DOS

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Siete años antes.

¿Alguna vez se han sentido tan seguros en los brazos de alguien, que quedarse ahí toda la vida no suena tan descabellado?

Pues Sonic había experimentado esa sensación infinidad de ocasiones, y no con más de uno, sino con él, solo con él.

Aunque esa ocasión en particular no se sentía así. El sentimiento que se adueñaba de su pacho no estaba ni cerca de ser agradable, era más bien sofocante. ¿Cuándo había comenzado a sentirse así?

¿Cuándo había dejado de sentirse tranquilo y feliz?

Es cierto que apreciaba su relación más que a nada, los recuerdos y preciados momentos solía fantasearlos de repente y ese era su escape. Ahora, su realidad se sentía pesada y forzada, como si la relación de años que habían construido de repente solo fuera Sonic quien la sostenía sobre los hombros, era agotador.
No podía pensar con claridad sin que el erizo azabache se cruzara por su cabeza; pensaba en su cambio de comportamiento de las últimas semanas, donde apenas y lo miraba, donde no se molestaba en sonreírle ni tampoco le daba besos mañaneros antes de trabajar o antes de dormir.
Cruzaban miradas que se asemejaban a la indiferencia, y Sonic ya no quería vivir así.

No se sentía bien atormentarse de esa manera, tampoco deprimirse hasta el grado de darle pereza siquiera salir de la cama.

Quería aferrarse y creer que solamente era un mal momento, que Shadow solo estaba teniendo un tiempo duro en el trabajo que lo molestaban, y que por no abrumarlo a él también se lo guardaba para no molestarlo. En serio quería creerlo.

Shadow sabía con certeza la responsabilidad que Sonic tenía con la ciudad, que siempre pondría a los demás por sobre su propia felicidad, pero, ¿por qué el tampoco se sentía bien con ello?

¿Por qué sentía que aquella chispa que en algún momento se adueñaba de sus miradas cuando las cruzaban, ya no estaba ahí? ¿Acaso era simple paranoia suya?

Ninguno lo comprendía. Pero ninguno se atrevía a preguntar tampoco.

Fueron semanas en serio duras para Sonic. Eggman atacaba la ciudad como de costumbre, patrullaba la ciudad un poco en busca de que todo estuviera en orden, pasaba un rato del día con su amigo Tails y finalmente regresaba a su casa para toparse con lo helado de su cama y la soledad del que algún día llamó su hogar junto con el erizo que amaba. Esa era su dolorosa rutina.

Lo cierto era que apenas y había visto a Shadow. Lo último que supo de su paradero fue gracias a Rouge, aunque no fue más que para avisarle que había ocurrido un percance en una misión que lo habían obligado a intervenir sin remedio; estaría de vuelta en un día o dos.
Sonic también estaba cansado de esas idas sin explicación que lo preocupaban como el demonio.

¿A dónde estaba yendo la relación? Se preguntaba.

Antes no hubiera dudado ni un segundo en su respuesta, pero en ese instante... ¿de verdad lo valía?

Desperdiciar su tiempo solo, con un erizo que prácticamente ni lo veía, que tampoco sabía como se sentía a su lado, que quizás ya no lo quería.

Su corazón se hundió en su pecho de tan solo pensar tal cosa, ¿Shadow se había alejado porque ya no lo quería y no sabia como decírselo?

Papá, ¿Quién es Shadow? [Shadonic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora