Tercera parte de Promedio Imperfecto
Dream y George están felizmente casados y tienen dos hijos. Todo parece ir de maravilla. Pero la vida no son mariposas y flores.
Sus hijos entran a la adolescencia y eso les trae más problemas a su vida. Entre e...
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Aquella oscuridad empieza a aclararse. Los ojos de Nick capturan una luz brillante. ¿Es un sueño o está...?
Ve la figura de un hombre a los lejos.
—¿Hola? —se atreve a preguntar.
—No pensé verte por aquí muy pronto. ¿Qué pasó?
—Lo último que recuerdo es saltar de la ventana, pero solo eran dos pisos. ¡No pude haber muerto por eso! —se notaba en su voz su desesperación—. Yo no quería morir. Solo no aguantaba la presión de mi familia...
—¿Familia? ¿Acaso dijiste familia?
—¿Toretto?
—La familia es lo más importante. Debes ir con ellos.
Nick abre los ojos y se encuentra a toda su familia alrededor suyo. Nathan también está ahí. Todos se ven más aliviados de verlo despierto.
Le duele todo y no sabe que debe decir.
—Perdón.
—Mi niño. ¿Por qué hiciste eso? —la primera en abrazarlo fue su abuela—. Por favor no vuelvas a asustarnos así. No sabes lo preocupados que estábamos todos. ¿Está todo bien, cariño?
—Supongo que no —dijo en un murmullo—. Lo siento, Lizzie, por arruinar tu fiesta.
Lizzie seguía con el vestido puesto. Por lo que suponía que se había acabado en cuanto los llamaron.
—La fiesta no es tan importante como mi hermanito. Fiestas habrán muchas, pero un mellizo no es de toda la vida. ¿Creíste que te ibas a deshacer tan fácil de mí?
—No quise hacerlo. Solo... estaba agotado de todo y de todos. Quería sentirme libre aunque sea por unos minutos. Lo siento por hacerlos preocuparse por mí. Deberían regresar a la fiesta de mi hermana.
—Nick, si estamos aquí es porque nos importas. Queremos que seas feliz y tratamos de comprenderte. Pero si no te abres con nosotros, nunca podremos entendernos y seguirán pasando estas cosas una y otra vez.
—Solo no quiero tener el control de mi vida, pero todo lo que hago está mal. Soy muy grande para algunas cosas y muy pequeño para otras. No sé dónde encajo, no sé lo que me gusta y todo el rato no dejo de experimentar.
—De eso trata la adolescencia. Experimentar, caer, odiar al mundo, amar, creer que nadie te entiende, reír, soñar, hacer amigos, terminar en el hospital porque te tiraste del segundo piso de la ventana de la habitación de tu novio. La adolescencia es una gran etapa para aprender, porque luego todo será más difícil y no tendrás el tiempo para equivocarte como ahora. Disfruta ahora, solo trata de no matarte mientras te diviertes.
—Lo trataré.
—¿Quieres que te dejemos a solas con Nathan? —le susurró George.
