Luna

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Tan enaltecida, tan apreciable, digna de ser contemplada; dueña de mi vista perdida, la alineas sólo para tu atención. Resaltante como piedra preciosa en roca oscura, resplandeciente entre tantas tinieblas de lo desconocido.

‌En el eje de tus inmensos y hermosos ojos, me pierdo como cometa hacia lo infinito; el universo que sueles portar, un índole tan inverosímil, anzuelo para mi inocencia. Nebulosas atrapadas en tus pupilas, innumerables galaxias como sentimientos, labios atrayentes como un agujero negro.

‌La Luna tan sublime es, tan preciosa y callada como usted me ve. Acendrada y destacable te haces en fracción de tiempo y espacio. La perfección incrustada en cada una de sus manchas, como tus defectos; ya se me hacía ilustrativo visualizar tu bello rostro al observarla.

‌Al final, así lo pienso, mi Luna...

Cariño en lo efímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora