Capitulo 7

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Pasó todo octubre y saben que día es hoy? No? ¡Es 3 de noviembre! Lo que significa ¡Cumpleaños de Sirius! Por lo que la Sala Común de Gryffindor se va a convertir en una discoteca.

Bueno, no es tres de noviembre, es 2, pero el tres cae domingo, y para hacer una fiesta un domingo, no da, así que vamos a festejar pre-cumple.

- Decoración?
- Colocada.
- Bebidas?
- Enfriando.
- Bartender?
- Sexy... Listo.
- DJ?
- Eres tú.
- Cierto... Cumpleañero?
- Suculento.
- Invitaciones?
- El boca en boca funciona.
- Tenemos todo?
- Sí!
- Se aseguraron de que esto no llegue a nuestros hermanos?
- Así es.
- Perfecto.

Ya era toque de queda, cuando fui a la esquina predilecta para ser la "cabina de DJ", y James se fue a la mesa que decidimos que sería la barra, que, oh, casualidad, pudimos junto a la música. Empecé con música tranquila mientras éramos nosotros y los Gryffindor que se iban uniendo, a medida que iba llegando gente de otras casas y éramos más, la música iba en aumento. Esto se iba a poner bueno.

Los tragos corrían, claro, como no? El señorito Potter le estaba metiendo toda la onda posible, bailaba mientras servía los tragos y yo le dispuse a probar algo. Puse un tipo de música, que descubrí en un viaje a Sudamérica, llamado cumbia, ví como lo bailaban los argentinos, pero quiero ver qué hacen mis queridos europeos con ello.

Comencé a cantar... Más bien gritar, abandonando mi lugar para acercarme a James, llevo unos tragos encima, pero el baile no me lo quita NADA.

- Como se supone que se baila eso? - me preguntó, cuando estuve lo suficientemente cerca.

- Ven y te enseño.

El intento estuvo, pero no tengo suficiente música de ese estilo para que pueda enseñarle a bailar, otro día será. Volví a mi lugar cambiando el disco y Potter volvió a servir tragos, pasándome uno a mi.

Era muy entrada la madrugada cuando más de la mitad de los que habían asistido se habían ido, por lo que apagué la música y los que quedaba se fueron, los que se habían pasado de tragos eran llevados por sus amigos, pero la fiesta fue un éxito.

- Amor, viste a Sirius? - interrogue desconectando los amplificadores.

- Como me llamaste? - preguntó sonriendo, y ahí fue cuando me di cuenta de mi error

- James, dije.

- Ajá, solo di que me amas y listo - ví de reojo que estaba parado junto a mi apoyado por la mesa.

- Mhm, me gustaría poder decírtelo y saber que todo va a ir bien, pero sé que somos adolescentes y que no tengo elección sobre mi vida - respondí levantándome del suelo, donde estaba agachada arreglando una mala conexión.

- Tus padres te dieron muchas cosas que pueden no ser ciertas.

- O los tuyos te vendieron un cuento perfecto.

- No lo sé y tampoco sé cómo hiciste para hacer funcionar todas esas cosas muggles.

- Conseguí una batería muggle, de esas para energía eléctrica, y aprendí un hechizo energizante - sonreí -. Soy una genia, lo sé.

- Eres increíble.

- Gracias, gracias... Pero oye, y Remus? Y Sirius?

- No lo sé... Ahora no quiero entrar a nuestra habitación - dijo pensando, a lo que me reí.

- Merlín, espero que al menos hayan cerrado sus cortinas.

- Y puesto hechizo de insonorización - agregó antes de comenzar a limpiar toda la Sala.

Una vez que completamos la limpieza fuimos a nuestro cuatro, prestando atención a cada sonido, así podríamos huir antes de traumarnos por ver a nuestros primos cogiendo.

Antes de llegar a la puerta oímos ruiditos de amor, como diría mi madre.

- Y las madres que los parieron, no pudieron insonorización, y dudo que hayan cerrado las cortinas - dijo Jem.

- Yo no voy a averiguarlo, voy a ver quién me hace un lugar en su cama - hablé.

- Eh, eh, no, no me dejes - empezamos a bajar las escaleras

- Bien, esperemos a que terminen, en la Sala Común, sin oírlos - llegué a la sala y me tiré en un sillón simple.

- ¿Y qué sabemos nosotros de cuántas rondas más van a hacer?

- ¿Como que cuántas rondas, Potter? Se hace una y se los deja queriendo más, no estamos ahora andar perdiendo tanto tiempo.

- Como que solo una? - que discusión tan extraña.

- James, como carajos haces más de una? Se hace una, te volvés a vestir y te vas. Como muchísimo decís adiós.

- Que fría. Como que dejas con ganas de más?

- Pues sí, no puedo andar de regalada, eso no sería muy rockstar de mi parte.

- Me está diciendo que si te piden otra les decís que estás cansada y ya nada más duermen?

- Cuando viste que yo no volví a la habitación alguna noche? Es una ronda y después: good bye, nunca dormí con nadie... Tú sí?

- No, pero... Bueno, eres extraña.

- Yo? Tú eres raro.

- Yo creía que todos se tiraban más de una ronda, a menos que estén muy cansados.

- Es terminar, levantarte, vestirte irte, es fácil.

- No... No respiras acaso?

- Hace falta?

- Confirmado eres rara.

- Como sea, la conversación es rara y no voy a seguir con ella.

- Opino igual. Entonces qué?

- A dormir, descansar, lairarararara.

- Hay un solo sillón grande.

- Nunca dormiste en un sillón de una persona?

- No.

- Raro.

Me acomodé en mi sillón, con las piernas en uno de los posa brazos y la cabeza en el otro.

- Facilito.

James se rió y se acostó en el otro sillón.

- Me preguntó si van a necesitar la poción para la resaca - dijo.

- De ser así, se terminó la vez anterior, deberíamos preparar más cuando nos levantemos - respondí.

Mientras hablábamos al parecer me dormí.

- Rigel!

- Ya te oí. Qué pasa?

- Ya pasó más de una hora, son las 4:37, vamos a nuestro cuarto.

- Va, va.

Y eso hicimos, subimos las escaleras, llegando no se oía nada, así que abrí la puerta, solo las cortinas de la cama de Remus estaban cerradas y no había señal de ninguno de los dos.

- Definitivamente, estaban haciendo sus cosas - comentó el miope en un susurro.

- Tuvieron sexo.

- No quería decirlo así, pero sí.

Nos dirigimos cada uno a su cama, cuando yo me acosté en la mía no dormí, caí en coma.

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Lunes de actualización! Que les está pareciendo?

¡Soy Una Merodeadora!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora