Papá, ¿Quién es Shadow? [Shadonic]

CINCO

Ocho años antes.

—Shadz... —susurro en su cuello —Shadow... ¡Shadow!

— ¿Qué quieres? —gruño y abrió los ojos para encontrarse al erizo azul recostado en su pecho, mirándolo con súplica.

—No puedo dormir.

— ¿Y por eso me despiertas a mi?

—No quiero estar despierto yo solo... —confesó en medio de un susurro.

Al ser interrumpido de su preciado momento de dormir, se reincorporó en la cama, tomó a Sonic y lo volteo para posteriormente abrazarlo por la espalda. Por las malas había aprendido que el erizo azul sufría de varias noches de insomnio que le asustaban a tal grado de no saber que hacer, tenían poco tiempo de haber comenzado, y por ello, en realidad no le molestaba ser despertado a mitad de la noche si Sonic iba a quedarse calmado.

— ¿Mejor?

—Mucho mejor. —ronroneo entre sus brazos.

— ¿Sabes que día es mañana? —susurro contra su oído.

—Nuestro aniversario. Cuatro años.

—Ese es un número grande. No puedo creer que llevemos tanto tiempo.

—Yo sí, sin mi nada de esto estaría pasando.

— ¿Vas a quitarme todo el crédito?

—Permiteme recordarte que yo fui el de las iniciativas todo el tiempo. Primera cita, primer beso... yo gano.

—Bueno, el primer te amo fue obra mía, y creo que eso me suma muchos puntos.

Sonic se rio. —Bueno... quizás tengas razón.

—Y sobre mañana... aún estoy pensando si saldremos a un lugar especial o... nos quedaremos en cama todo el día.

—Mhm, ambas son propuestas tan tentadoras. —murmuro —Pero la segunda suena mejor, siempre podremos salir otro día...

—Eso es lo que imagine. —dio un beso en el costado de su cabeza y lo apretó contra su pecho.

—Te amo, erizo gruñón.

—También te amo.

Y esa sonrisa en el rostro de Sonic se vio borrada en el instante que abrió los ojos y se topó con la oscuridad de su propia habitación y el espacio vacío a su lado. Su pecho subía y bajaba de manera acelerada, sus mejillas estaban húmedas, como si hubiera llorado. Había sido un sueño, o más bien un recuerdo.

No soñaba con Shadow desde hacia meses, la ausencia en su vida ya había pasado a segundo plano desde que las conversaciones entre sus amigos o sus ocupaciones no lo dejaban pensar en él. Pensó que podría deberse a Alyna y el incidente con aquella caja en su armario, unos recuerdos enterrados que en meses había vuelto a tocar.

Se limpió las lágrimas con el dorso de su mano y volvió a recostarse, esta vez mirando al techo. Permitió a su mente divagar un poco en el pasado, cuando era un adolescente, cuando Eggman lo atormentaba a él y a la ciudad, cuando sus aliados se convirtieron en su familia, y cuando aquellos que creía perdidos le sorprendieron con una nueva oportunidad.

Shadow.

Por mas que luchará por evitar sus recuerdos, no podía. Una vez más se dio cuenta de que realmente ninguno tenía malos recuerdos del otro, si, quizás al principio su rivalidad interferia un poco, pero aquello no evitaba que proteger al otro se convirtiera en una prioridad que al tiempo después ya era un hábito que atesoraba mucho. Fue capaz de ver un nuevo lado de Shadow, le abrió su corazón y se encontró con un erizo dulce y protector que hacia de todo por verlo sonreir, que cuidaba de sus heridas y que en la soledad de su habitación lo cuidaba como lo más preciado que tenía en todo el mundo.