Capitulo 9 Pt.1

10 0 2
                                    


Habían llegado las vacaciones de Navidad, y aunque desearía no haber vuelto a casa, para no comprometerme, mis padres ya le había dicho a la profesora McGonagall que no podía quedarme en el colegio, ni yo, ni ninguno de los merodeadores, tampoco Louane, ninguno.

Así que llegué a casa y una de las primeras conversaciones que tuve con mis padres fue:

- Estuve investigando, y descubrí que mí tatarabuela se llamaba Hydra Black, por lo cual, Sirius sería un pariente directo, lo que hace imposible que nos casen - dije muy segura de mí misma y con una sonrisa.

- Y si hubieras mirado bien, te habrías dado cuenta que en realidad tres generaciones antes de ella, dejamos de ser parientes directos de los Black de los que es Sirius - habló mí padre.

- Bien, se ve que con ustedes no funcionan las indirectas, no quiero casarme, no con Sirius - dije sentándome en un sillón, si no logro que rompan el compromiso lloro.

- Es algo que no está en discusión, ya está pactado y la celebración de compromiso ya está organizada - hablo mamá.

- A ver, a ver, quieres decir que primero no puedo elegir con quién me caso y segundo ni siquiera puedo organizar mí fiesta de compromiso?

- Así es - mamá ni me estaba mirando, solo veía su libro. Sentí mí mundo hacerse pedazos.

- Pero...

- Te lo dimos todo, solo te estamos pidiendo que por una vez en tu vida nos hagas caso, además Sirius es un gran chico, lo conoces hace muchos años y son amigos hace años también - papá se encogió de hombros -. Nos beneficia a todos que te cases con él.

- Nunca te pedimos nada, hija, y con esto no tienes más que agradecer, te estamos solucionando un problema, conseguir un esposo siento tú, con ese carácter, iba a ser muy complicado, no crees?

- Lástima que sí conseguí a alguien y que gracias a esto lo voy a perder.

- Un romance adolescente no te va a servir de nada, eso nunca dura, mejor es esto - no reconozco a mí propia madre.

- Bien, como sea, ya me di cuenta que yo no valgo para nada, adiós - me levanté del sillón y me dirigí a la salida de la casa.

- A dónde vas? - gritó papá.

- No lo sé, solo espero que me atropelle un carro! - cerré la puerta de golpe y me fui, caminando sin rumbo decidido, solo llegue al parque del pueblo, dónde me senté en una hamaca a llorar.

Sabía que esto iba a pasar, mis padres siempre me tratan de menos, siempre hacen que me sienta inservible. Hacía ya un rato que estaba llorando cuando ví a un pequeño pelirrojo corriendo por ahí, lo que llamó mí atención, que hacía un niño corriendo solo por el parque a esta hora?

- Hey, hola, que haces? - le pregunté ya que se me había quedado mirando.

- Hola - sonrió con esa sonrisita infantil tan adorable.

- Y tus padres? - se encogió de hombros.

- No she.

- Yo soy Rigel, como te llamas?

- Bill - respondió y lo reconocí.

- Bill Weasley? - El niño asintió -. Yo soy amiga de tu mami, quieres que la busquemos?

- No, eia está ocupa'a con mí he'manito, io no quero.

- Pero tu mami debe estar preocupada por ti - dije acercándome a él -. No crees?

Nego con la cabeza.

- Eia solo quere a mí he'manito.

- No, nene, tu mami los quiere por igual, pero a tu hermanito lo tiene que cuidar más, porque es chiquito y no puede hacer nada solo aún - a una distancia prudente me agaché y le tendí la mano, si él siente la confianza se va a acercar, sino no, y no lo quiero asustar.

¡Soy Una Merodeadora!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora