Tritones

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El paso de Yiling era bien conocido por ser un lugar en el que muchos entran y solo unos pocos, los más afortunados, salen con vida.

Desafortunadamente no era como si pudieran rodearlo. Representaba un importante ahorro de tiempo pero eso solo para los valientes. La mayoría de marinos prefería evitarlo aunque les tomará un par de días más llegar a su destino.

Entre los pocos afortunados que habían regresado para contarlo estaba el capitán Lan Wangji. Por ser uno de los pocos que podía entrar y salir de ese paso y vivir para contarlo su fama se había esparcido rápidamente. Por esa razón solían contratarlo cuando tenían que realizar entregas urgentes que involucraban llevar una nave a través de ese paso.

Este encargo no era muy distinto a los demás. Tenía que llevar a un grupo de marinos con él para recuperar una carga importante que se había perdido cerca de ahí. Para regresar debían hacerlo a través del paso.

Lastimosamente esta vez no sería tan sencillo.

La razón por la que el paso de Yiling era el más peligroso era simple y a la vez muy complicado: tritones y sirenas.

El paso era el hogar de estos míticos seres que se encargaban de hundir los barcos para hacerse con los marinos y matarlos. Aunque los más valientes afirmaban que eran inmunes a los encantos de las sirenas al final eran los primeros en morir. Nadie podía resistirse cuando un tritón o sirena comenzaba con su canto y si eso no los mataba se dejaban cegar por su belleza y terminaban ahogados. Porque la verdad era que estas criaturas eran hermosas como un sueño, pero así mismo eran letales.

En cuanto el barco comenzó a adentrarse en el paso el capitán supo que había algo diferente. Trató de dar la vuelta y quiso convencer a todos de que no era seguro pero nadie le escuchó. Esa fue su sentencia de muerte.

Toda la tripulación creía que solo era un truco y que a su capitán le gustaban las bromas. De haberlo conocido un poco mejor sabrían que no es un hombre al que gustaba bromear y menos con la vida de los demás.

Los tonos dulces empezaron a afectar los oídos de los marinos, adentrándolos en una hermosa fantasía ante sus ojos. En las orillas del barco empezaron a aparecer tritones preciosos como ellos solos y con su canto atrajeron a los más ingenuos. Los que no se veían tan afectados trataron de ayudar a sus pobres compañeros y solo encontraron la muerte ya que los tritones se defendían y empezaron a tratar de hundir el barco.

Desprendieron partes poco a poco y saltaban a través del barco hiriendo a la tripulación, entre ellos al capitán, quien luchó valientemente por salvar su nave. Sorprendentemente para todos él parecía ser inmune a los cantos.

Todo fue una masacre. En esos momentos solo quedaban algunos hombres que se aferraban a la vida y a las pocas piezas del barco que aún flotaban. Porque sabían que si se dejaban hundir esa sería su perdición.

El capitán Lan Wangji se encontraba semi consciente pero pudo ver como alguien lo llevaba cerca de unas rocas.

–¿Lan Zhan? Despierta por favor. No tenemos mucho tiempo.

Había sido salvado por un tritón. Era quien le hablaba y tomaba su rostro entre sus manos, tratando de acomodarle el cabello que se le pegaba al rostro mientras procuraba que se mantuviera consciente.

–Wei Ying...

–Perdóname por favor. No pude seguir protegiéndote. Me encerraron y dijeron que estaba traicionando a mi familia por preferir a un humano.

El secreto por el cual Lan Wangji podía sobrevivir al paso también era simple y a la vez complicada. En uno de sus viajes conoció a un encantador tritón de nombre Wei Wuxian y sin quererlo los dos se enamoraron. El marino prometió visitarlo siempre que le fuera posible, el tritón prometió que lo protegería cada vez que navegara por el paso y así podrían estar juntos.

Sin embargo no todo dura para siempre. Los demás tritones se habían enterado de lo que Wei Wuxian había estado haciendo y lo condenaron por ello. Juraron destruir ese barco junto con sus tripulantes y lo encerraron para evitar que interfiriera.

Con mucho trabajo había escapado de su encierro pero no pudo llegar a tiempo. Su amor tenía heridas muy graves y no podía llevarlo a tierra firme a tiempo.

–Lan Zhan. Yo puedo salvarte pero solo si tu me lo permites.

Cada segundo era vital y necesitaba una respuesta.

–Por favor respondeme. Puedo salvarte y siempre estaremos juntos te lo prometo. Lan Zhan por favor...

El mencionado recuperó un poco de lucidez y miró al tritón. Tan hermoso como la primera vez que lo vio. Lamentaba profundamente lo que había sucedido pues él también conocía las consecuencias de lo que ambos habían decidido hacer y las consecuencias los alcanzarían tarde o temprano. Desgraciadamente fue muy pronto.

–Si...

–¿Qué dijiste? Por favor habla mas fuerte –Se acercara a su rostro, más exactamente a sus labios.

–Me quedaré contigo...

En cuanto dijo esto Wei Wuxian lo besó y lo llevó consigo al fondo del mar.

Es bien sabido por muchos que el beso de un tritón puede salvarte del aplastante peso del océano y te permitirá respirar por más profundo que te encuentres. Hasta ahora no había sido confirmado ya que nadie sale con vida pero este acontecimiento sería el primero en ocurrir en muchos siglos.

Los dos decidieron escapar. Donde ninguna de sus razas pudieran encontrarlos. Si debían huir por siempre así sería pero simplemente ya no podían vivir el uno sin el otro.

WangXian Month 2022Where stories live. Discover now