Tercera parte de Promedio Imperfecto
Dream y George están felizmente casados y tienen dos hijos. Todo parece ir de maravilla. Pero la vida no son mariposas y flores.
Sus hijos entran a la adolescencia y eso les trae más problemas a su vida. Entre e...
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—Me gustan. Los dos me gustan y no puedo soportar verlos juntos sin mí. ¿Aceptarían salir conmigo también?
—Nick —fue Liam el primero en hablar—, lo siento por...
Nick no quiso escuchar más y salió corriendo. No quería estar más lastimado de lo que ya estaba. No quería escuchar que ellos eran felices juntos, solo los dos. No quería verlos nunca más. Quería olvidarse de todo lo relacionado a ellos.
Encontraría a alguien con el que sí sería feliz y ellos no importarían. No era tan fácil...
Nathan lo seguía junto a Liam. ¿Por qué lo estaban siguiendo? ¿Acaso no entendían que los quería lejos?
—¡Para, Nick!
—¡No quiero hablar con ustedes!
Liam lo abrazó por la espalda para que dejara de correr. Nick intentaba escapar, pero era prácticamente inútil.
—¡Suéltame, maldito imbécil! ¡Te he dicho que me sueltes! ¡Basta!
Nick no dejaba de llorar, mientras arañaba a Liam para que lo soltara. Liam por fin lo soltó y Nick cayó de rodillas al piso.
—Nick...
—¡Cállate!
—Nick, queremos hablar contigo, por favor —le trató de explicar Nathan.
—Yo no quiero.
Nathan le extendió su mano para ayudarlo a que se levante, pero Nick no aceptó su ayuda.
—Déjenme solo. Son muy buenos haciendo eso.
—Me... sigues gustando, Nick —le dijo Liam—. A Nathan también.
—Estás mintien...
Antes de que acabará su frase. Liam se agachó frente suyo y lo besó. Nick se quedó quieto sin saber cómo reaccionar. Estaba molesto, estaba triste y confundido a la vez. No entendía sus emociones y mucho menos lo que sentía. Le gustaba Liam, le gustaba Nathan, pero... ¿Por qué no se sentía satisfecho después de que Liam lo besara?
—Nathan...
—¿Alguna vez gustaste de mí?
—Lo hice, pero me di cuenta demasiado tarde. Perdón.
—Está todo bien. ¿Quieres venir con nosotros?
—Estoy hecho un desastre —dijo viéndose a sí mismo.
—Puedo prestarte mi ropa cuando lleguemos a mi casa.
Nick terminó asintiendo. Eso era mejor idea que regresar a la casa de sus abuelos donde le harían muchísimas preguntas que no quería responder.
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