~×'•Mi lindo Deku•'×~ [katsudeku]

×^•°capitulo 3°•^×

"un empujoncito"

Narradora.

Un peli-ceniza caminaba feliz por los pasillos de la UA...
Había llegado el día.
El maravilloso día donde desaparecería la gran piedra en el camino que se interponga entre el y su Izuku, el mitad y mitad desaparecería de la faz de la tierra, estaba imaginando una forma digna o tortuosa de matarlo, tenía que sufrir por todo lo que le causó a su Deku, tantos transtornos alimenticios, inseguridades, traumas psicológicos...
Kirishima iría a ayudarlo (forzadamente) con el regalo para su lindo pecoso.

Por más advertencias que tirará el peli-rojo a su amigo de él daño que le hacía a su supuesto amado. Este se hacía de oídos sordos, su madre una vez le dijo... "Si no cae en tus brazos con obsequios y atención, la mejor forma es estar ahí cuando lo necesite aunque tarde en dar a luz esos sentimientos".

Pero el no iba a esperar, su Deku lo quería y lo sabía, solo tenía que darle un empujoncito pequeño. Si no había desgracias, tendría que causarlas.

El peli-verde había salido antes junto con Tsuyu, realizarían un proyecto de historia y uno de lenguaje encargado por Aizawa-sensei. {No sé preocupen por Tsuyu no la va a matar Bakugo la ve como una buena amistad para Izuku} era un proyecto de promedio final que valdría el 80% de su calificación final, pero a él peli-ceniza le importaba una mierda ese proyecto, tenía cosas más importantes por hacer.
Cómo encontrar al causante de sus ataques de irá antes de que saliera de la escuela, en su limusina como niño mimado.

Seguía caminando por todos los salones abriendo sus puertas de una forma salvaje haciendo fuertes ruidos, que al parecer a los maestros no les importo aquel alboroto, se pasó con algunos sermones obviamente temerosos por la reacción de él oji-carmin al recibirlos.

Seguía abriendo puertas, una. No había nadie.
Otra, tampoco estaba el hetero cromático ahí dentro.
La siguiente, fue un asco para sus ojos lo que vio pero no era el de mitades.

Cansado decidió llamar al peli-rojo, debía saber la ubicación de Todoroki.

- esto me está por colmar la paciencia, más te vale pelos de mierda haberlos encontrado o dejaré al Pikachu viudo - el teléfono estaba marcando, segundos después se escuchó el tono de espera.

No fue demasiado tiempo para que el tiburoncito atendiera la llamada insistente de su mejor amigo.

- hola Bakubro, ¿Que pasa?.- detrás del teléfono el rubio emitió un gruñido de frustración, no podía creer la gran estupidez de su amigo peli-rojo.

- ¡¿COMO QUE, "QUE PASA" IDIOTA!? ¡Ugh! ¡¿QUE NO ES OBVIO!?- masajeaba su entrecejo irritado.- ¿Lo encontraste o no? Maldito imbécil...

- ah!~ era eso, je... Lastimosamente, si...

El rubio sonrió.

- pero... - no podía joder más... Su sonrisa desaparecido más rápido que el dinero.

- PERO ¿QUE?, NO ME DIGAS.- kirishima callo.- ¿¡Se está largado!? - se amigo del otro lado del teléfono hizo un sonido intentando confirmar lo dicho, lo cual le falló por intentar protejer al de peli de distintos colores que le esperaba algo horrible.
Bakugo al oír eso, en segundos colgó la llamada y salió disparado hacía la salida.