𝑃𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜 𝑌 𝐸𝑛𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎𝑑𝑜 ( 𝑆𝑛𝑖𝑟𝑖𝑢𝑠)

CAP 33: inesperado

Draco y Harry no dijeron mucho por un tiempo. Draco simplemente lloraba en voz baja, con la cabeza apoyada en el hombro del otro chico, tratando de no pensar que ese era Harry Potter. Lloraba tratando de no pensar que estaba haciendo eso frente a su peor enemigo, y estaba allí abrazándolo, dejándolo llorar sin decir una palabra, y estaba siendo solidario y silencioso.

Draco siempre tuvo problemas para llorar; siempre estaba rodeado de gente que le decía que llorar no servía, que tenía que “hacerse hombre” y secarse las lágrimas. Lo llamarían niña por hacer eso. Tenía que ser fuerte y, sobre todo, mostrar fortaleza. Sus padres estarían bien al respecto, a menos que fuera en público; alguna vez tuvieron una reputación. Pero en privado su madre lo abrazaba y lo consolaba, y su padre le decía que dejara de llorar, sí, pero lo escuchaba a él y a sus problemas. Había tenido padres maravillosos, y ahora no tenía nada. Sólo algunas de sus cosas, todo lo que podía tomar. Tenía solo unos segundos cuando entraron a su habitación, y sabía que tenían que irse rápido, y sabía que de alguna manera su padrino estaba detrás de eso.

Estaba aterrorizado por la idea de lo que le hizo, lo que le obligaron a hacerle, pero nadie más lo sabía. Ni siquiera Potter. Eso fue un alivio. Ese era un secreto entre ellos. Algo tan vergonzoso que tenía que ser privado.

Empezó a llorar más fuerte. No pudo evitarlo. Lo obligaron a violarlo. Lo obligaron, lo obligaron a torturarlo. Le hicieron usar el látigo. También lo obligaron a violar a otros. Se reirían de él por no poder hacer eso. Sus padres no lo sabían, pero eso era algo que les harían a los más pequeños, para mantenerlos a raya.

Vio cosas que deseaba que nunca existieran.
Pero lo hicieron.
Y todos estaban en su cabeza.
Recuerdos horribles de los que no podía escapar.
Él no lo haría.

Tenía que recordar.
Quería recordar lo que le pasó, de lo que eran capaces.

No podía decirlo. Solo podía llorar. Empezó a aferrarse al cuerpo y los brazos de Potter, pidiéndole que lo mantuviera cerca, que no lo dejara ir.

Se sentía avergonzado por mostrar tanta fragilidad, pero Potter simplemente haría eso: abrazarlo más fuerte, más cerca, consolarlo, decirle que llorara, que no se contuviera, que escucharía, que estaban a salvo.

Tenía tanto miedo, no podía decirlo, pero estaba allí, y se abrazaron y comenzaron a besarse sin siquiera pensar que realmente lo estaban haciendo. Draco nunca besó a alguien antes de Harry. Harry podría decir lo mismo. Y eso se sintió tan bien y correcto: toda esa empatía y la necesidad de consuelo, cercanía y amor. Se sentían de la misma manera, los dos. Estaban solos y asustados y se encontraron, y nunca se sintieron mejor consigo mismos.

Se besaron en la cocina durante mucho tiempo, antes de dirigirse a la habitación de Draco sin decir una palabra, subiendo lentamente las escaleras, tomados de la mano. Harry estaba durmiendo con Ron y no quería despertarlo. Además, no sabía por qué querían acostarse juntos, pero tenían que hacerlo. No podían pasar otro momento separados el uno del otro, no esa noche.

Ellos no hablarían. Se desnudarían lentamente. Se fueron a la cama solo con la ropa interior puesta, pusieron un hechizo de calefacción en la habitación y se metieron juntos en la cama. El beso en la cama fue más lento, más deliberado. Harry acariciaría la cara, el cuello y el cabello de Draco. Tentativamente, tocaría sus brazos, acariciaría su espalda, todo mientras lo besaba tiernamente, las lenguas se tocaban en un beso desesperado y sediento. Pero Draco estaría casi pasivo, de su lado, solo besándolo. Harry pudo notar en algún momento que estaba temblando, con lágrimas aún en sus ojos. Estaba lleno de deseo, pero no pudo evitar notar las condiciones de Draco.

"¿Estás bien?" preguntó en algún momento, sosteniéndolo en sus brazos. Draco sintió más lágrimas en sus ojos.

Estaban sintiendo lujuria por primera vez. Sí, Draco tenía la poción lujuriosa, lo obligaron a hacer cosas con eso, pero nunca sintió verdadera lujuria. Podía notar la diferencia. Su pene estaba duro como una roca y no pudo evitar sentir que Harry estaba tan duro como él. Todo lo que quería era frotar, sentir, penetrar, húmedo, caliente y bueno, pero no podía seguir. Vio lo que el sexo le hacía a la gente. Los haría gritar de dolor y horror. El sexo lo convirtió en un torturador. No podía hacerle algo así a Harry. Lo estaba haciendo sentir tan bien. Y no podía dejar que le hiciera algo, incluso si se lo merecía.

Él estaba llorando. Harry se sentaba, ponía su varita en la mesita de noche, ponía un encantamiento Silencioso en la habitación y volvía con Draco. Estaba a un lado, todavía llorando, hecho un ovillo, temblando. Harry estaba sobre su codo, mirándolo, la otra mano acariciando suavemente su mejilla. Intentó acercarse.

"Draco, está bien. Soy yo. Estás seguro. Ya no están aqui "
Pero eso hizo llorar a Draco aún más.

“Ellos... ellos no son el problema” susurró, todavía temblando “Yo soy el problema. Soy el monstruo"

Harry lo abrazó de nuevo, tratando de aliviar sus temblores, tratando de hablarle.
Iba a ser una noche larga.