El caballero despiadado

Capitulo 9

                                                              Anastasia

Continuacion.....................................

—No estaba coqueteando. Estaba siendo educada. Hay una diferencia.Cogí una bola alta del armario sobre el mostrador. ¿Había estado coqueteando? No conscientemente, pero nunca antes había tenido que preocuparme por mis reacciones ante un invitado. Tendría que cuidarme a mí misma con este tipo. Mis amigos siempre se habían burlado de mí por tener un gusto peculiar con los hombres, pero nunca me gustaron los chicos tradicionalmente guapos. Realmente creía que lo que había en el interior brillaba, por eso no podía entender por qué me había sentido atraída por Hayden cuando llegó. Quizás había más en él que una cara bonita y había algo más profundo que me atraía. 

Di un paso hacia el fregadero y abrí el grifo, asegurándome de que el agua estuviera fría. Los novios que tuve en la secundaria me habían conquistado con su sentido del humor o su pasión. Hayden Wolf me hizo notarlo. No tiene sentido. No sabía nada de él y lo poco que había aprendido me dejó con más preguntas que respuestas.

 Después de agregar hielo y una rodaja de limón, llevé la bebida de Hayden a la terraza donde se había acomodado en una de las tumbonas con su computadora portátil y un bloc de notas. 

—Agua del grifo, con hielo y limón —anuncié mientras dejaba su bebida en la mesa lateral y luego me sentí ridícula. No estaba sirviendo una comida de tres estrellas Michelin.

 Se subió las gafas de sol y me miró con los ojos entrecerrados, sonriendo.

 —Gracias. 

—De nada. ¿Necesita algo más? 

Su mirada se posó en mi boca y volvió a mirarme. 

—Estoy bien gracias. —Sostuvo mi mirada un poco y yo miré hacia otro lado y hacia el agua, de cara a la brisa de mayo, con la esperanza de que enfriara el rubor que podía sentir subiendo por mi rostro.

 —Va a ser un día hermoso. Avíseme a mí o a uno de los miembros de la tripulación de cubierta si quiere un Jet Ski o... —¿Qué iba a hacer este tipo sin amigos? 

Lo miré y él todavía me miraba, casi como si me estuviera analizando. 

—Gracias —dijo mientras parpadeaba y luego señalaba su computadora portátil—. Tengo mucho que hacer

Mierda, ¿lo había estado interrumpiendo? 

—Por supuesto. —Me volví y lo dejé en su oficina móvil.

 Cuando entré en el salón principal, el capitán  me estaba esperando. Con las manos en los bolsillos, me recibió con un movimiento de cabeza. 

—Quiero que revises las habitaciones si tienes la oportunidad cuando nuestro invitado no está en ellas —dijo—. Quiero asegurarme de que no esté haciendo nada que no debería. Sabes que no toleraré nada que pueda poner en riesgo mi licencia.

 —¿Cree que deberíamos estar preocupados?

 El capitán se encogió de hombros. 

—Algunas de sus solicitudes son inusuales. Sólo necesitamos tomar precauciones. No me voy a preocupar hasta que tenga una razón.

 Deslicé mi mano sobre mi llavero almacenado en mi cintura, mis dedos encontraron las llaves de su dormitorio y oficina.

 —Iré ahora a hacer una actualización. Todavía no ha tenido la oportunidad de establecerse por completo.