Un encuentro inesperado

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Un sonido en la puerta del rubio hizo que abriera los ojos lentamente, se sentía algo perdido, pero aun así pudo escuchar la voz de su padre detrás de la puerta.

—Butters, despierta que ya está el desayuno jovencito, apresúrate o se enfriará.

Talló sus ojitos un poco y con un deje de cansancio respondió. —Está bien, enseguida bajo...

Escuchó como su padre se alejaba por lo que decidió revisar la hora en su celular, eran las 9:34 AM, quitó las sábanas que portaba encima y bajó de la cama para dirigirse al baño y lavarse la cara.

Al salir del baño ya bastante más despierto, buscó su ropa casual y la puso sobre la cama en lo que quitaba su pijama.

—Lu lu lu~ Tengo manzanas~ —canturreó para sí mismo, mientras bajaba las escaleras dirigiéndose hacia el comedor cuando vio a sus padres ya desayunando.

—Buenos días papi y mami.

La rubia más alta sonrío y ofreció un plato con huevos revueltos y tocino hacia el más pequeño, mientras que el castaño simplemente atinó a tomar de su café mientras saludaba al rubio.

—Buenos días, campeón ¿Cómo amaneciste? —cuestionó mientras daba otro trago a su café y siguió leyendo su periódico.

—¡Bien! Tuve un sueño algo raro con las Kardashian, pero fue muy divertido. —carcajeó de forma leve mientras tomaba asiento en una de las sillas desocupadas, más fue interrumpido por su padre.

—Butters, ¿Qué hemos hablado de soñar con las Kardashian? —El castaño por fin levantó la mirada del periódico con el ceño levemente fruncido hacia el rubio menor mientras esperaba una respuesta.

—Que no debo de soñar con celebridades sin su consentimiento, debo respetarlas a menos que sean Donald Trump o París Hilton... —agachó su cabeza algo desanimado esperando algún castigo de su padre, aunque esté nunca llegó.

—Bien jovencito, espero no se repita. —espetó molesto el castaño para volver a prestar atención a su periódico.

—Butters... —Lo llamo su madre, haciendo que este mirara hacia donde ella.

—¿Si mami? —preguntó limpiando algunos restos de comida que habian quedado en su boca con una servilleta.

—Necesito que hagas unos recados para mami, estaré algo ocupada limpiando para el club de lectura y necesito que compres algunas cosas ¿De acuerdo, hijo? —Linda sonrío con un deje de dulzura maternal que hizo sonreír inconscientemente al ojiceleste.

—Claro que sí mami. —Con eso en mente continuó con su desayuno tranquilamente, mientras en su mente tarareaba la melodía de alguna canción.

Al terminar, levantó su plato para llevarlo hasta donde se encontraba su madre y preguntó.

—¿Qué es lo que ocupas mami? —inquirió mientras acomodaba un poco sus ropas y su cabello esperando pacientemente la lista de los recados por hacer.

—Bien, necesito que vayas a comprar unas cosas al supermercado, después vayas con Liane por unos manteles para la reunión de hoy, luego ocupo que vayas por unos papeles con el padre Maxi, y por último que vayas a casa de Craig por unos cosméticos que le preste a Laura, ¿Entendiste? —habló mientras lavaba los platos usados anteriormente.

—Ehh... ¿Sí? —La rubia había hablado tan rápido que el pequeño no logró entender ninguna de sus palabras.

—Uhm, te daré una lista para que no te pierdas. —La de ojos azules se alejó de la cocina en busca de papel y una pluma para anotar los recados que haría Leopold.

Consecuencias de una apuesta ‹DESCONTINUADA›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora