Foxian & Dragonji

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–Todos tomen su manta, una almohada y prepárense. Ya es hora de la siesta.

Todos los niños obedecieron sin chistar. La hora de la siesta era su momento favorito del día y no solo porque podían descansar, sino porque su maestro siempre les contaba las mejores historias para antes de dormir.

–¿Qué historia nos toca hoy? –Preguntó uno de los niños mientras se acurrucaba.

–Déjenme pensar –El docente cerró los ojos por unos segundos para pensar– Lo tengo. Esta es una historia muy antigua que trata de dos seres míticos. Como siempre, les garantizo un final feliz.

Los niños celebraron un poco antes de guardar absoluto silencio. No querían perderse del más mínimo detalle. Además de que la voz de su maestro siempre los relajaba para tener dulces sueños y no había nada mejor que el "vivieron felices para siempre" de esos cuentos.

–Hace mucho tiempo existió un dragón. Ese dragón era considerado como uno de los más fuertes, era admirado por muchos y no solo por los de su raza. El dragón siempre fue entrenado para ser él mejor. Se enfocó siempre en aprender todo lo que necesitaba, en entrenar hasta volverse muy fuerte y también en desarrollar otros talentos. Aunque había sido afortunado de tener todo eso, el dragón en realidad no era muy feliz, solo se había convencido de que lo era.

En uno de sus entrenamientos de manera aislada, un zorro que iba de camino por ese lugar se lo encontró y se sorprendió de sus habilidades y belleza sin igual. Claro que no fue lo único que le llamó la atención, quería probar fuerzas con ese dragón, pues él zorro se jactaba también de sus habilidades y destrezas.

Así pues, el zorro reto al dragón a un duelo. Duelo que duró mucho tiempo, pues ninguno de los dos cedió. Además, el zorro consideraba esa pelea muy divertida, pero por otro lado, el dragón solo parecía más molesto por cada minuto que pasaba. Finalmente después de 3 días sin descanso, ambos cayeron rendidos. El zorro se alegró, pues no se había dejado vencer y el dragón, sin decir nada después del tiempo peleando, solo se fue. Dejando al pobre zorro con mucha zozobra, pues quería ser amigo del dragón.

A partir de ese momento el zorro se dedicó a perseguir al dragón. Lo molestaba todo el tiempo, lo retaba a nuevos duelos, hacía destrozos y se metía en problemas para llamar su atención, tocaba muy alto su música para que sus melodías llegaran a oídos del dragón, porque si, el zorro también era muy bueno en muchas artes entre ellas la música. El dragón se sentía cada vez más molesto por esa insistencia, nunca estuvo en su naturaleza hacer amigos ni aunque fueran de su propia especie pero sin darse cuenta, empezaba a disfrutar de la compañía del zorro. Sin embargo le era muy difícil demostrarlo y mucho menos decirlo en voz alta, pues sentía que no le traería ningún beneficio aunque lo hiciera sentir tan feliz.

Así es como los años fueron pasando y aun con todos los rechazos por parte del dragón, el zorro no se rindió ni un solo momento pues estaba decidido a ganarse la amistad del dragón. Para ese punto el dragón se sentía muy conflictuado porque se había dado cuenta que él no quería una amistad con el zorro, sin darse cuenta se había enamorado y muchas veces no sabía ni siquiera como debía comportarse ahora porque estaba seguro que el zorro lo rechazaría, ya que solo queria amistad.

Un día, él zorro simplemente dejó de buscarlo. Pasaron horas, días y meses y el zorro no dio ni una señal de su paradero. El dragón desesperado comenzó a buscarlo en todos esos lugares que el zorro frecuentaba y solo se llevó la noticia de que ahora el zorro se había desviado del camino del bien y estaba haciendo su clan malévolo. Angustiado, el dragon buscó al zorro y con mucho esfuerzo pudo dar con él. Se dio cuenta de que en realidad no se había vuelto malvado, solo estaba protegiendo a una raza que todo el mundo estaba odiando y eso hacía que todos estuvieran en su contra. El dragón quería ayudarlo pero al mismo tiempo sabía que el zorro no tenía malas intenciones, solo quería ayudar a otros por las razones correctas. Ante tal situación, jamás podría decirle al zorro lo que en verdad sentía y posiblemente así era mejor.

El dragón creyó que estaría bien si solo lo amaba en secreto, que apoyándolo a su manera y cuidándolo desde la lejanía podía estar feliz pero se equivocó. Un día se enteró que el zorro había muerto junto con toda la raza de seres místicos que había protegido. El dragón estaba completamente devastado y es que así jamás podría decirle al zorro cuánto lo amaba. Luego de la noticia, el dragón se lamentó durante años, creyendo que ya nada podría volver a hacerlo feliz y que tendría que vivir el resto de su vida inmortal solo. Lo único que le quedaba eran los recuerdos de todo lo que vivió junto al zorro, que si bien no fueron una pareja era lo único que tenía en esos momentos.

Los años pasaron y un día, de la nada, mientras recorría una tierra lejana lo vio. el zorro estaba vivo y lo reconoció de inmediato. Cuando se encontraron el zorro le contó toda esa historia. La verdad era que el zorro jamás murió, logró escapar de la tragedia que ocurrió y ahora vivía escondido por temor a que alguien lo encontrara y tratara de matarlo de nuevo. Además de eso, el zorro le hizo una confesión que jamás creyó escuchar: que también se había enamorado de él, sin embargo nunca se lo dijo porque creyó que no era correspondido. Los dos habían sido muy tontos.

–¿Y CÓMO ACABÓ TODO? –Preguntó un niño. Sus compañeros asintieron pues parecían más metidos en la historia que en su siesta.

–¿Se casaron? –Preguntó otra niña.

–¿Tuvieron bebés?

Y así mil preguntas invadieron al profesor, tantas que no podía responder todas pero estaba contento de que la historia haya conmovido a tantos niños.

–Tranquilos mis pequeñas bestias. Lo importante de esta historia, es que sí. Ellos estuvieron juntos por siempre, se casaron y por supuesto que no tuvieron bebes... son de diferentes razas. Pero aquí lo importante mis jovenes mentes, es que no se queden con nada adentro, siempre digan lo que tengan que decir, hagan lo que tengan que hacer. La vida es muy corta como para pensar las cosas dos veces. ¿De acuerdo?

–¡Si! –Los niños gritaron al unísono y un tiempo después se quedaron dormidos.

Mientras era la hora de la sista, él profesor recibió una llamada. Al mirar la pantalla sonrió al instante y contestó él teléfono.

–Hola querido... ¿Cómo va el trabajo? ¿No te mata la eternidad?

–La eternidad es una jornada laboral. ¿Es hora de la siesta verdad? ¿Qué historia les contaste esta vez?

–La nuestra.

–No deberías contar ese tipo de cosas. ¿Y si averiguan que todo lo que les dijiste es verdad?

–¿Cómo podrían? Ya han pasado siglos desde eso y aun nadie nos descubre. Hemos aprendido a escondernos y nuestras identidades están bien ocultas. Como sea, en esta eternidad a la que estamos condenados a vivir, siempre podemos encontrar un nuevo lugar y empezar desde 0.

–Mhn... pero no más historias de nuestro pasado ¿Ok?

–Pero yo amo nuestro pasado... Déjame amarlo un tiempo más.

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⏰ Last updated: Mar 01, 2022 ⏰

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WangXian Month 2022Where stories live. Discover now