[EN EDICIÓN] STAY ALIVE ━━ lee suhyeok

five. crystal bitch

OO5 | CRYSTAL BITCH

Después de unos minutos, la señorita Park ingreso en la sala de grabación y empezó a hablar con Gyeongsu, mientras que a la vez que todos los presentes se levantaban para acercarse al ventanal y observar qué pasaba.

Cuando la profesora salió, el primero en hablar fue Cheongsan.

—¿Qué dijo?

—Dice que se quedará una hora.

—Está enojado —dedujo Daesu, haciendo que los demás asintieran al estar de acuerdo con él.

—Voy a entrar —anunció Cheongssan.

—Iré contigo —Hana musito, acercándose a su amigo, quien le dio una sonrisa. Siempre lo apoyaba en todo.

—¿Por qué? Si alguien debe entrar, es Nayeon.

—¿Por qué? —preguntó la mencionada, casi parecía indignada.

—Está así por tu culpa.

—¿Qué hice?

—¿En serio te vas a hacer la que no sabes? —interrumpió Hana con molestia.

—¿Hice mal en sospechar en él? Ustedes también sospecharon —espeto, tratando de desviar la atención de ella—. Todos.

—A mí no me metas en tus estupideces —dijo Hana.

—A mí tampoco —se incluyó Cheongsan.

—Yo si sospeché. Tiene razón. Pero no le falté al respeto como tú —declaró Jimin.

—¿Por qué te metes conmigo?

—Solo tú actúas así.

—Ya basta, Jimin —espetó la señorita Park, para luego girarse en dirección a Nayeon y decir:— Recuerdas tu promesa, ¿verdad? Que te disculparías a los 30 minutos.

—Sí.

—Han pasado 30 minutos.

—Bien.

Sin decir nada más, Nayeon se levantó de mala gana de su asiento y cuando entró a la sala de grabación se detuvo para voltear a ver a sus compañeros, quienes la observaban con atención por la ventana.

—Se está acercando.

—Cómo desearía escuchar lo que están hablando, ¿no se puede?

—No lo creo.

—Le agarró la mano —murmuró Daesu, como si estuviera viendo una película romántica—. Dios mío.

Hana dirigió por completo toda su atención hacia Nayeon para estar atenta a todos los movimientos de la chica. No confiaba para nada en ella. Cuando la castaña sacó un pañuelo del bolsillo de su falda con lentitud, Hana logró notar la pequeña mancha de sangre que había en él, logrando que frunciera su ceño con confusión. No recordaba haberla visto herida.