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17 de abril, Canadá, Quebec:


—¡Ryujin, deja de saltar! —una pelinegra iba trotando dentro del departamento, tratando de recuperar la tranquilidad en su hogar.

Un mono, de tonalidades castañas y rubias, no paraba de saltar de un lugar a otro rompiendo todo lo que encontraba a su paso.

Yuna trataba de atraparla pero su amiga parecía ser lo suficiente hábil como para seguir colgándose por el departamento.

—¡Por favor, mamá va a matarme! —exclamaba la menor casi lloriqueando por el desastre que se estaba creando.

Ryujin se detuvo de repente al escuchar a su amiga. Le estaba dando la espalda y Yuna suspiró aliviada de que se detuviera, justo cuando empezó a acercarse con pasos sigilosos para atraparla, Ryujin se gira con rapidez y salta directo al cuello de Yuna para colgarse de éste.

—¡¡¡Ahhh!!! ¡¿Qué estás haciendo?! —la voz asustada de la menor, en momentos como estos, era una melodía que a Ryujin le gustaba, después de todo, nada de esto habría ocurrido si no fuera por ella.

—Más te vale que tengas una explicación razonable para esto —a pesar de que Ryujin estaba técnicamente atrapada en el cuerpo de un animal, su mirada amenazante seguía siendo la misma mirada humana de la portadora.

—¿Puedes hablar todavía? —el ligero miedo que sentía hace un momento se había ido, escuchar nuevamente la voz de su amiga solo confirmaban las cosas. Se acomodó en una posición más firme y Yuna la sostuvo desde su pequeña espalda, una sonrisa tierna se posó en el rostro de la menor, Ryujin en ese estado era extremadamente adorable.

—¡Oye! No me toques que todavía sigo molesta contigo —le recordó Ryujin, le dio un golpe a las manos de Yuna que la sostenían y soltó un grito de mono para dar énfasis a su molestia.

Lamentablemente, esto solo provocó una carcajada en Yuna.

—Deja de reírte —se quejó el mono—. ¡Dime qué mierda es esto! —se separó de un salto de la menor y le tiró una bola pequeña de papel. Yuna dejó de reír cuando sintió el objeto arrugado golpeando su rostro.

Miró confundida a su amiga y luego se agachó para desdoblar el papel, al leer la letra y el contenido de éste, su semblante cambió a uno lleno de preocupación.

—Puedo explicar esto-

—¡¿Cómo puedes explicar que tuviste toda la intención de convertirme en un maldito mono?! —Ryujin no quería ocultar su molestia, tomó un objeto que se encontraba cerca de ella y estuvo lista para lanzarlo al piso, pero Yuna llegó a su lado y se lo arrebató de sus manos, que nuevamente, generaron una sensación adorable cuando comparaba lo pequeñas que eran ahora con las suyas.

—No... o sea sí pero no fue con toda mi intención —dijo la menor mientras volvía a colocar el objeto en un estante, solo que un poco más lejos de Ryujin esta vez—. Deja que te explique todo de mujer a mono.

Ryujin le dio una mirada intimidante y Yuna solo levantó las manos mientras se disculpaba.

—Espérame en el balcón y hablemos sobre esto como las adultas que somos —se corrigió

Después de aproximadamente tres minutos, Yuna fue hacia el balcón con un vaso de jugo y una banana.

Vio a la, ahora pequeña, figura de Ryujin mirando el paisaje y otra vez la sensación de querer abrazarla y darle caricias se apoderó de ella, ¿quién iba a pensar que un monito le resultaría tan adorable?

—¿Me dejas darte un abrazo antes de que se inicie la guerra otra vez? —casi suplicó Yuna, dejando el vaso y la banana sobre la mesita, cosa que Ryujin ignoró por seguir viendo el paisaje.

ADOPT A MONKEY! ; JinliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora