capitulo diecisiete

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Todo estaba yendo muy bien desde aquel día, Minho aún estaba tomando sus pastillas a pesar de que se sentía bien y de que ya no había visto ni pensado en Taehyung más que con el recuerdo de su partida. Pero ya no dolía, ya no se sentía enfermo, poco a poco se sentía más lleno de vida y muy enamorado de su hermoso novio pelirrosa. Durante estos cuatro meses habían estado mejor que nunca, pasando tiempo juntos, teniendo citas e incluso haciendo el amor como adolescentes con hormonas descontroladas.

Su relación se había hecho más fuerte después de tantos problemas y Minho estaba más que seguro de que Seungmin era lo que quería para toda su vida. Quería a aquel chico que siempre había estado a su lado en las buenas y en las malas, aquel que le había dado tanto amor y se había encargado de hacerle feliz y enamorarlo día con día. Seungmin definitivamente valía toda la pena, pues encontrar a un novio como él, tan leal, amoroso y fiel, era muy difícil. Era demasiado especial, así que estaba más que decidido a dar el próximo paso.

Se encontraban en el restaurante favorito de Seungmin, ya habían terminado de comer desde hace un rato y ahora lo que venía era el postre.

—¿Por qué estás tan nervioso?—le preguntó Seungmin con una sonrisita y el ceño fruncido—¿Te pasa algo?

—No, nada, estoy bien—intento disimular sus nervios, pero le salía muy mal.

—Tus manos están temblando, amor.

Minho se libró de responder porque el mesero llegó con el pastel de chocolate. —Aquí tienen, pastel de chocolate, que lo disfruten.

—¡Muchas gracias!—le sonrió amablemente y cuando se fue, no espero para tomar el tenedor y comer un bocado.

—¿Está bueno?

—¡Riquísimo!—agarró otro pedazo, pero esta vez lo llevó a la boca de él—Pruébalo.

Minho estaba muy nervioso, sus manos temblaban y no había podido dejar de mover los pies un rato. Aquello era más difícil de lo que creyó, pedirle matrimonio a tu novio no era la cosa más sencilla y fácil...

Espero con calma que Seungmin comiera el pastel y en verdad esperaba que no se tragara el anillo, porque de ser así, tendrían un grandísimo problema.

—Ay... hay algo duro en el pastel—se quejó Seungmin al sentir el anillo y procedió a sacarlo de su boca. En ese mismo instante las luces del restaurante se apagaron por unos segundos y cuando la luz volvió, los meseros sostenían un cartel con la frase «¿te quieres casar conmigo» y Minho se encontraba de rodillas.

—¡Dios... no puedo creerlo!—dijo con una enorme sonrisa y los ojos cristalizados—¿Esto es en serio?

—Por supuesto que lo es... ¿qué dices? ¿te quieres casar conmigo, bebé?

—¡Obvio que si!—lo abrazó con todas sus fuerzas y los demás en el lugar comenzaron a aplaudir—¡Te amo, Minhonnie!

—Te haré el esposo más feliz del mundo—aseguró para después darle un gran beso en los labios. Cuando volvieron a sentarse, le colocó el anillo entre su dedo y Seungmin no pudo evitar ponerse a llorar.

Aquello le causaba tanta emoción y felicidad, saber que iba a casarse con Minho, que después de tantas dificultades, al final el amor fue el que ganó. Iba a ser el esposo del señor Jeon: el amor de su vida y alma gemela.

—No llores, mi cielo.

—Lo siento, es que... estoy tan conmovido— contestó con un pucherito y lágrimas en los ojos— Nunca lo imagine.

—Lo estuve planeando durante mucho tiempo—confesó mientras borraba sus lágrimas con una servilleta—No hay duda, quiero pasar el resto de mi vida solo contigo... con nadie más.

—¿Solo tú y yo?

—Solo tú y yo, mi amor.

poliamor ✧  knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora