Capitulo 8

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¡Es hoy, es hoy! ¿Qué es hoy? ¡Mi cumpleaños! Un 27 de noviembre del año 1959, nació está belleza que se encuentra en una ABURRIDÍSIMA clase de encantamientos, no me malinterpreten,  el profesor si me agrada, y me gustan los encantamientos, pero esta es la materia de Remus, yo soy más de Pociones.

- Hey - habló Sirius, que estaba sentado a mi lado.

- Qué?

- Que haremos por su cumpleaños, señorita?

- Nos sentaremos en nuestro cuarto a tomar whisky y jugar a las cartas - respondí tomando notas de algo que no estaba en el libro.

- Pareceremos unos viejos.

- Lo sé, pero es miércoles.

- Buen punto.

Dejamos de hablar y la clase pareció ir algo más rápido.

Al salir para ir a la próxima clase (Defensa Contra las Artes Oscuras), nos cruzamos con personas que me desearon feliz cumpleaños, como lo saben? Yo no lo sé, pero de que saben saben.

- Wolvy, necesito tu opinión - dijo James cuando estábamos en la Sala Común luego de todas las clases del día.

- ¿Para que soy buena?

- Mira - puso en la mesa unas planillas -. Son las estrategias para el juego del sábado.

- Ajá.

Y me empezó a explicar cincuenta mil cosas, para luego preguntarme si creo que hay chance de ganar. Yo soy comentarista de los partidos, por mucho que McGonagall haya amenazado con echarme, nunca lo hizo. Por lo que básicamente me dedico a analizar los partidos.

- Mira, por lo que sé, Slytherin cambió de capitán, ya que el anterior terminó el colegio, así que no sé si mantendrán su estratégia, que por cierto, no le estaba funcionando. Si la mantienen, te sirve la dos, si la vuelven aún más ofensiva, la uno, y si la hacen más defensiva la tres.

- Y es por eso, que me encantas.

- Claro, les encanto a todos, querido.

- ¡Ese ego, mujer! ¡Merlin sálvame de ella!- gritó Sirius.

- No te pases pulgoso - le tiré un almohadón -. Oigan, Remus, Sirius, que hicieron la noche del cumpleaños de Sirius?

- Nosotros? - pregunto Remus haciéndose el desentendido.

- Sí, ustedes - le respondió el cuatro ojos.

- Nada - habló Sirius.

- Ajá, sabemos que durmieron juntos, no somos imbéciles - dije rodando los ojos y mí primo se sonrojo.

- También sabemos que no saben usar hechizos de insonorización - agregó James.

- Te dije! Te dije que si había que ponerlo - regañó Lunático a Canuto, yo comencé a reírme.

- No que no? - rió Cornamenta.

- No sean así, hey - ya se enojó Rem.

- Bueno, bueno.

Igual nos reímos un poco más, quisieron decir que no hicieron algo que sabemos que hicieron, y no les salió. Estuvimos un rato más en la Sala Común, y luego nos fuimos a jugar a las cartas en nuestra habitación y...

- Pero no se vale así!

- Como que ya cortaron?

- Para un poco!

- Te repartiste todo un juego o qué?

- Vete a la mierda.

- Se vale acomodo?

- Más quinientos noventa.

- Son todos unos tramposos.

- Repartí bien!

- Con ustedes no se puede jugar.

Pero seguimos jugando hasta que nos cansamos (de jugar y de gritarnos).

- Si pudieran ser cualquier animal, que animal serían? - preguntó Sirius, en una de esas conversaciones falopa que se tienen en las pijamadas.

- Se te olvida que todos podemos volvernos animales? - le devolvió James.

- No, porque, somos animales uno predilecto, pero si pudieras elegir.

- Ah, yo sería un pepino de mar.

- Por qué, Rig?

- Porque esos animales no hacen nada, yo también quiero estar tiesa sin estar muerta.

- Nena, estás bien? Me preocupas.

La preocupación de James hizo que le ría.

- Sí, estoy bien, que animal sería ustedes?

- Un delfín - dijo Sirius.

- Para eso tenés que ser muy inteligente, no sé si pegue contigo - le respondió Remus y recibió un almohadazo por parte del perro -. Hey. Yo sería un velociraptor... Ya estaría extinto.

- Chicos, me dá miedo las ganas de morirse que tienen... Pero yo sería un loro.

- No hace falta que seas un pájaro para no callarte en todo el día, Jem.

- Que mala onda.

- Te quiero, por eso.

Volvimos a reírnos, juro que no estamos drogados.

Sin dudas, estos momentos son los más lindos de mí adolescencia y había olvidado por completo el compromiso... Puta, lo volví a recordar.

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Noe termina de convencer, pero es lo que hay, hasta aquí mí reporte, Joaquín

¡Soy Una Merodeadora!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora