Suspiré aliviada al ver que solo estaba Ethan y no su horrible hermana.
-Hola.- saludé tímida. Para mí no era lo mismo saludar solo a Lucas, a que estuviese otra persona.
Me saludaron con la mano y siguieron con lo que sea que estuviesen haciendo. Estaban tirados en medio del pasillo rodeados de libros y hojas.
Clara salió del despacho con un montón de papeles entre las manos y, al verme, me sonrió.
-Chicos, ayudadme a llevar esto.- ninguno se movió, Clara se giró hacia mi.- Llevan así desde que llegaron. ¿Me podrías ayudar tu?
-Si, a mi también me ignoran.
Cogí el montón que tenía en sus manos y espere a que fuese a buscar más.
-Vamos, hay que llevarlos al sótano, quiero tener todo recogido para cuando vuelva Lara.
Asentí. Fuimos hasta las escaleras, las cuales solo subían, la mujer sacó unas llaves de su bolsillo y abrió una puerta bastante vieja que se encontraba junto a estas. La puerta se abrió mostrando todo negro, Clara encendió la luz y entró.
-Ten cuidado, no te tropieces.
Dejamos los montones de papeles en unas estanterías, y esperé a que Clara terminase de colocarlos.
Miré a mi al rededor, había juguetes, algunos más viejos y otros más nuevos, pero una muñeca, no más grande que mi mano me llamó la atención, estaba en una caja con un par de mantas y ropa de bebé; la caja tenía un cartel con unos número y el nombre de "Mia". Cogí la muñeca con delicadeza y le quité el polvo. Clara puso una mano sobre mi hombro y cuando la miré tenía los ojos aguados y sonreía.
-Llévatela, llévate la caja. - negué varias veces.- De verdad, quiero que te la lleves y, cuando estés en casa la mires.
-Vale.- volví a dejar la muñeca en la caja y la cerré, la cogí y subí con Clara.
Dejé la caja junto a la entrada para no olvidarme de llevarla. Ethan y Lucas seguían en el suelo, sin moverse.
Me tumbé al lado de Lucas y le pinché una mejilla, pero el ni se movió.
-Lucas.- lo llamé, pero el seguía a lo suyo.-Vale, ignórame.
Rodé hacia la derecha y quedé tumbada sobre el, de firma que podía ver lo que estaban haciendo. Historia, la asignatura que, en mi opinión, es lo más aburrido que existe.
Lucas, mostró señales de vida. Cogió mi mano, le dio un beso y siguió estudiando sin soltarme. Aun que dudo que estén estudiando mucho, Ethan se había quedado dormido y Lucas estaba haciendo dibujos en una hoja. Solté mi mano de la de el y volví a tumbarme donde había estado antes.
-Bueno,-dijo cerrando los libros.- ¿Me perdí algo hoy?
- No mucho, solo cambiamos de profesor en Biología.
-Nada importante. Eli no se te acerco, ¿No?- negué.- Bien. Ven, quiero enseñarte algo.
Se levantó y me tendió una mano para ayudarme, la cual acepté. Subimos al último piso y esquivamos a pequeños y pequeñas con diferentes estados de humor, ya que Lucas recibió un par de patadas. Al final del pasillo había unas puertas dobles de cristal que estaban cerradas con un pequeño candado decorado con flores. Lucas me cogió de la mano y me llevó hasta estas puertas, sacó una llave del bolsillo y abrió el candado para después abrir la gran puerta.
Era un jardín, con flores de todos los colores, en el centro una gran fuente con bancos a su alrededor y mesas esparcidas por el resto del sitio. Parecía sacado de un cuento.
-¿Te gusta? Es en lo que he estado trabajando todo este tiempo.
-Si, me gusta mucho.
Lucas me apretó la mano.
-Será mejor que bajemos.
Mientras Lucas colocaba el candado y cerraba, unos de los niños que le había pegado antes se acercó con la misma intención pero Lucas lo cogió y lo puso sobre su hombro. El pequeño pataleaba y le daba golpes en la espalda. Me volvió a coger de la mano.
Al otro lado del pasillo, Lucas bajó al pobre niño y le revolvió el pelo.
Cuando ya estábamos abajo, llegamos hasta Ethan, quien seguía durmiendo, y Lucas cogió una carpeta con el nombre, otra vez, de "Mía" y lo dejamos en la oficina de Clara.
-Voy a despertar a Ethan.-Lucas asintió y se quedó mirando la carpeta durante unos segundos.
Salí de la oficina y Ethan ya se había despertado y estaba recogiendo con la ayuda de Clara.
Cuando llegué a casa subí todo lo rápido que pude y escondí la caja debajo de mi cama. Me aseguré de que papá y mamá estaban en el piso de abajo y que Ian no estaba y abrí la ventana para que Lucas pudiese entrar.
-Bien, ¿De qué querías hablar?- nos sentamos en la cama.
En el camino de vuelta, desde el orfanato le dije que quería hablar con el. Me considero bastante curiosa y por ese motivo tengo a Lucas aquí. Quiero que me diga quien es Mía.
-¿Quién es Mía?- que directa soy.
El me miró confundido, puede que solo fuese una coincidencia que el mismo nombre estuviese escrito en la carpeta y la caja y no sepa de que hablo o que se este haciendo el que no sabe.
-Lucas, ¿Me vas a contestar?
-Si sé quien es, pero no puedo decírtelo.
Asentí con lentitud y me agache para poder coger la caja. La puse sobre las piernas de Lucas.
-No me ha molestado que no puedas decir quien es, solo tenía curiosidad, pero es mejor que se la lleves a Clara, supongo que la dueña la querrá.
-Ya está con su dueña.- habló por lo bajo mirando la caja, después me miro a mi.- Si Clara te la dio es por algo. Será mejor que me marche.
Se escucharon dos golpes en la puerta seguidos de la voz de papa preguntándome si estaba ahí.
-Corre, escóndete.- susurré mientras lo empujaba dando vueltas por la habitación buscando un lugar el donde papa no lo viese.- Métete en el armario.
-Annabet, no entro.
-Debajo de la cama y no hagas ruido.
Esperé a que estuviese bien escondido y fui hacia la puerta. Por si os lo preguntabais, Lucas no puede estar conmigo a solas, por eso se tiene que esconder.
-Hola.
-Annabet, ¿Estas bien? Cuando llegaste subiste tan rápido que pensé que había pasado algo. ¿Lucas te hizo algo?
-No, no me hizo nada. ¿Algo mas?
-No. En un rato puedes bajar a por la cena.
-Vale.- cerré la puerta y fui a rescatar a Lucas .
