Preparativos

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Dos meses no eran demasiado tiempo de planeación de una boda, especialmente si era solo una persona quien se encargaba de toda la organización. Aleksandra le había proveído de ayuda con algunos aspectos.

Él como Emperador de Oriente, se haría cargo de los preparativos por su cuenta. Ya lo había hecho con Rashta, así que con apoyo de Aleksandra era mucho más sencillo de manejar.

La princesa tenía buenas ideas al momento de dar una sugerencia a Sovieshu con respecto a su boda, sugiriendo comidas propias de su nación o flores que venían de su hogar de origen como parte de la decoración. Sovieshu apreciaba esa pequeña colaboración por parte de Aleksandra y trataría de cumplir con ello si estaba dentro de sus posibilidades, pues dos meses no era un periodo de tiempo muy largo e importar algunas cosas desde Gondrin podría tomar mucho más tiempo.

Ambos se encontraban sentados en un sofá mientras miraban los catálogos de una pastelería sumamente famosa en Oriente. Esa misma pastelería se había hecho cargo de los pasteles de boda de la familia imperial desde hace varias décadas.

La mayoría de los pasteles elaborados eran sumamente lujosos y extravagantes. Según veía, parecía que lujo y extravagancia eran palabras que definían mucho a la familia imperial de aquella nación.

—¿Qué te parece algo como esto? —preguntó Sovieshu mientras miraba también al catálogo y señalaba uno de los pasteles.

El que había señalado era un pastel de 7 capas. La capa de abajo parecía una composición de pasteles circulares pequeños, siendo las capas más pequeños con forme subía. Tenía muchas flores comestibles en los bordes y tenía perlas comestibles adornándolo.

El pastel era muy hermoso sin dudas, no era demasiado extravagante como el resto de pasteles en los catálogos, pero tampoco demasiado sencillo

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El pastel era muy hermoso sin dudas, no era demasiado extravagante como el resto de pasteles en los catálogos, pero tampoco demasiado sencillo.

Ella se quedó en silencio unos momentos mientras miraba la fotografía del catálogo y luego dirigir los ojos a su prometido.

—Es encantador —Sonrió.

Sovieshu le devolvió la sonrisa a la mujer de cabellos violeta antes de cerrar el catálogo y que ambos fuesen pronto interrumpidos por un toque en la puerta. Después de dar una indicación de entrar, el Marqués Karl ingresó a la sala e hizo una reverencia.

—Su majestad, la diseñadora ha llegado —Informó.

—Dile que llegaremos en unos minutos. Aleksandra y yo terminaremos de discutir un par de cosas más sobre la recepción de la boda.

El Marqués Karl hizo una reverencia y en seguida se retiró de la escena. Sovieshu y Aleksandra se quedaron sentados uno al lado del otro, yendo entonces a discutir sobre los platillos que servirían en el banquete.

—Yo puedo pasar las recetas a los cocineros de algunos platillos de Gondrin.

—Eso suena encantador.

La mujer sonrió a su futuro esposo, feliz de que él accediera a sus sugerencias. La boda era una unión de dos naciones después de todo, pese a que se iba a celebrar en el Imperio de Oriente.

Después de algunos minutos, la joven Florakis se levantó aquel asiento.

—Iré a recibir a la modista, su majestad. Nos veremos más tarde —dijo la de cabellos lila haciendo una reverencia.

La fémina se dirigió hacia la salida del salón donde habían estado haciendo los preparativos, preguntando a algunos de los sirvientes donde se encontraba la persona encargada de su vestido.

Recibiéndola, estaba una mujer de cabellera negra y un sencillo vestido verde. Ella tenía una carpeta en las manos y a penas la princesa entró, hizo una respetuosa reverencia.

—Es un placer conocerla, su alteza. Yo soy la diseñadora imperial y será un honor hacer su vestido de bodas.

La mujer tenía un rostro algo serio y profesional, mientras miraba a Aleksandra de pies a cabeza y analizaba su vestuario. Probablemente haciendo un estudio del tipo de vestido que luciría con ella y que se adaptara a su manera de vestir.

—El placer es mío ¿hay algún nombre con el que referirme a usted?

—No creo que eso sea importante, princesa.

—Pero lo es. Vamos a pasar bastante tiempo juntas mientras diseña mi vestido —dijo la princesa con una sonrisa.

La diseñadora se había sorprendido ante aquello.

—Puede llamarme Dominique.

—Es un placer, Dominique.

Fue entonces cuando ambas se pusieron a discutir con respecto a lo que Aleksandra quería para su vestido y a su vez viendo el punto de vista de Dominique respecto a lo que le iría bien.

—Usted tiene una belleza exquisita, su alteza. Creo que lo fresco y sencillo es lo que hace que su apariencia sea como una amapola en un jardín de rosas —dijo Dominique mientras miraba a la muchacha— No estoy muy al tanto de cómo es la moda en Gondrin, pero entiendo que desea su vestido sea sencillo ¿le importaría si le agrego dorado? Así no se vería tan plano.

—Me parece una idea estupenda, Dominique. Confío en su buen juicio como diseñadora. Mi única petición es que sea algo no tan lujoso y que haga tributo a mi país de origen.

—Volveré mañana con algunas ideas para usted, su alteza.

—Por supuesto. Que tenga un estupendo día.

Al ver a la diseñadora irse, suspiró con una pequeña sonrisa. Parecía que aquella mujer no estaba del todo acostumbrada a un trato gentil por parte de la realeza, porque había llegado a verse confundida por la personalidad cálida de Aleksandra.

La joven mujer entonces salió de aquel salón y comenzó a caminar hacia su habitación. Deseaba poder escribir una carta a su familia sobre cómo estaban resultando las cosas en Oriente y sobre su boda. Esperaba que su padre y hermano pudieran ir para aquella ocasión.

Su padre, según le había dicho su hermano en una carta, estaba complacido de que su hija menos contrajera nupcias con el Emperador Sovieshu.

El preocupado era su hermano, que sabía que Sovieshu se tomaba muy en serio su papel como Emperador, pero no estaba seguro realmente si sería un buen esposo. Ya había traído a una amante, lo que leyó era normal por aquellos lugares; además, se había casado dos veces antes.

Aleksandra realmente no se sentía preocupada por eso. Ninguno de los dos se casaban por amor, sino por política, y tampoco fueron prometidos de la infancia, mejores amigos y cómplices como lo fue con la Emperatriz Navier. Aunque en el fondo de su corazón, quería que las cosas funcionaran bien para ambos y tener el matrimonio con el que había soñado.

Armonía [Sovieshu x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora