Navier era feliz en el Imperio de Occidente, madre de hermosos gemelos y con una vida próspera.
Desde que había vuelto a Rashta la Emperatriz, todo el trabajo recaía en los hombros de Sovieshu, ya que Rashta era inexperta y no tenía la educación correspondiente para llevar la responsabilidad de un puesto de poder tan importante.
El emperador Sovieshu había llegado a perder la cordura de tal manera que había desatendido al Imperio de Oriente, y ahora que había tenido que recapacitar a la fuerza por el bien del Imperio, había demasiado papeleo y trabajo que hacer por sí mismo. El Imperio de Oriente se había debilitado y estaba completamente expuesto a naciones enemigas que podrían terminar por derrumbarlo.
—Su majestad —La suave y temerosa voz del marqués Karl interrumpió al estresado Sovieshu.
—Estoy bastante ocupado, marqués Karl, ¿qué es tan importante que no puede esperar?
—Ha llegado una delegación del Reino Gondrin.
¿Gondrin? Era un reino bastante lejano, en una pequeña isla, más cerca del continente vecino que del propio. El Imperio de Oriente no había establecido relación más allá de la vez que alguno de sus tatarabuelos brindó apoyo cuando era un reino en desarrollo.
—Sus representantes desean hablar con usted, su majestad —dijo el marqués Karl—,puedo proveerles hospedaje hasta que usted pueda atenderlos.
—No hace falta, los atenderé de inmediato. Por favor, tráelos.
—Como ordene.
Una vez aquel intercambio de palabras finalizado, Sovieshu suspiró. Le dolía la cabeza, sufría una horrible fatiga y jaqueca. Él solo no podría sacar adelante al Imperio. Estaba pensando en el hecho de volver a casarse una tercera vez con una mujer de alguna casa noble que pudiera asumir las tareas de Emperatriz, pues Rashta había sido más una carga que una ayuda.
Aunque sería su tercer matrimonio, y no era con la mujer que él amaba, debía hacerlo por el bien de la estabilidad del Imperio. Sabía que las mujeres de la nobleza no perderían la oportunidad de ser la esposa del Emperador aunque él ya se haya divorciado dos veces, y su segunda esposa había sido sentenciada al confinamiento por el resto de sus días.
No era momento de pensar en eso, por ahora tendría que recibir a los invitados que habían viajado de tierras lejanas para pedir una audiencia con él, lo que él debía corresponder recibiéndoles dignamente en lugar de hacerlos esperar aunque estuviese ocupado.
Un toque en la puerta de su oficina y la indicación verbal para entrar, mostró nuevamente al marqués Karl, quien hizo una reverencia.
—Su majestad, los príncipes Glorfindel y Aleksandra de Florakis.
A la oficina de su majestad entraron dos jóvenes haciendo una reverencia respetuosa ante el regente del Imperio.
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Armonía [Sovieshu x OC]
Fanfiction"Equilibrio, proporción y correspondencia adecuada entre las diferentes cosas de un conjunto." "Relación de paz, concordia y entendimiento entre dos o más personas." • Aleksandra era la armonía. Era gentil, pero firme. Era inocente, pero inteligent...