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Luego de buscar ropa cómoda y bonita, lo que hice fue empezar a maquillarme con cuidado frente al gran espejo de mi habitación, había buscado ciento de imagenes para lograr el maquillaje más natural y tierno para esta ocasión.

Luego de dar el toque final con tinta para labios color cereza busque mi bolso y zapatos y al fin logré salir de mi casa, pasando por desapercibido al mis padres estar en su habitación, sonreí cuando a lo lejos ví a Yoongi caminar hacia a mi y mi impulso fue correr la corta distancia que nos separaban y lanzarme a sus brazos.

—Hola Yoongi Hyung —Besé cortamente su mejilla y el sonrió.

—Hola osito bebé —Me dijo con la intención de molestarme.

—¡Hyung! —Exclamé molesto y propinandole un pequeño golpe en el brazo— No soy bebé.

Yoongi empezó a reír mostrando su bonita encía de gomita por lo que yo le seguí la corriente, tome su brazo y empezamos a caminar juntos, el con su característica pereza y yo dando pequeños saltitos y es que verlo me ponía de muy buen humor.

—¿Caminamos o tomamos el autobús? —Preguntó el mayor manteniendo su vista fija en la calle.

—Caminemos Hyung, estamos muy cerca de tu casa.

Le sonreí con ternura y entonces mi vista dió con la pequeña heladería del barrio, mis ojos se iluminaron y aquí venía mi forma indirecta, muy directa, de pedir un helado.

Tomé el brazo de Yoongi y detuve mi caminar, mirando al pelinegro con intensidad y deseo, el dió un suspiro, por lo que supe que había entendido todo.

Tomó mi mano y caminamos en dirección al pequeño local, yo sonreí triunfante y solo me deje llevar.

—Hola buenas tardes ¿Que desean? —La bonita chica nos atendió con una sonrisa.

—Por favor un cono de fresa y otro de vainilla —Pidió Yoongi, el sabía totalmente mis gustos y eso me ponía feliz.

La chica asintió con su característica sonrisa amable y rápidamente nos sirvió los helados, mi novio pagó para entonces agradecer y seguir con nuestro camino.

Seguímos caminando con nuestros brazos entrelazados y comiendo el cono con el brazo disponible. Me sentía como si fuéramos la pareja más feliz de este planeta.

Llegamos a su departamento y con rapidez me quite los zapatos para luego correr al sofá y lanzarme a el, el mayor solo sonreía al ver mi actitud infantil, pero es que de verdad amaba su casa, me sentía cómodo y tranquilo.

No sé si era el lugar o simplemente era el hecho de estar con mi novio compartiendo un espacio que era especialmente para nosotros dos.

—Te extrañé mucho Hyung —Dije cuando el pelinegro se sentó a mi lado y recargo totalmente su espalda en el esponjoso cojín— Parecia que no te viera hace una eternidad.

—Eres muy exagerado amor —Comentó con sus ojos cerrados y respirando pausadamente.

—No Hyung, de verdad te extrañé, ojalá y pudiera pasar cada día de mi vida a tu lado.

El mayor abrió los ojos, cambio aquella cómoda posición para esta vez girarse un poco hacía mi y mírarme con su típica expresión sería.

—Tambien te extrañé, desde que te conocí empiezo a sentirme solo cuando no estás por todo el lugar corriendo y siendo ruidoso —Con una sonrisa despeinó mis cabellos y me sentí orgulloso —Si fuera por mi te pediría ya mismo que te mudaras conmigo pero...

—Mis padres —Interrumpí para completar su frase.

—Ellos son una de las cosas que nos lo impiden, pero no la única.

—¿Cuáles son las demás cosas? —Pregunté preocupado.

—Eso sonaría más como un matrimonio... Y no estoy preparado.

Auch, eso sí dolió. Su tono lamentable dió justo en mi corazón.

Yo no pensaba así, al menos no me lo tomaba con tanto pesimismo, íbamos a vivir juntos, lo cual implicaba vernos todo el día, más besos, más abrazos, más caricias, además ¿Que tenía de malo el matrimonio?

Si Park Jimin, solo tienes 18 años, es muy pronto para pensar en matrimonio, pero a lo que yo me refería no era a un anillo.

—Nunca te pedí que te casarás conmigo, ni siquiera mudarme aquí, quien tocó el tema fuiste tú —Hablé con evidente enojo, me cruce de brazos haciendo una pataleta y miré hacia otro lado.

—Lo siento bebé ¿Si? —El mayor intentó buscar mi mirada, pero hacía lo posible para evitarla— No quise sonar mal, sabes que te quiero y estaría muy feliz de compartir cada día de mi vida contigo, así que no nos preocupemos por el futuro.

El tenía razón, éramos muy jóvenes como para preocuparse por aquello, solo debíamos enfocarnos en estar juntos y disfrutar cada etapa.

—No estés molesto Jim.

—Ya no lo estoy —Suspiré e intenté ponerme de mejor humor.

—Por ahora sígueme visitando a diario ¿Está bien?

Asentí y sin contenerme demasiado rápidamente me lancé a los brazos de mi novio para reclamar varios besos, que el no se negó a darme.

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⏰ Última actualización: Apr 01, 2022 ⏰

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