sabía pero Katsuki se había adentrado hacía el jardín, encantado y maravillado como si se tratase de un sueño fantasioso.

La sangre corriendo por sus venas calentaban su cuerpo.

- Caliente.

Acaso, ¿Izuku lo sabía?

El efecto extraño en su cuerpo provocaba un tipo de insolación que lo mareaba poco a poco, obligándolo a reposar sobre las sombras provocadas por todas esas estructuras. Un mini pasaje con techo, que irónicamente permitía a un Vampiro pasar sin ser quemado vivo; utilizados por los sirvientes del turno diurno o como señalador del camino a seguir.

Katsuki se refugió en la sombra más oscura mientras posaba su mano por un lugar muy iluminado.

- Imposible.- dijo aún en shock.

El asombro y al curiosidad duraron poco comparados con el terror que se avecinaba.

Un invitado, no creía lo que reflejaban sus ojos, de hecho, decidió que todo era un sueño cuando fue consumido por una inmensa oscuridad.

Unas tinieblas que cubrían el alrededor provocaban la oscuridad más grande que había visto; ni su visión nocturna lograban ver a través de ella.

Pensó que quizás era magia lo que causaba que el joven heredero no mostrara signos de quemaduras en su piel y ahora se manifestaba en el ambiente oscuro.

Maldición de Sangre [Dekubowl] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora