Capítulo 9. [1/3-Temática de San Valentín]

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《Daren》

-Es algo sencillo, es Ale. Dale dinero y ya está-Dijo, inclinandose hacia atrás en la silla y subiendo ambos pies en la mesa.

Mire con pánico hacía todos lados, deseando que las trabajadoras se encontrarán ocupadas con algún cliente en este momento. Me pone nervioso que hagan esas cosas en público, odio el sentimiento que da saber que molestaste o incomodaste a alguien, aún peor si ese alguien es un desconocido en un lugar público.

-¡N-No hagas eso! -Dije, nervioso, pero él sólo se rio.

-No te preocupes, soy medio dueño de está mesa -Una de las trabajadoras que atendía la mesa de al lado soltó una risilla en el momento en el que lo escuchó-. ¡Aunque no lo creas, dulzura! -Alzó la voz, cruzandose de brazos. La chica negó con la cabeza divertida y volvió a lo suyo.

Hoy era un día especial, bueno, importante, el día especial es en unos pocos dias. Asique, me decidí por pedirle algún consejo o ayuda en general a Damián. Lo traje a la cafeteria que suelo frecuentar y me sorprendí un poco cuando me contó que ya había visto este lugar y que sorprendentemente resultaba ser uno de los negocios que su padre tenía junto a su abuelo. Es algo gracioso escuchar sus palabras cuando hace un momento mencionó que lleva años sin ver a su padre a la cara. A su abuelo, mucho menos.

Este es un lugar algo alejado de la ciudad, en un espacio algo sencillo y casi repleto de nada más que naturaleza decorando sus alrededores. Es el lugar preferido de los turistas o los que les encanta viajar constantemente, sobre todo por el excelente menú que trabaja, no es una simple cafetería. Aún así, casi nunca viene gente de la ciudad aquí, así que me sorprendió mucho lo que Damián me contó.

Cómo sea, ese no es el tema.

Había pasado ya poco menos de dos meses desde lo de Alejandro, Damián me había ayudado mucho con sus consejos y datos que llegaba a contarme, así que; simplemente, estaba avanzando a pasos agigantados. Había logrado acercarme más al chico que tanto me gustaba.

Y... eso me hacia MUY pero MUY...

Feliz.

Hoy es 10 de febrero, ¿saben que significa eso? Exacto, faltan 4 días para San Valentín.

Nunca había estado tan emocionado por una festividad tan ridícula y triste a la vez. No todos tiene pareja, entiendanlo, ni amigos, bueno ahora así... tengo un gato también. Pero no pareja. Bueno, el gato no es mio, es de mi AMIGO. Eso me quita puntos... bien, ya no estoy tan emocionado.

Ejem... Cómo decía, quería aprovechar esa fecha de manera correcta, quería arriesgarme a dar un paso aún más grande en todo esto.

Quiero ser el primero en regalarle algo a Alejandro, llegando a su corazón sin peligrar a que ninguna barrera me lo impidiera. Esto no serviría de nada si fuera de los tipos que resiven regalos a montón, ya no seria tan especial. Alejandro nunca fue de esos y estoy seguro que sigue siendo así.

Aunque los consejos que Damián me estaba dando para regalar no estaban siendo muy útiles.

-Realmente a él no le interesan mucho los regalos, puedes regalarle una bolsa de chocolates sin más y te aseguro que él estará contento con eso.

Negué. No iba a aceptar hacer eso, se supone que esto iba a ser un gran paso. Tengo que pensarlo bien y hacer algo realmente especial.

-No, tengo que darle algo que no sea tan cliché y simplón como unos chocolates o una carta.

-Bueno, que sea todo menos un peluche enorme. Ugh... ni yo te lo aceptaría -Dijo, riendo.

Reí de igual manera mientras negaba.

-No me atrevería.

[...]

Hoy no es un buen día.

¿Recuerdan lo que mencioné ayer?

"Esto no serviría de nada si fuera de los tipos que resiven regalos a montón, ya no seria tan especial. Alejandro nunca fue de esos y estoy seguro que sigue siendo así"

Yo tenía fe y esperanzas, pero un montón te cajas envueltas en un sucio y despreciable papel decorado cursimente, las derrumbó por completó. Ni siquiera es el día y ya está lleno de regalos.

¿16 cajas talvez? Unas más grandes, otras más pequeñas, tanto que me hacían pensar que alguno le había puesto un anillo de matrimonio ahí dentro. Cómo es la vida conmigo seguro que pasa.

Alejandro no parecía importarle mucho, sólo abría cada paquete con tranquilidad mientras comía uno que otro chocolate que se encontraba. Sentado en su sofá de manera en que estuviera tan cómodo como le gustaba estar.

No los despreciaba, pero no parecían impresionarle. Eso... me hizo sentir la inseguridad que no había sentido en todo este tiempo.

Quizás... no sea tan buena idea.

-"Eres el chico más lindo que vi en mi vida" estoy seguro que el nombre escrito en la carta es del novio de una chica de un regalo anterior -Se echo a reír volviendo a cerrar el sobre que guardaba esa pequeña carta, está estaba acompañada por un paquete de chocolates blancos y un caro collar plateado.

Suspiro y dejó las cosas a un lado, observando ese último regalo (Bueno, el último que había abierto).

Sonrió.

-No está mal, se ve caro. Me encanta el chocolate blanco igualmente, pero si sigo así me explotara el estómago...-Tomó la pequeña caja de donde había sacado el collar, volviendolo a guardar y dejándolo a un lado-. Gracias, pero no quiero problemas o tríangulos amorosos.

Solté una pequeña risa ante eso, bajando un poco la mirada.

-¿Piensas regalarle algo a alguien? -Pregunto, haciendome levantar la cabeza rapidamente para mirarlo. Enseguida desvie un poco la mirada de nuevo, pensando en la respuesta.

Creo que ya no...

-Eh... no lo se. Supongo que no...

-Puedes regalarme algo a mí -Dijo, dándome una pequeña sonrisa. No pude evitar abrir los ojos con sorpresa.

Ladee la cabeza y un sonido de duda salió de mi boca.

Alejandro amplio su sonrisa.

-Digo, también es llamado el "día de la amistad". También te daré algo a ti, no seré tacaño -Se acomodó en el sofá de nuevo, mirándome directamente a los ojos-. Nunca le he regalado nada a nadie, quisiera intentarlo.

-Yo...

-También le daré uno a Damián, obviamente.

a

Adiós a la ilusión.

In Love With You. (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora